La siguiente pata de su planteamiento es que la intervención pública es por naturaleza perturbadora y distorsionante, y eso es una falsedad absoluta. Otra cosa es que la intervención pública tenga fallos. Pero ellos tienen una forma de razonar muy interesante: también reconocen fallos en el mercado y en la intervención pública, pero luego hacen una pirueta dialéctica, dicen que los fallos en el mercado son subsanables, pero los de la intervención pública son esencialmente irreductibles y perversos. Eso no tiene ninguna lógica, porque la intervención pública también puede aprender y perfeccionarse a través de mecanismos de participación y democracia real. Incluso el propio discurso de que el mercado vale no se tiene en pie, porque hoy en la economía mundial un porcentaje muy elevado de transacciones económicas no va por el mercado, son operaciones internas de grandes grupos transnacionales no reguladas por el mercado. Lamentablemente, durante este tiempo su teoría ha ido calando, a pesar de su endeblez. De hecho, los mayores críticos de la intervención pública deberíamos ser nosotros, los que creemos en ella. Somos los primeros que tendríamos que decir que esto se ha hecho mal, haberles dejado la crítica a los neoliberales ha sido un error.
LA ENDEBLEZ DEL PENSAMIENTO NEOLIBERAL
| author: jose luis ochoaAngel Martínez González-Tablas
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