Los partidos ponen cada vez más trabas para que la ciudadanía se represente a sí misma
Juan Torres López, en El País
No me parece imprudente utilizar la primera persona del plural en este artículo porque estoy seguro de que somos ya muchas personas las que estamos hartas de leer noticias sobre corrupción y que detrás de ellas solo haya acusaciones genéricas de unos contra otros y muy pocas propuestas efectivas de solución.
Estamos hartos de que los partidos se escandalicen cuando se destapan este tipo de cosas pero solo si afectan a los demás porque callan y disimulan cuando son los suyos quienes engañan, roban o defraudan.
Estamos hartos de que el Partido Popular ni siquiera informe con claridad de los sobresueldos que paga y ha pagado a sus dirigentes y de dónde viene el dinero que utiliza para ello. Estamos hartos de que este partido, a cuya sombra se ha desarrollado la corrupción organizada más grave de la democracia, se dedique a dar lecciones de dignidad a los demás mientras que su gobierno indulta a narcotraficantes, ladrones y correligionarios corruptos. Estamos hartos de su doble moral que le lleva a considerar el fraude en los cursos de formación en Madrid como casos aislados de una cuantas empresas y en Andalucía, por el contrario, la prueba de que toda la Administración autonómica, todos sus empleados y el Gobierno en su totalidad somos corruptos.
Estamos hartos de que la Adminisitración de justicia sea, en el mejor de los casos, una lotería. Estamos hartos de que no haya control de la sociedad sobre la actuación de los jueces y de que estos usen a su antojo (o al del partido con el que simpaticen) su poder corporativo. Estamos hartos de que no haya división de poderes, y por tanto tampoco democracia, y de que hasta el Tribunal Constitucional sea un apéndice más del Gobierno.
Estamos hartos de que los grandes partidos pongan cada vez más trabas para que la ciudadanía se represente a sí misma. Estamos hartos de que las leyes electorales sean tan injustas. Estamos hartos de que los medios públicos estén al servicio de quien gobierna y no sean plurales. Estamos hartos de que, como indican las encuestas, más del 70% de la población esté en contra de las políticas que se imponen y de que, sin embargo, se sigan aplicando. Estamos hartos de que no se pueda revocar a los gobernantes que incumplen sus promesas o nos traicionan.
Estamos hartos de que el partido socialista siempre amague pero que al final termine pactando las grandes cuestiones de Estado que permiten todo esto con el Partido Popular y los nacionalistas de derechas, para lograr que nada cambie.
Y estamos hartos de que quienes quieren acabar con la corrupción y los corruptos no se pongan de una vez de acuerdo para echarlos.
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