El “primer mandamiento” en Economía es: Crece. Crece para siempre. Las compañías deben hacerse más grandes. Las economías nacionales necesitan incrementarse en un cierto porcentaje cada año. Las personas deberían querer más, hacer más, ganar más, gastar más…siempre más.
El “primer mandamiento” de la Tierra es: Lo suficiente. Sólo lo justo y no más. Sólo el suelo justo. Sólo el agua justa. Sólo la luz del sol justa. Todo lo nacido de la Tierra crece hasta su tamaño apropiado y luego se detiene. El planeta no se hace “más grande”, se hace “mejor”. Sus creaturas aprenden, maduran, se diversifican, evolucionan, crean belleza, novedad y complejidad sorprendentes, pero viven dentro de límites absolutos.
La economía dice: Compite. Sólo oponiéndote contra un adversario digno podrás desempeñarte eficientemente. La recompensa a una competencia exitosa será el crecimiento. Te “devorarás” a tus oponentes, uno a uno, y al hacerlo ganarás los recursos para seguir haciéndolo.
La Tierra dice: Compite, sí, pero mantén tu competencia dentro de ciertos límites. No aniquiles. Toma sólo lo que necesitas. Deja a tu competidor lo suficiente para vivir. Cuando sea posible, no compitas, coopera. “Polinizence” entre sí, creen un escudo entre sí, construyan estructuras firmes que permitan a las especies más pequeñas asomarse a la luz. Pásense los nutrientes, compartan el territorio. Ciertos tipos de excelencia surgen de la competencia; otros surgen de la cooperación. No están en guerra, están en comunidad.
La Economía dice: agótalo rápidamente. No te preocupes en reparalo; cuanto más pronto algo se desgasta, más pronto comprarás otro. Esto hace que el producto bruto interno se mueva. Tira las cosas cuando te canses de ellas. Arrójalas a un lugar donde sean inútiles. Toma materiales y energía para hacer más. Tala los bosques cada 30 años. Saca el petróleo del suelo y quémalo ahora. Genera empleos para que la gente gane dinero, así pueden comprar más y más cosas y luego descartarlas.
La Tierra dice: ¿Cuál es el apuro? Tómate tu tiempo construyendo suelos, bosques, arrecifes de coral, montañas. Tómate cientos ó miles de años. Cuando algo quede fuera de uso, no lo descartes, conviértelo en comida o en alguna otra cosa. Si toma cientos de años hacer crecer un bosque o millones de años comprimir petróleo, quizás esa sea la velocidad a cual deberían ser usados.
La Economía descuenta el futuro. Dentro de 10 años, $2 valdrán $1. Podrás invertir ese dólar al 7 por ciento y duplicarlo en 10 años. Entonces un recurso, dentro de 10 años valdrá la mitad de lo que vale hoy. Tómalo ahora. Conviértelo en dólares.
La Tierra dice: Tonterías… Esos dólares invertidos crecerán en valor sólo si lo que se compra crece en valor también. La Tierra y sus tesoros no se duplicarán en 10 años. ¿En que gastarás tus dólares duplicados si hay menos tierras, aguas más sucias, menos criaturas, menos belleza? La regla de la Tierra es: Dáselo al Futuro. Acumula una fracción de pulgada de la capa superficial del suelo cada año. Da todo de ti para nutrir a los jóvenes. Nunca tomes más en tu generación que lo que des a la generación siguiente.
La regla económica es: Haz lo que sea que tenga sentido en términos monetarios.
La Tierra dice: el Dinero mide nada más que el poder relativo de algunos seres humanos sobre otros seres humanos, y ese poder es insignificante comparado con el poder del clima, los océanos, las incontables multitudes de organismos unicelulares que crearon la atmósfera, que reciclan los residuos y que han perdurado por 3 billones de años. El hecho que la economía, que ha perdurado tal vez 200 años, le de valor cero a estas cosas sólo significa que la economía no sabe nada acerca del valor o acerca de durar.
La Economía dice: Preocúpate, lucha, estate insatisfecho. La condición permanente de la humanidad es la escasez. La única salida a la escasez es acumular y acumular y esto significa, desgraciadamente, que otros tendrán menos. Muy malo, pero no hay más alternativas.
La Tierra dice: Alégrate! Tú has nacido en un mundo de abundancia autosuficiente y de increíble belleza. Siéntelo, pruébalo, siéntete sorprendido por él. Si detienes tu lucha y levantas tu vista suficientemente lejos para ver las maravillas de la Tierra, para jugar y bailar con las glorias que hay alrededor tuyo, descubrirás lo que realmente necesitas. No es mucho.Es suficiente. En tanto y en cuanto puedas controlar tus números, habrá suficiente para todos y por más tiempo del que puedas imaginar.
