LA PEDAGOGÍA POLÍTICA DEBERÍA SER EL PRIMER OBJETIVO DE LOS Y LAS ACAMPADAS

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Laura Sancho entrevista aArcadi Oliveres

Arcadi Oliveres, activista, inspirador, altermundista y un entregado como pocos, defiende el movimiento 15M. Desde la sede de Justicia y Paz, al lado de Pl. Cataluña de Barcelona, sintiendo el latido de la revolución, reflexiona sobre el extraordinario fenómeno que ha llegado para no irse.

Las últimas semanas, la desafección por la clase política ha culminado en la creación de diferentes movimientos coordinados que han dicho basta. A este grupo inicial de personas jóvenes que salieron a la calle para hacer frente a las múltiples crisis que estamos viviendo, rompiendo el estereotipo instalado de pasividad, se les han sumado grandes y pequeñas. Arcadi nos da su punto de vista…

¿Cómo podemos sumar más gente al movimiento 15M, acampadas, etc.?
Hay una gran contradicción entre un grupo de gente de vanguardia que está en Plaza Cataluña diciendo que quiere hacer cosas, y muy interesantes, y una masa crítica de gente que hace 15 días votó mayoritariamente a tres partidos: PP, PSOE y CiU. Y estos quieren hacer exactamente lo contrario de lo que dicen los acampados. Esto significa que falta mucha pedagogía política, y para mí eso quiere decir que el primer objetivo de los y las acampadas debería ser este y empezar intervenir ante el gobierno cuando la gente esté dispuesta a hacerlo. Si sólo una minoría de un 1% pide cambios los políticos no hacen caso, pero si éstos ven que hay mucha gente que empieza a tomar conciencia y reivindica cosas, al final tienen que escuchar.

A su entender, ¿cuáles deberían ser los siguientes pasos a seguir?
De momento hay que levantar el toldo de Plaza Cataluña porque pienso que ha madurado demasiado. Creo que fue muy acertado el hecho de que la acampada volviera a coger empuje cuando Puig quiso desalojar y que se mantuviera dos o tres días más. Pero ahora creo que deberían pensar: “es momento de ir a Sants, Horta, Sarrià, Gràcia, etc”. De hecho el movimiento ya está extendido en Reus, Cornellà, Terrassa y otras ciudades. “Y cuando acabamos de Terrassa nos vamos a Vilacavall y después a otra parte…” Y a la larga conseguiremos que todo el tejido social pueda dar una respuesta. Pienso que ha llegado el momento de la capilarización total y dejar los centros neurálgicos, que nunca les hemos de abandonar al 100% porque igual dentro de dos meses nos podemos volver a encontrar en Plaza Catalunya.

Esta tarea en pueblos y barrios sobre todo debe ser pedagógica, se trata de cambiar la mentalidad de la gente y hacerles ver su consumo exagerado, etc. Y ahora resulta muy atractivo porque con el buen tiempo la gente se puede reunir y hablar con los otros. Y que además las redes sociales lo harán progresar mucho, no hay duda, pero también hay que hablar con la gente, poder tocarla… Y eso las acampadas lo han permitido mucho.

Después de hacer pedagogía, cuando ya tengamos mucha gente convencida, entonces hay que fijar cinco o seis prioridades, no demasiadas, para luchar: dación de las hipotecas, iniciativa legislativa para una nueva ley electoral, las pensiones, etc., lo que sea. Y luego puede haber otros grupos que hagan acciones concretas con otros temas más específicos.

¿Qué deberíamos aprender de movimientos sociales anteriores?
Es difícil porque cada uno tiene unas características diferentes pero creo que lo primero que debemos aprender es que todas estas campañas han servido para mentalizar a la gente. Por ejemplo, cuando comenzó la campaña por la deuda externa a finales de los años 90 nadie sabía que era, y ahora lo conoce prácticamente todo el mundo. Se rebajará o no, pero es un derecho adquirido. Hace 20 años ni siquiera se conocía pero la FCONGD hizo un gran trabajo de concienciación. Por lo tanto, pienso que lo que hay que hacer son formaciones directas, porque nos lo dice la experiencia.

