Puestos a hacer metáforas sobre la crisis, podríamos decir que nos hemos sumergido en el oceano del crédito a demasiada profundidad y justo en ese momento nos hemos dado cuenta que teníamos poco aire para llegar a la superficie.
El dilema está en, o subir rapidamente con lo cual sufriremos embolias generalizadas en toda la economía por la rápida descompresión, o meter la economía en la cámara hiperbárica de los tipos oficiales a cero, e ir reduciendo la presión poco a poco hasta un nivel de seguridad.Además padecimos la “borrachera del financo” (como contrapartida de la borrachera del buzo) en la que la abundancia de dinero nos nubló la mente llevandonos a un estado euforia y felicidad
Para salir de esta no queda otra que pasar largas y tediosas horas en la cámara hiperbárica, en lenta e incesante descompresión “a la japonesa”, hasta que podamos salir de ella de forma segura. La alternativa es una embólia generalizada y un riesgo cierto de hemiplégia de la economía.La tranquilidad aparente de la cámara hiperbárica no debe desviarnos del objetivo de ir reduciendo la presión crediticia.
No hay atajos.
Paciencia, y si veis las cosas con demasiado optimismo, sospechar que pudierais estar sufriendo la “narcosis del dinero barato”.
Tarde o temprano el precio del dinero subirá, y quien tenga demasiado crédito disuelto en la sangre sufrirá (como ya han sufrido algunos) dolorosos atoramientos en sus vasos sanguineos.
0 comentarios:
Publicar un comentario