DIEZ AÑOS DESPUÉS, EL 11-S HA SIDO CONVERTIDO EN UN 'BEST SELLER' MEDIÁTICO. POCO MÁS

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Félix Soria, en 'Impulso'

El décimo aniversario del 11-S asoma esta semana en todos los medios y el próximo domingo será el sursum corda.
Diez años después, las muertes de 2.700 neoyorquinos no deberían seguir siendo instrumentalizadas políticamente. Hace ya varios años que es obligado dar un paso adelante.
Diez años depués, la más cruenta acción de violencia perpetrada en territorio de Estados Unidos por un país o una organización extranjera es un valioso material informativo, ¡pero con limitaciones!
No está bien visto --incluso hay quienes lo prohíben-- formular la pregunta obligada ante un crimen; ¿Por qué?
Los contados políticos, analistas, historiadores, observadores o periodistas que abren ese interrogante casi siempre se quedan en la superficie: odio, terrorismo, fanatismo, violencia ciega, etcétera...
A esa lista de simplezas que nada sustancial explica se añaden los nombres de los autores materiales (los secuestradores de los aviones), más los de Bin Laden y Al Qaeda; seguidos en todo caso por loscolaboradores necesarios, según dicen, el Estado iraquí o los talibanes --si bien esto último es poco más que un entretenimiento mediático y la justificación política de barbaries posteriores.
Y punto.
La respuesta al porqué acaba ahí.
[NOTA: Estos días, acaso para enlodar todavía más el escenario, hay quienes mezclan churras con merinas para decir o escribir que el 11-S fue uno de los desencadenantes de la actual recesión económica. ¡Todo vale con tal de sacar tajadas colaterales o impedir la comprensión racional del atentado!]
Diez años después de los 2.700 muertos neoyorquinos y tras los cientos de miles de muertos habidos entierras ignotas en guerras preventivas, el 11-S sigue siendo un acto puntual de salvajismo perpetrado por 19 fanáticos de un grupo sin nombre que formaba parte del entramado Al Qaeda.
Y punto.
El resto de la información referida al 11-S es patrotismo, coraje, resignación, anti-islamismo, etcétera... Mas del porqué, nada.
Con relación al 11-S, nada se dice o escribe de intereses petrolíferos ni de regímenes estilo saudí que financian iniciativas inconfesables, nada de los desarraigos existentes en Oriente Próximo ni de las miserias que caracterizan la vida de los ciudadanos que residen en países que poseen reservas multimillonarias de crudo, nada de los abusos de Occidente, nada de nada...
Diez años después: 19 fanáticos conectados con Al Qaeda perpetraron un acto puntual de barbarie que ensangrentó un escenario idílico en el que era imposible barruntar que cierto número de miserables y desesperados habitantes de Oriente Próximo pudieran recurrir al crimen por el crimen.
Y punto.
Diez años después, el 11-S debe seguir siendo incomprensible porque los ciudadanos somos bobos y podríamos extraer conclusiones peligrosas si los hechos se explicaran racionalmente...
Y punto.

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