AJUSTE: PALABRA QUE VIENE LUEGO DEL DEFICIT

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Fabian Sinibaldi

El término Ajuste puede tener varias acepciones. Sin embargo, el significado más temido es el que se desprende de su faceta económica o financiera.

Comencemos con algo básico. El ajuste, ya sea en nuestra economía familiar, en la economía de la empresa o en la mismísima economía del país, nace cuando, simplemente, no nos alcanza el dinero. Podemos postergar el ajuste tomando un crédito, pero tarde o tempranotendremos que adecuar nuestro modo de vida a lo que tenemos, sea mucho o poco.

O sea: podemos posponer el ajuste a la espera de tiempos mejores, pero si estos tiempos mejores no llegan o se dilatan, el ajuste es inevitable. Y eso es lo que tendrán que hacer muchas de las economías desarrolladas de Occidente: tomaron demasiada deuda y alguien tendrá que pagarlo.

El ajuste no es otra cosa que gastar menos. Sin embargo, un país está conformado por sus habitantes, y si el Gobierno de un país decreta un ajuste, no le quepa la menor duda que ese ajuste lo pagarán los ciudadanos de ese país. Grecia es un buen ejemplo: el ajuste fiscal es tan fuerte que ya ha sufrido dos huelgas generales en menos de 10 días.

Las medidas de ajuste -o las podemos llamar de manera más elegante:medidas de reducción del déficit- son muy variadas, pero las más utilizadas son:
- reducción o congelamiento de sueldos de los empleados estatales
- reducción de la inversión en obra pública
- reducción del gasto administrativo de las reparticiones del Estado
- subidas de impuestos al consumo
- recorte de plantilla del Estado
- congelación de las pensiones estatales

Estas son solo algunas de las medidas que puede tomar un gobierno para recortar su déficit fiscal. Pero ante lo inevitable del Ajuste, ¿cual es el momento justo para hacerlo?

Con una recuperación de la economía aun en pañales, las economías desarrolladas occidentales debaten si ya es hora de ajustarse el cinturón y empezar a achicar gastos o si, en cambio, la apuesta debe pasar por sostener el déficit para alejarse definitivamente del abismo de una depresión.

Menuda decisión. Si el momento de realizar el ajuste se pasa, se corre el riesgo de conformar una burbuja, por ejemplo, de deuda pública, que al explotar haga más daño y produzca un ajuste mucho más severo. También este es el caso de Grecia.

En fin. Acostumbrémonos a esta palabra, ya que con seguridad la escucharemos mucho más a menudo de ahora en más…

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