EN MARCHA POR OTRO MODELO AGRARIO

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En el mundo hay 1020 millones de personas con hambre. Campesinos de 56 países harán marchas.  


La producción de alimentos creció en forma vertiginosa, pero el hambre siguió creciendo también




                                                
Por Darío Aranda 

La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO) informó este año la existencia de 1020 millones de personas con hambre, el 15 por ciento de la población mundial. Durante los últimos cincuenta años, la FAO –en sintonía con el sector privado, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio (OMC)– insistió en aumentar la producción de alimentos para que ésta derrame sobre las poblaciones en riesgo. “Es una falsa verdad que a mayor producción, menos hambre. Se ha demostrado que esa lógica produjo más hambre y sólo benefició a las empresas, con mayores ganancias. Por eso reclamamos un cambio de modelo”, explicaron desde el Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI), que hoy se moviliza por el Día Mundial por la Soberanía Alimentaria, un modelo que privilegia la agricultura familiar, contrario a los agronegocios actual.
Centenares de campesinos, hombres y mujeres de una decena de provincias, acampan desde ayer frente al Ministerio de Agricultura –a la espera de ser recibidos por autoridades políticas– y marcharán hoy a Plaza de Mayo con sus reclamos históricos.

Soberanía alimentaria es un concepto desarrollado por la Vía Campesina, un movimiento internacional, presente en 56 países, de pequeños productores, trabajadores rurales, indígenas y familias sin tierra. Es el derecho que tienen cada Estado y pueblo a la alimentación y a definir su modo de producción de alimentos de acuerdo con sus propias necesidad, dando prioridad a las economías y mercados locales, y fortaleciendo a los campesinos y a la agricultura comunitaria.

“Lamento anunciar que jamás en la historia de la humanidad ha habido tantas personas que padecen hambre, la mayoría viven en países en vías de desarrollo”, señaló recientemente ante la prensa el director general de la FAO, Jacques Diouf, que insistió con aumentar la producción como posible solución. En la Cumbre Mundial sobre la Alimentación 1996, la FAO se había fijado como meta reducir a la mitad el número de desnutridos para 2015. “Es un objetivo irrealizable”, reconoció Diouf, y aceptó la necesidad de “un nuevo orden alimentario mundial”.

En 1997 había 825 millones de personas con hambre. En 2006 había crecido a 873 millones. Y en 2009 llegó a su record histórico: 1020 millones. En Latinoamérica aumentó un 13 por ciento la cantidad de personas con hambre (se pasó de 47 a 53 millones).

Diego Montón, del MNCI-Vía Campesina, resaltó que en la actualidad “se producen suficientes alimentos para toda la población mundial. El problema no es de producción de alimentos, sino de cómo se producen, quién los produce, cómo se distribuyen y cómo se tiene acceso a los mismos”.

Por ese motivo, los campesinos de Argentina rechazan el modelo de agronegocios actual –que tiene a la soja como emblema–, proponen fortalecer la producción comunitaria y tradicional de alimentos, y exigen una política integral hacia el sector campesino indígena. Advierten que no han tenido ninguna respuesta de la Secretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar (a más de un año de su creación, inicialmente como subsecretaría) y afirman que acamparán frente al Ministerio de Agricultura hasta ser recibidos por una autoridad política.

Junto con el Frente Popular Darío Santillán y otro medio centenar de organizaciones sociales, marcharán hoy desde el Ministerio de Agricultura hasta Plaza de Mayo, donde habrá intercambio de semillas criollas y un recital. “La tierra, el agua y los bienes naturales deben cumplir una función social, en manos de campesinas e indígenas que produzcan alimentos para los mercados locales, no forraje (soja) para los animales del primer mundo”, explica la convocatoria. Además de soberanía alimentaria, exigirán una reforma agraria integral (que garantice a las comunidades poder vivir y producir en sus tierras), el freno a los desmontes y denunciarán la represión y criminalización del sector.

“El agronegocio intenta desplazar a la agricultura familiar y campesina, con todo tipo de prácticas ilegales y violentas que a veces cuentan con la complicidad de funcionarios corruptos. Miles de familias campesinas están siendo expulsadas del campo por la acción del agronegocio. Miles de hectáreas de bosques nativos han sido deforestadas por acción del agronegocio. Desde Vía Campesina sostenemos que el agronegocio es contradictorio con la agricultura campesina y la lucha contra el hambre”, explicó Montón.

Según el Centro de Informaciones de Naciones Unidas, en los últimos 50 años la producción mundial de alimentos “aumentó de forma vertiginosa, incluso más que la tasa de la población mundial”. Sólo entre 1990 y 1997 la producción per cápita de alimentos creció un 25 por ciento, sin embargo el hambre aumentó.

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