LA FINANCIACIÓN ALTERNATIVA

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Las cooperativas de trabajo asociado tienen serias dificultades para encontrar financiación en la banca tradicional. En este Dossier se ofrecen apuntes para encontrarla, por vías alternativas

“A veces los bancos no nos entienden. Creen que una cooperativa es una ONG y ya te escuchan con recelo”. Esta frase, dicha por un cooperativista cuya empresa sufre actualmente problemas de financiación, podrían repetirla muchos otros. Una de las dificultades más serias que están teniendo las cooperativas, sobre todo en estos momentos de crisis, es la falta de financiación. No se trata sólo del conocimiento del modelo cooperativo. Las dificultades son aun más graves porque no es fácil conseguir los avales necesarios. Más allá de que la empresa sea rentable, la simple morosidad en los pagos de los clientes puede terminar por destruir el proyecto cooperativo.

Sin embargo, hay entidades que no sólo conocen las cooperativas de cerca sino que ayudan para que los planes de negocio funcionen, apoyan la intercooperación y hacen posible la obtención de avales. Casi todas estas entidades comparten valores y están en algún punto, conectadas entre sí.

COOP57

Una de las organizaciones más cercanas al cooperativismo, y que cada vez tiene más presencia en el territorio español (Catalunya, Galicia, Andalucía, Aragón y Madrid) es la cooperativa de servicios Coop57, que cuenta entre sus asociados a entidades como las mismas organizaciones que reúnen a las cooperativas de trabajo como la Unión de Cooperativas Madrileñas de Trabajo Asociado, la Federació de Cooperatives de Treball de Catalunya y la Unión de Cooperativas de Trabajo Asociado de Galicia.
El funcionamiento de Coop57 es como el de cualquier cooperativa. Tiene un consejo rector, comisiones técnica y social, y coordinación. Todos los cargos son elegidos por la asamblea (aunque uno de los criterios clave de su funcionamiento es la proximidad, y por tanto cada comunidad autónoma tiene su propia asamblea).

Se trata de una entidad sin ánimo de lucro, creada desde la economía social y desarrollada con criterios de autogestión para autofinanciarse. Dentro de Coop57 cada socio pone una cantidad de dinero (el mínimo es de 900 euros) y nadie que no sea socio puede conseguir financiación. Esta estructura, aparentemente simple, ha logrado reunir millones. Sólo en Barcelona, donde comenzó en 1995, se consiguieron más de un millón de euros en un solo año.

No cualquier empresa puede ser socio de Coop57. Una comisión técnica evalúa si se trata de economía social, es decir, si cumple una serie de principios básicos como la democracia y la solidaridad. Si lo es y se asocia, entonces los técnicos evalúan la viabilidad económica para dar el préstamo.

“No hacen falta avales bancarios, aunque sí se piden avales individuales mancomunados de las personas que forman la cooperativa o de personas del entorno”, explica Javier Blanco, representante de Coop57 Madrid. “Sólo ha habido una vez en la historia de Coop57 en la que no funcionó un proyecto, por diversas circunstancias, pero por lo general se paga a tiempo. La gente que solicita la financiación se lo cree y por eso se compromete a su devolución. En los supuestos en que haya dificultades para devolver los préstamos, Coop57 busca, con la cooperativa afectada, las formas de renegociación que permitan la devolución final del préstamo con sus intereses”.

Para que los proyectos funcionen, Coop57 no sólo da el dinero y ayuda desde el punto de vista técnico, sino que intenta conectar a las empresas con posibles clientes o socios. “Como quieren que funcione, las mismas cooperativas que invierten en Coop57 intentan ayudar”, agrega Blanco.

El interés que cobra Coop57 por un préstamo depende de la decisión que tome la asamblea anualmente y del tipo de crédito. Se calcula sobre el interés que se paga a los ahorradores, el coste de la estructura y la previsión de préstamos. En promedio, puede alcanzar un 6,7%, que le sirve a Coop57 para auto-sostenerse y para una reserva por posibles impagos. El tope de cada préstamo es de 180.000 euros.

