Felipe Gómez de Valenzuela
Cuando nos dirigimos apresurados a cumplir con la obligación de comprar alimentos, comprendo que no tenemos mucho tiempo de detenernos a pensar en la importancia de la acción que vamos a emprender, pero aprovecho este momento tranquilo en que el lector lee estas líneas, para compartir una reflexión al respecto del precio y el valor de los alimentos.
Comprar algo significa elegir y para elegir se necesitan criterios y, para tener estos, además de sentido común, se necesitan conocimientos concretos. De lo que se deduce que comprar (comprar bien, se entiende) no es algo fácil y, en el caso de los alimentos es especialmente complicado. Por un lado tenemos una oferta segura en cuanto a la higiene y conservación de los alimentos y una gran variedad de productos, calidades, precios y orígenes. Y por el otro unos consumidores que quieren obtener el mayor valor por su dinero. Y ahí está el quid de la cuestión: como obtener el mayor valor por su dinero.
El precio es "el valor pecuniario en que se estima algo" y el valor, en una de sus múltiples acepciones, es una "cualidad que poseen algunas realidades, consideradas bienes, por lo cual son estimables. Los valores tienen polaridad en cuanto son positivos o negativos, y jerarquía en cuanto son superiores o inferiores" (Drael)
Por tanto, cuando vaya a comprar, si escoge productos elaborados y producidos cerca de donde usted vive, si está dispuesto a leerse una etiqueta y comparar los ingredientes con los de otra marca, y si su opción final se decanta por un producto cooperativo, habrá ayudado a la mejora del medio ambiente, premiará a quienes tienen por meta la calidad nutricional y su dinero se quedará cerca de usted, distribuido de forma socialmente responsable y generando riqueza en su entorno.
¿Se puede obtener más valor por su dinero?
El precio lo he dejado para lo último. Es importante, pero ni es, ni nunca lo fue todo. Yerra quien fija su política comercial en este aspecto solamente y quienes solamente se guían por él a la hora de comprar.
(Supe que lo sencillo no es lo necio,/ que no hay que confundir valor y precio,/ que un manjar puede ser cualquier bocado/ si el horizonte es luz y el rumbo un beso...) Antonio Machado
Director de Cooperativas Agroalimentarias de Aragón
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