Otra experiencia que viene de movimientos anteriores, es la evidencia de que al poder no le gusta la democracia. Cuando llegaron las movilizaciones por la deuda externa las prohibieron, cuando llegan las acampadas las prohíben… Pero una cosa es el hecho de que el poder nunca es amigo de la democracia, la participación, la libertad de expresión, ni de los referéndums, y otra cosa es que todas estas acciones sí sirven para generar opinión pública y que a veces hay victorias. Por ejemplo, con el tema del 0,7%, en los años noventa hubo acampadas en Madrid y Barcelona, no se ha conseguido el 0,7 pero ha entrado en la agenda de la Generalitat y también ha conseguido que los medios hablen sobre ello.

¿Qué rol deberían tener las ONG?
Las ONG han hecho un papel bueno hasta ahora, el de dejar hacer, y creo que eso es positivo. Pero sería bueno que en enero hubiera una cierta convergencia entre este movimiento, las ONG y el Foro Social Catalán que estamos poniendo en marcha. Pero yo no me veo capaz, y no creo que nadie de esta casa lo haya hecho, de ir a una reunión a la asamblea de Plaza Catalunya y decir “chicos, venid al foro social”, por lo tanto, no sé de qué manera se debería hacer, pero tengo la intuición de que sería bueno. Habría que explicarles un día en detalle en la asamblea en qué consiste el Foro Social Mundial, preguntarles si hay voluntarios que quieran participar y hacerles ver que estamos exactamente en la misma línea. Por ejemplo, desde hace más de un mes diferentes entidades se están manifestando para pedir que no se recorten presupuestos sociales, en el fondo estamos haciendo lo mismo. Pero lo que pasa es que algunas personas tienen un carácter más anarquizante, que yo admiro, y es más difícil de convencerlas. Y al final podemos sufrir el peligro que tiene la izquierda, la división. Y como la derecha siempre tiene el mismo Norte que es la cartera, nosotros pedimos las mismas cosas pero de forma separada y ellos mientras recortan.

En su último libro, Paremos la crisis, nos da recetas muy claras. Ahora todos y todas tenemos ganas, ¿con que podemos empezar?
¡Cuantas acciones podemos hacer como ciudadanía para empezar!, muchas cosas cambiarían el día que cada uno decida pasar a la acción y…
>> Vaya a su oficina de ahorros a preguntar al director o directora el porqué la caja está haciendo la tontería de dejar de ser una institución con fines sociales para convertirse en un banco. Y al final llegasen 200 directores a la sede central de la entidad diciendo que ya están hartos de que cientos de personas les estén preguntado lo mismo, quizás entonces los directivos empezarían a plantearse qué hacer.
>> Vaya a su caja o banco a decir que no quiere tener más fondos de pensión porque eso supone hacerle cómplice de inversiones especulativas.
>> Retire las cuentas corrientes de los bancos convencionales y los empiece a poner en la banca ética, aunque no fueran todas.
>> Empiece a hacer objeción fiscal en la declaración de la renta contra el gasto militar, diciendo que no quiere pagar dinero al ejército.
>> Deje de meter los pies en el Corte Inglés por ser una empresa explotadora e impresentable que vende con todo tipo de trampa.
>> Cuando necesite comprar una cama, en lugar de ir a Ikea, espere hasta el día de recogida de muebles en la calle.
>> Difunda entre sus amigos o vecinos que la inmigración es un tesoro, y que el racismo que hacen algunos significa abusar de la buena fe de la gente y que es una mentida podrida.

Y a nivel colectivo, los sindicatos deberían empezar a predicar cosas que no han predicado nunca: la reducción de la jornada laboral, que es la única salida frente al paro.
También se deberían articular más grupos de presión, como ya se ha constituido un grupo de afectados por la hipoteca para exigir la dación en pago, es decir, que la entrega de la vivienda sea suficiente para saldar el préstamo hipotecario con la entidad financiera.

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