Otra de las posibilidades para financiar a las cooperativas es la emisión de títulos participativos de la empresa, bajo el respaldo de la entidad. Así se han financiado proyectos cooperativos como L'Olivera, en Catalunya, cuyos títulos de mil euros se agotaron en 10 días y fueron devueltos en 24 meses con un interés del 4,25% anual, el de Ecosecha en Madrid, o el más reciente de la Fundación Futur (300.000 euros captados en 15 días). En estos casos, Coop57 funciona como garante para los prestamistas y apoya la difusión de los títulos. Cada entidad decide a cuánto los vende y el tipo de interés. “Suele tener muchísimo éxito”, comenta Blanco, “porque permite obtener financiación de personas o entidades sensibilizadas con la economía social y, simultáneamente, es una herramienta de difusión de tu experiencia”.

El funcionamiento de Coop57 es como el de cualquier cooperativa. Tiene un consejo rector, comisiones técnica y social, y coordinación. Todos los cargos son elegidos por la asamblea (aunque uno de los criterios clave de su funcionamiento es la proximidad, y por tanto cada comunidad autónoma tiene su propia asamblea).

Se trata de una entidad sin ánimo de lucro, creada desde la economía social y desarrollada con criterios de autogestión para autofinanciarse. Dentro de Coop57 cada socio pone una cantidad de dinero (el mínimo es de 900 euros) y nadie que no sea socio puede conseguir financiación. Esta estructura, aparentemente simple, ha logrado reunir millones. Sólo en Barcelona, donde comenzó en 1995, se consiguieron más de un millón de euros en un solo año.

No cualquier empresa puede ser socio de Coop57. Una comisión técnica evalúa si se trata de economía social, es decir, si cumple una serie de principios básicos como la democracia y la solidaridad. Si lo es y se asocia, entonces los técnicos evalúan la viabilidad económica para dar el préstamo.

“No hacen falta avales bancarios, aunque sí se piden avales individuales mancomunados de las personas que forman la cooperativa o de personas del entorno”, explica Javier Blanco, representante de Coop57 Madrid. “Sólo ha habido una vez en la historia de Coop57 en la que no funcionó un proyecto, por diversas circunstancias, pero por lo general se paga a tiempo. La gente que solicita la financiación se lo cree y por eso se compromete a su devolución. En los supuestos en que haya dificultades para devolver los préstamos, Coop57 busca, con la cooperativa afectada, las formas de renegociación que permitan la devolución final del préstamo con sus intereses”.

Para que los proyectos funcionen, Coop57 no sólo da el dinero y ayuda desde el punto de vista técnico, sino que intenta conectar a las empresas con posibles clientes o socios. “Como quieren que funcione, las mismas cooperativas que invierten en Coop57 intentan ayudar”, agrega Blanco.

El interés que cobra Coop57 por un préstamo depende de la decisión que tome la asamblea anualmente y del tipo de crédito. Se calcula sobre el interés que se paga a los ahorradores, el coste de la estructura y la previsión de préstamos. En promedio, puede alcanzar un 6,7%, que le sirve a Coop57 para auto-sostenerse y para una reserva por posibles impagos. El tope de cada préstamo es de 180.000 euros.

Otra de las posibilidades para financiar a las cooperativas es la emisión de títulos participativos de la empresa, bajo el respaldo de la entidad. Así se han financiado proyectos cooperativos como L'Olivera, en Catalunya, cuyos títulos de mil euros se agotaron en 10 días y fueron devueltos en 24 meses con un interés del 4,25% anual, el de Ecosecha en Madrid, o el más reciente de la Fundación Futur (300.000 euros captados en 15 días). En estos casos, Coop57 funciona como garante para los prestamistas y apoya la difusión de los títulos. Cada entidad decide a cuánto los vende y el tipo de interés. “Suele tener muchísimo éxito”, comenta Blanco, “porque permite obtener financiación de personas o entidades sensibilizadas con la economía social y, simultáneamente, es una herramienta de difusión de tu experiencia”.