No tenemos que elegir que leyes, las de la Economía ó las de la Tierra, finalmente prevalecerán. Podemos elegir bajo cuales podemos vivir cada uno de nosotros, y hacer que las leyes económicas sean consistentes con las leyes planetarias o tratar de averiguar que sucede si no lo hacemos.
La economía dice: Compite. Sólo oponiéndote contra un adversario digno podrás desempeñarte eficientemente. La recompensa a una competencia exitosa será el crecimiento. Te “devorarás” a tus oponentes, uno a uno, y al hacerlo ganarás los recursos para seguir haciéndolo.
La Tierra dice: Compite, sí, pero mantén tu competencia dentro de ciertos límites. No aniquiles. Toma sólo lo que necesitas. Deja a tu competidor lo suficiente para vivir. Cuando sea posible, no compitas, coopera. “Polinizence” entre sí, creen un escudo entre sí, construyan estructuras firmes que permitan a las especies más pequeñas asomarse a la luz. Pásense los nutrientes, compartan el territorio. Ciertos tipos de excelencia surgen de la competencia; otros surgen de la cooperación. No están en guerra, están en comunidad.
La Economía dice: agótalo rápidamente. No te preocupes en reparalo; cuanto más pronto algo se desgasta, más pronto comprarás otro. Esto hace que el producto bruto interno se mueva. Tira las cosas cuando te canses de ellas. Arrójalas a un lugar donde sean inútiles. Toma materiales y energía para hacer más. Tala los bosques cada 30 años. Saca el petróleo del suelo y quémalo ahora. Genera empleos para que la gente gane dinero, así pueden comprar más y más cosas y luego descartarlas.
La Tierra dice: ¿Cuál es el apuro? Tómate tu tiempo construyendo suelos, bosques, arrecifes de coral, montañas. Tómate cientos ó miles de años. Cuando algo quede fuera de uso, no lo descartes, conviértelo en comida o en alguna otra cosa. Si toma cientos de años hacer crecer un bosque o millones de años comprimir petróleo, quizás esa sea la velocidad a cual deberían ser usados.
La Economía descuenta el futuro. Dentro de 10 años, $2 valdrán $1. Podrás invertir ese dólar al 7 por ciento y duplicarlo en 10 años. Entonces un recurso, dentro de 10 años valdrá la mitad de lo que vale hoy. Tómalo ahora. Conviértelo en dólares.
La Tierra dice: Tonterías… Esos dólares invertidos crecerán en valor sólo si lo que se compra crece en valor también. La Tierra y sus tesoros no se duplicarán en 10 años. ¿En que gastarás tus dólares duplicados si hay menos tierras, aguas más sucias, menos criaturas, menos belleza? La regla de la Tierra es: Dáselo al Futuro. Acumula una fracción de pulgada de la capa superficial del suelo cada año. Da todo de ti para nutrir a los jóvenes. Nunca tomes más en tu generación que lo que des a la generación siguiente.
La regla económica es: Haz lo que sea que tenga sentido en términos monetarios.
La Tierra dice: el Dinero mide nada más que el poder relativo de algunos seres humanos sobre otros seres humanos, y ese poder es insignificante comparado con el poder del clima, los océanos, las incontables multitudes de organismos unicelulares que crearon la atmósfera, que reciclan los residuos y que han perdurado por 3 billones de años. El hecho que la economía, que ha perdurado tal vez 200 años, le de valor cero a estas cosas sólo significa que la economía no sabe nada acerca del valor o acerca de durar.
La Economía dice: Preocúpate, lucha, estate insatisfecho. La condición permanente de la humanidad es la escasez. La única salida a la escasez es acumular y acumular y esto significa, desgraciadamente, que otros tendrán menos. Muy malo, pero no hay más alternativas.
La Tierra dice: Alégrate! Tú has nacido en un mundo de abundancia autosuficiente y de increíble belleza. Siéntelo, pruébalo, siéntete sorprendido por él. Si detienes tu lucha y levantas tu vista suficientemente lejos para ver las maravillas de la Tierra, para jugar y bailar con las glorias que hay alrededor tuyo, descubrirás lo que realmente necesitas. No es mucho.Es suficiente. En tanto y en cuanto puedas controlar tus números, habrá suficiente para todos y por más tiempo del que puedas imaginar.
No tenemos que elegir que leyes, las de la Economía ó las de la Tierra, finalmente prevalecerán. Podemos elegir bajo cuales podemos vivir cada uno de nosotros, y hacer que las leyes económicas sean consistentes con las leyes planetarias o tratar de averiguar que sucede si no lo hacemos.
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