NADIE SE HACE A SI MISMO

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ENTREVISTA A JOSEPH STIGLITZ, PREMIO NOBEL DE ECONOMÍA

Lluís Amiguet, en 'La Vanguardia'

El orgullo de enseñar Vuelvo en el AVE con Stiglitz, asiduo de Barcelona. Me pregunta por el nacionalismo de Mas-Colell y Sala i Martín (colega en Columbia). Y por qué en CaixaForum de Madrid, donde es recibido en la Real Academia de Economía (Racef), además de Toxo, líder de CC.OO., o de Manuel Pizarro, estaba el secretario de la Casa Real. Le hablo del propósito del príncipe Felipe de ser el rey de una segunda transición hacia el federalismo. Stiglitz escucha lo poco que creo saber y luego se sumerge en la pantalla de su portátil. Tal vez sea un informe para el Banco Mundial, que dirigió, o la Reserva Federal. Sonríe y me revela que son trabajos de alumnos. Y añade con orgullo que aún tutela la investigación de sus posgrados.


El BCE regatea cada euro mientras la Reserva Federal inunda de liquidez los mercados.
La Fed hace lo que se debe hacer para evitar la recesión. Y así avisa ahora de nuevo a Europa de que sin más liquidez -sin financiar la deuda de España e Italia- no va a salir de esta crisis.

¿España debe pedir el rescate ya?
Sin condiciones no habrá ayuda, y si España las acepta sería un suicidio a cambio de un rescate. Ese tipo de ayuda es para los bancos, pero hunde a los ciudadanos.

¿Y quién pagará todo ese dinero que fabrica EE.UU.? ¿No dispara así su deuda?
EE.UU. fabrica su propio dinero, así que el concepto de deuda en su caso es relativo.

Si una familia gasta más de lo que tiene, acaba en la ruina.
Pero la economía de un país no es una familia, sino todo lo contrario: cuanto más se invierte en lo que es de todos -educación, sanidad, innovación, investigación...,- más dinero acaban teniendo las familias. Y así se crece y se pagan las deudas con menos sufrimiento.

Pero la austeridad mejora la eficiencia y la competitividad de un país.
Cuando recorta la inversión pública en capital humano, aumenta la desigualdad y por tanto la ineficiencia económica, y frena el crecimiento. Y propicia nuevos recortes.

Los mercados castigan al que derrocha.
Los mercados castigan a quien no crece y saben que quien recorta indiscriminadamente acaba en recesión. Por eso, Fitch ha degradado la calificación de España.

En Barcelona ¿deben alegrarse o lamentarse de que Eurovegas se vaya a Madrid?
El juego en general acaba financiando tejemanejes políticos que benefician a unos pocos aprovechados en detrimento de todos.

Pues aquí no le hacían ascos.
Muchas grandes fortunas tienen su origen en ventajismos inconfesables de cazadores de rentas: monopolistas, especuladores, comisionistas de partido que se aprovechan del sistema hasta que lo controlan financiando a políticos que, después, a cambio les rebajan los impuestos y dan más favores...

Que los hacen aún más ricos.
La gran razón del aumento de la desigualdad es que hoy hacen trampas demasiados.

Y son grandes patriotas hasta que llega el momento de pagar impuestos.
Entonces se van a otro país. Se sirven de los estados para mantener su ventaja. Los paraísos fiscales forman parte de ese entramado que aumenta la desigualdad social, que tanto perjudica a la eficiencia económica.

Si uno es pobre, algo no habrá hecho, y si es rico, será porque lo ha hecho bien.

A los ricos les gusta pensar que merecen su fortuna. Y a los herederos hay que reconocerles que han sabido elegir a sus padres. Pero lo cierto es que nadie se hace a sí mismo.

¿Usted tampoco?
Yo también supe elegir a mis padres. Eran modestos, pero me educaron en la convicción de que el dinero sólo es un medio y no el fin de esta vida. Y tuve otra suerte: que la escuela pública y gratuita era de calidad. Y que me tocó el cerebro que me tocó.

También se lo trabajó usted.
Me esforzaba y me divertía al tiempo. Y tuve colegas como Akerlof, que ganó conmigo el Nobel tras haber sido amigos en el cole.

Colegas y sin embargo amigos.
Nadie es fruto de su único esfuerzo. La marginación de la mujer americana nos permitió aprender de maestras con talento que hoy conseguirían empleos mejor pagados.

Sin una buena escuela no hay Nobel.
Y la suerte también decide la pobreza de muchos: miles de americanos, en vez de a la universidad, fueron enviados a Vietnam y mutilados. ¿Son pobres porque no se esforzaron? Cumplieron con su deber. Y mire.

¿Acaso Bill Gates o Steve Jobs no se hicieron a sí mismos?
Gates, con su Windows, copió el Mac de Jobs, quien a su vez lo había copiado de Xerox. Y yo mismo no hubiera ganado el Nobel sin aprovechar el trabajo de otros.

¿Por qué la desigualdad crea ineficiencia económica?
Nos priva a todos del talento de los pobres -y tienen mucho- y, al concentrar el capital en pocas manos, perjudica al consumo; porque las pequeñas empresas y las clases medias gastan e invierten su dinero con más acierto que los grandes capitalistas.

Si tienes poco, piensas mucho tu gasto.
Sin esa sabiduría agregada de la clase media, el sistema es inestable económicamente y después políticamente y al fin socialmente: hay revueltas y cae la inversión...

Cada vez que pierdo en bolsa, evoco su teoría de la información asimétrica: yo he sido un idiota y otros, unos listos.
Quienes falseaban el Libor (tasa de referencia interbancaria), que rige transacciones de 350 trillones, también se lucraron con información asimétrica, y los contables de Enron o los de las hipotecas basura.

Yo sé algo que tú no sabes y me forro.
Yo la ignoré al alquilar mi casita en Nueva Jersey sin conocer las leyes del estado, que hacen muy difícil echar al inquilino moroso. Un tipo me ofreció un alquiler mensual elevado, porque él sí sabía que no iba a pagarlo. Y así perdí seis meses de alquiler.

¿Por qué los indignados apenas logran pasar de la indignación?
Porque son buenos para denunciar los fallos del sistema, pero malos para corregirlos. No saben ser antisistema sin ser antiorganización también. Y si no te organizas, no logras cambiar nada.

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