Las secciones territoriales de Coop57 no se encuentran en todas las comunidades autónomas y prácticamente todo se gestiona por internet. “Para constituir una sección en un territorio, lo primero que deben hacer es ponerse de acuerdo las entidades y empresas de la economía social que quieran formar parte”, explica Blanco. “No tenemos una política de expansión. Más bien la expansión sucede porque son las mismas personas de las localidades las que lo solicitan. Entonces Coop57 se involucra”.

FIARE

En la línea de Coop57 pero cuatro veces más grande, está lo que se conoce como el proyecto Fiare, una sociedad que funciona como agente financiero en España de la banca ética italiana (Banca Popolare Etica). Fiare reúne a 300 organizaciones y a unas mil indirectamente a través de federaciones y otras redes sectoriales. El proyecto nació del tercer sector y está muy ligado a las ONG. “Somos más que un simple agente financiero”, explica Juan Garibi, uno de los principales impulsores del proyecto. “Somos un movimiento político, social y financiero”.

Funcionan como una cooperativa de crédito, donde cada persona tiene un voto en la asamblea, y donde nadie puede tener más del 0,5% del capital. Al igual que en Coop57, Fiare no tiene ánimo de lucro y no genera dividendos. Sólo financian proyectos que sigan las líneas de la Red de Economía Social y Solidaria, y los empleados con salario de Fiare también trabajan bajo las mismas normas. Son hasta la fecha, siete personas en oficinas en Bilbao y Catalunya, y una delegada en Madrid.

Si se quiere pedir un préstamo desde cualquier comunidad autónoma, una de estas personas se traslada donde sea necesario. Para hacerlo no hace falta ser socio, sino ser social y ambientalmente responsable, y tener un proyecto rentable. Existe un comité ético que verifica en las empresas que financia cuestiones como las diferencias salariales, las estructuras medioambientales y el trabajo en red. Normalmente se financian proyectos de cooperación internacional y comercio justo, inserción social y colectiva, agroecología –no vale un certificado, sino que ellos mismos evalúan a la empresa– y valores sociales como las formas de igualdad, la comunicación y la educación. Además, se presta dinero en países del Sur, a través de las ONG.

Y, por supuesto, se realiza un análisis de riesgo. Si es rentable, los préstamos (no hay un máximo, salvo el que la normativa imponga a la Banca Popolare Etica italiana) pueden ser de varios tipos. Los intereses, que se calculan de acuerdo al Euribor, tienen un tipo variable según el producto, y rondan un promedio del 4% anual. Se financian desde créditos hipotecarios hasta anticipo de subvenciones.

“No queremos ser una banca sino impulsar otra economía”, explica Garibi. “Y por lo tanto, no funcionamos bajo los criterios bancarios”. Es por este motivo que Fiare tiene una política de avales distinta que la de los bancos tradicionales. Pide avales sólo si hace falta y, en función del proyecto, pueden utilizar una fórmula de aval mancomunado o colectivo, donde todos son responsables. Este método para conseguir un respaldo consiste en que la empresa que pide el préstamo consiga que 40 personas respondan por ella. “Es una manera de verificar el tejido social que hay detrás de un proyecto”, explica Garibi. Hasta ahora este método no los ha defraudado. No han tenido impagos y, por el contrario, en dos años han crecido un 40%. De hecho tienen más dinero en ahorros que en préstamos. Lo que no prestan lo localizan en deuda pública, en fondos éticos de la Banca Popolare Italiana y en cajas rurales cooperativas. “De hecho, estamos buscando proyectos para prestar dinero”, agrega Garibi. “Y nos interesaría mucho llegar a acuerdos con las organizaciones del cooperativismo de trabajo, para dar préstamos con ventajas exclusivas a las cooperativas miembro. Estamos dispuestos a renunciar a más interés, para poder prestar más”. Con los beneficios generados por los préstamos y el ahorro, Fiare sólo llega a pagar la estructura de funcionamiento.

Fiare está apostando por la creación de una banca ética cooperativa europea, en conjunto con la Banca Popolare Italiana y la banca ética francesa Nef, que esperan fusionarse definitivamente en 2011-2012. Iniciaron la campaña en 2009 y por ahora han conseguido 1.200.000 euros. Coop57 es uno de los socios que está dentro de Fiare para la creación de esta banca europea.

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