¿POR QUÉ LA RECUPERACIÓN EN ESPAÑA Y EN LA UNIÓN EUROPEA ES MUCHO MÁS LENTA QUE EN EEUU?

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Vicenç Navarro

Existe un consenso casi total entre los estudiosos de la Gran Recesión que está afectando al mundo de que EEUU está saliendo de ella más rápidamente que la Unión Europea y que es más que probable que ello continúe en los próximos años. Los economistas neoliberales (que gozan de grandes cajas de resonancia en los mayores medios de información y persuasión en España) atribuyen este hecho a la mayor desregulación de los mercados de trabajo estadounidenses, lo cual explica el gran énfasis que hacen en la necesidad de desregular los mercados de trabajo en la Unión Europea. Esta propuesta de salida de la crisis ha alcanzado la categoría de dogma en nuestro país, donde se considera indispensable que se desregulen más los mercados de trabajo a fin de disminuir el elevado desempleo y, con ello, salir de la crisis (un ejemplo de esta ortodoxia neoliberal es el artículo “Demanda, Competitividad y Ajuste Fiscal”, publicado en La Vanguardia 06.06.10, y escrito por David Taguas, que fue Subdirector del Servicio de Estudios del BBVA y director de la oficina Económica del Presidente Zapatero).

Este dogma se reproduce a pesar de la abundante evidencia que la cuestiona. En realidad, el desempleo históricamente ha sido más bajo en la mayoría de países de Europa que en EEUU. Durante el periodo 1950-1980, el desempleo de la mayoría de países de lo que más tarde pasaría a ser la Unión Europea de los Quince (UE-15) fue menor que el existente en EEUU. Es sólo desde el establecimiento de la UE (con un Pacto de Estabilidad que limita los déficits del estado a un porcentaje del PIB menor del 3% y con unos intereses bancarios dictados por el Banco Central Europeo, más elevados que en EEUU), que el desempleo es mayor en la UE que en EEUU. No es el grado de regulación de los mercados de trabajo el que determina el nivel de desempleo de un país, sino su tasa de crecimiento económico, la cual se ha visto dificultada en la UE por la arquitectura institucional de la UE, que ha dado prioridad a políticas monetarias sobre políticas keynesianas de estímulo económico. Y ello es consecuencia del enorme poder que el capital financiero tiene sobre el diseño de tal arquitectura neoliberal de la UE y, muy en especial, el Consejo Europeo, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo (ver mi artículo “No son los mercados sino los bancos los que dominan la UE”, Sistema digital. 04.06.10)

La respuesta a la profunda crisis que estamos sufriendo muestra la certeza de este diagnóstico. En un artículo reciente “How Stimulative Has Fiscal Policy Been Around the World” (Challenge. May/June 2010), dos académicos, uno de Chile y otro de EEUU, Esteban Pérez Caldentey y Matías Vernengo, muestran como la mayoría de países de la UE-15 han dedicado muchos más fondos a “salvar” a la banca que a estimular la economía (al revés que en EEUU, donde los fondos públicos para estimular la economía han sido mayores que los dedicados a salvar a los bancos). Así, Gran Bretaña se ha gastado el equivalente al 29% de su PIB, Alemania el 20%, Francia el 18%, España el 14% y Portugal el 6% de su PIB en “salvar” a los bancos, todos ellos porcentajes mayores que EEUU (un 5%).

Por el contrario, Gran Bretaña se ha gastado sólo un 1,8% del PIB en estimular la economía, Alemania un 3%, Francia un 2%, España un 1,2% y Portugal un 1,8%. EEUU, sin embargo, se gastó un 6% de su PIB en estimular la economía. Pero no sólo en la cantidad, sino en el tipo de estímulo, es donde también existen diferencias sustanciales. Mientras que el estímulo económico en EEUU se acentuó mucho en la inversión creadora de empleo (en nuevas energías e infraestructuras y en servicios públicos), en los países de la UE se intentó conseguir el estímulo económico a base de reducir los impuestos (cuyo impacto en creación de empleo es mucho menor). Es esta la razón de que EUUU se recupere más rápidamente que la UE y no la situación de sus mercados laborales.

A nivel mundial, la mayor recuperación de su economía está ocurriendo en China, donde el estímulo económico alcanza el equivalente al 8% de su PIB con el añadido de que el 80% de tal gasto es en infraestructuras físicas y sociales (incluyendo el establecimiento de un nuevo servicio sanitario nacional). El impacto multiplicador de esta inversión en la creación de empleo es muy elevado, como lo es el estímulo estadounidense, mientras que es muy bajo en el caso de los países europeos citados anteriormente.

La evidencia, pues, es bastante clara y convincente de que para salir de la crisis la Unión Europea debiera seguir políticas expansionistas, con considerable aumento del gasto público, con el objetivo de crear empleo y establecer las bases de un nuevo tipo de crecimiento económico. Este crecimiento debe ir más orientado a servir las necesidades de la infraestructura social y económica del país, estimulando el desarrollo del estado del bienestar y de la economía productiva a costa de disminuir el espacio y, sobre todo, la influencia del capital financiero, cuyo poder sobre las instituciones europeas es la raíz del problema en el que la UE se encuentra. Tal influencia explica que hoy se esté dando gran importancia a la reducción del déficit y de la deuda pública en lugar de priorizar la reducción del desempleo, a base de estimular el crecimiento económico.

Todos los datos presentados en este artículo proceden de la Organización Internacional del Trabajo, que han enfatizado el estudio del impacto en la creación de empleo de las políticas de estímulo económico en su informe “The Financial and Economic Crisis: A recent work response”, publicado en marzo de 2009. Existen otros informes, como el producido por la organización internacional de sensibilidad neoliberal, la OECD, que utilizan otros criterios y presentan otras cifras en su informe “Fiscal Package Accross OECD countries: Overview and Country Details”, también publicado en marzo de 2009. Todos estos informes, procedentes de sensibilidades distintas, llegan, sin embargo, a la misma conclusión: el estímulo económico ha sido mayor en EEUU que en la Unión Europea. Y por estímulo económico se entiende la nueva inversión pública gastada en estimular la economía. Me veo en la necesidad de aclarar este punto, pues muchos autores, al ver que el gasto público es, en general, mayor en los países de la Unión Europea que en EEUU, concluyen erróneamente que Europa provee mayor estímulo económico. Estamos hablando de nuevos gastos e inversiones públicas. En un momento en que el sector privado está estancado, sin producir empleo (en realidad se está destruyendo), es urgente e importante que sea el sector público el que cree empleo a base de incrementar su gasto público en áreas de creación de empleo. De ahí que las propuestas de reducir el gasto y el empleo público sean contraproducentes. Y de ello deriva el retraso en la recuperación económica en la UE.

Vicenç Navarro, Catedrático de Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University



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