DÍA DE LA CONSTITUCIÓN NEOLIBERAL

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Rosa María Artal

No sé si podéis imaginar qué representó para mí y muchos otros la Constitución democrática de 1978. En una infancia con penurias económicas familiares lo que más se ha fijado en mi memoria fue –uno nunca sabe por qué elije unos símbolos y no otros- el “cuidado, calla, las paredes oyen”. Ni en casa se podían esgrimir críticas al Régimen franquista no fuera a ser que alguien las escuchara y denunciara. Y a una niña –rebelde- eso le cuesta entenderlo. A fe que había motivos. El dictador que murió tranquilo y loado en su cama, lo hizo matando a los disidentes hasta la despedida. Léase las ejecuciones de Septiembre de 1975. Por Consejo de Guerra a aquellas alturas.

33 años después, nos encontramos con una Constitución reformada de urgencia sin consultar a los depositarios de la soberanía nacional, para fijar en ella el neoliberalismo. Ya pintó bien mal, la “celebración” del año pasado en “estado de alarma” por primera vez en democracia, debido al conflicto de unos trabajadores –privilegiados si se quiere pero asalariados al fin- como son los controladores aéreos. A quienes los medios jalearon como elemento de distracción de los problemas reales hasta la extenuación.

Parlamento disuelto este año a la espera que acceda al cargo Mariano Rajoy, por la gloria de nuestra Ley electoral que ha otorgado mayoría absoluta y todo el poder de decisión al PP con los votos de 10 millones de personas. Neoliberal de marca, si alguna marca pueden tener su indolencia y apatía, anuncia desde su aterrado silencio que compra sin ver la “refundación” de la UE decretada por Angela Merkel, con un napoleoncito –que por no perder votos en casa- le sale de la bragueta en la genial viñeta de Vergara. Observad las estrellas de la Unión en la papelera.




Y así es, perdemos soberanía, derechos y dignidad. Se destruye el sueño de la Europa de los valores que inspiró a los fundadores. La hija del presbiteriano alemán que se crió en la comunista Alemania del Este –en mezcla letal-, quiere imponer la disciplina. Se salta las “preciadas” Instituciones de la UE, como la Comisión –que es el ejecutivo oficial- para imponer el rigor presupuestario –que el país que dirige no cumple por cierto, pero ésa es otra historia-. Hecha la UE al modo y manera de la Alemania ya desde el Tratado de Maastricht, con los instrumentos financieros que decidieron, obteniendo claros beneficios que le llevan incluso a pagos negativos de su deuda, mientras al resto de los países nos desangran, ahora también quiere todo el poder. Consagrado en Tratados. Por lo que se sabe arbitrarán sanciones al que gaste más de lo estipulado. Han hablado de quitar el voto. Y esos castigos ejemplares los decide una élite de países de la UE que aún no nos han contado quiénes serán pero nos lo imaginamos. ¿Puede haber algo más antidemocrático?Rajoy, el dubitatitivo, sí tiene claro que quiere estar ahí: con el látigo. Sacando el dinero para lucrar a los especuladores de nuestra piel si es preciso, que lo será.

Nos están quitando todo lo esencial –empleo, sanidad, educación, servicios públicos-, vendiendo (“privatizando” le llaman) lo que pagamos con nuestros impuestos, para preservar un sistema dirigido a “tranquilizar” a los insaciables mercados, a los especulares que campan a sus anchas, en una senda que no tiene fin como ha demostrado el desarrollo de la crisis: tres años después de la caída de Lehman Brothers… y de las inyecciones –incesantes ya- de dinero público a los poderes económicos, ellos son las que mandan. Los que exigen cada día más beneficios a costa de lo que sea. De incrementar las desigualdades sociales, ante las que clama ¡la OCDE!… y muy pocos socialistas que se sepa. ¿Los datos de la realidad valen más que las presunciones de lareligión neoliberal? ¿En qué sinrazón estamos viviendo?

Ni un solo país ha mejorado su situación con las políticas de restricción y ajuste, preguntad a los neoliberales convencidos, no podrán citaros uno. Por el contrario Latinoamérica despega, una vez que -sufrido el vía crucis en el que ahora nos hallamos nosotros-, aventaron a la mayoría de los portavoces del neoliberalismo en la tierra.

La inquietud de los economistas decentes lleva al Premio Novel Joseph Stiglitz a preguntarse –según recojo en mi libro-: “En la mayoría de cada uno de estos casos la economía va de un descenso a la recesión y de una recesión a la depresión. ¿Por qué los países están haciendo de forma voluntariaque Europa esté detrás?”.

Así “festejamos” los 33 años de la Constitución, devaluada y aún más amenazada. Apoyado el tinglado por otros poderes del sistema y la disuasión continua del pensamiento crítico. Con una sociedad adocenada que va donde le mandan y tiene los mismos redaños que los que soportaron 40 años de dictadura. Un espíritu servil que no se revuelve ante la desfachatez que justifica todos los recortes en “la tranquilidad de los mercados“.

A la espera de la evolución del #15M y de todos los movimientos similares que bullen en el resto del mundo, el español empieza a dar muestras de estar cazando mariposas mientras bombardean nuestros cimientos. De apagar un fuego devastador portando jeringuillas con agua.

Durante muchos años éste sí fue un día de celebración, hoy lo contemplo con la misma preocupación que muchos otros. Forges, por ejemplo.

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