CARTA AL GOBIERNO

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Visto en 'Renta Básica'

Estimados lectores:
Pese a llevar un año con medidas economicas sin que la situación mejore, adjuntamos a continuación una carta enviada al anterior Ministro de Economia D.Pedro Solbes, para que se pueda constatar nuestros aciertos.

No sera porque no decimos las cosas, pero es más dificil escuchar a personas desinteresadas que a amigos con intereses personales. Desde luego si la economia mejora sera porque no se puede caer más, no por las medidas que estan tomando. A pesar de todo tendrán que hacernos creer que la cosa ira a peor para que unos cuantos se puedan aprovechar de la situación. No se modificara la economia si no se toman en serio las medidas siempre hemos propuesto.

Carta a Pedro Solbes
30/12/2008 - DIARIO DE LEÓN –

ANTE LAS MEDIDAS tomadas por el gobierno de España, para salir de la crisis, considero que se deberían estudiar diversas alternativas, en el caso de que no funcionara dicho plan, como es deseable. Ojalá sirvan las medidas adoptadas para activar la economía, pero tal como desde Arenci hemos venido estudiando el proceso de la economía de los últimos años, vemos difícil de que pueda ser así, pero espero nos equivoquemos.

Siendo mejor prevenir que curar, considero que se deberían estudiar otras opciones, con el fin de afrontar una crisis tan peculiar como la que estamos viviendo y en la que se están poniendo todos los medios posibles para salir de ella.

De entre las diversas opciones posibles a tener en cuenta de cara al futuro una de las vías estudiar puede ser la implantación de la Renta Básica universal, con un modelo fiscal específico para tal fin, sobre lo cual ya le hemos enviado amplia documentación al respecto, a lo largo de la actual legislatura y de la anterior. Es algo en lo que ya algunas universidades vienen trabajando, desde diversas materias de conocimiento.

En nuestra modesta opinión tanto el esfuerzo fiscal como la aportación económica por parte del Estado para estimular la demanda e incrementar la inversión ya no se correlaciona con la creación de empleo. Por otra parte dar un dinero a través de instituciones altamente endeudadas, como son los Ayuntamientos, lo que hará será agravar la crisis, llegándose a un callejón sin salida. Lo que se agudiza con la caída de la recaudación de impuestos incidiendo en el déficit y una menor aportación a gastos sociales, que cada vez se hacen, por contra, más necesarios. ¿Es posible que instituciones que no han pagado a muchas empresas aún y han causado el cierre de muchas de ellas, tenga dinero prestado y se lo gaste en otras empresas o en nuevos proyectos? Para evitar este colapso el gobierno amplía en un 5% la capacidad de deuda municipal, lo cual hará más difícil salir de una crisis en la que el dinero que se pone para la inversión va a un agujero negro, que lo absorbe sin emitir riqueza alguna real. El tiempo lo dirá, y es al cabo de unos meses que habrá que estar preparados, para seguir en la línea de las medidas tomadas en caso de que funcionen o para cambiar de planteamientos en caso de que no se obtengan los resultados previstos.

Nuestra propuesta de Renta Básica permite que el mercado funcione, pero desde la ciudadanía, no desde las empresas, las cuales se verán beneficiadas por una base de subsistencia de los ciudadanos y ciudadanas, lo cual exige una reforma fiscal, reguladora de por sí de los mercados financieros, acorde dicha reforma a la aplicación de una Renta Básica Universal, que permite activar la demanda de manera directa, llegando a la demanda marginal como proceso integral que impulse una nueva economía, y hacer que el mercado funcione en la creación de empleos necesarios y evitar así una hipertrofia de la oferta que acaba afectando al medio ambiente, haciendo inviable el tan necesario desarrollo sostenible, como prueba el reiterado incumplimiento del protocolo de Kyoto, tan necesario en unos momentos en los que el cambio climático amenaza a nuestra sociedad, que al no cumplir con los límites del desarrollo acabará costando muy caro a nuestra economía y a la economía global de todo el planeta. Hoy no se puede entender la economía sin la ecología. Y la renta básica es el nexo de unión entre estos dos campos.
Desde el punto de vista teórico las medidas que se van a llevar a cabo no pueden funcionar, por no reconocerse la base de la actual crisis que lo es en esencia de y sin embargo se apunta al pleno empleo, lo cual va en sentido contrario a la realidad actual.

Permítame un ejemplo sobre las medidas tomadas de próxima aplicación, como es repartir once mil millones de euros para activar la inversión desde los Ayuntamientos, con el objetivo de crear 300.000 puestos de trabajo. Hoy la inversión, ni pública ni privada, no se correlaciona directamente con el empleo, pues la oferta inversora se crea sobre la base de la tecnología (I+D) y no tanto a través de los empleos, a no ser el sector servicios, que requiere una cadena de la demanda, la cual se ve bloqueada por la inseguridad al desempleo. El coste de esta inversión equivaldría a garantizar una renta básica a estas mismas personas durante siete años, o dos años a 1.100.000 personas. Otras experiencias como los fondos Miner, por ejemplo, para un plan de reindustrialización ante el cierre de muchas minas, constata que dichos proyectos se mantienen mientras que se garantiza la subvención y no sin ellas. O la PAC en el tema agrario, con las repercusiones tan negativas y graves sobre los países en vías de desarrollo.

Poner dinero público para impulsar la economía y crear empleo es una medida keynesiana, que funcionó años atrás, para salir de una crisis mundial de posguerra. Luego ha venido funcionando, pero cada vez menos, pero es que además se aplica de manera errónea, pues si se financian proyectos de obras ha de ser con empleos públicos, para crear infraestructura y así facilitar la labor de las empresas y la comercialización de sus productos, pero si se hace a través de empresas el dinero público se va por un lado para los salarios, por otro para los costes y para los beneficios empresariales, finalidad del empresario. Lo cual encarece la intervención pública y el empleo creado sale muy caro.

Pero puede llegarse al peor de los escenarios: aumento de la inflación a la vez que del desempleo, deflación, una recesión en aumento y con el incremento de la deuda pública. La cual en Estados Unidos se ha empezado a corregir desde el Tesoro estadounidense de una manera peligrosa, como es emitir dinero, en principio de manera transitoria, pero que no podrá salir de dicha espiral, lo cual llevará a la devaluación de las monedas en el mercado internacional, ante lo cual no habrá posibilidad de reaccionar, sino tras muchos años de graves conflictos sociales y a nivel global, que lleve a un punto cero que exija un nuevo modelo. La gravedad de este proceso se podrá evitar adelantándose a los acontecimientos. Si las medidas se hacen para normalizar la economía real, hay que estudiar cuál es la realidad de la nueva economía y actuar de acuerdo a. la misma con nuevas medidas y no aplicar recetas de modelos que ya no funcionan. Y entender que, como explica el catedrático de filosofía del derecho, don Elías Díaz, “crisis” es una palabra que significa el momento clave, el momento decisivo, en el que se va hacia un lado o hacia otro, de manera que la crisis es una gran oportunidad para afrontar los cambios necesarios que exige, la adaptación de la economía a la nueva realidad definida por la globalización, el progreso tecnológico, la pujanza de la economía financiera y le necesidad de lograr un desarrollo sostenible.

De no afrontarse dicho cambio las consecuencias pueden ser peligrosas ante la ineficiencia del modelo. Ante todo lo cual, insisto, le ruego que considerando la gravedad de la situación estudie alternativas posibles, en caso de no funcionar las ya acordadas, y que entre dichos estudios se incluya la implantación de la Renta Básica universal, por si acaso funcionara.

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