Joseph Halevi
247.000 personas han perdido el empleo en EEUU durante el pasado mes de junio, pero los mercados están exultantes porque la caída ha sido menor de lo previsto, aun habiendo sido las pérdidas de mayo harto superiores a las expectativas. El factor que ha permitido rebajar la desocupación estadounidense del 9,5% al 9,4% ha sido el abandono de la búsqueda activa de trabajo por parte 440.000 personas. Se trata de los desocupados desmoralizados que, abandonada toda esperanza de encontrar empleo, salen de las estadísticas y, paradójicamente, contribuyen a reducir el desempleo. Del desplome de la producción industrial y del PIB en Italia a las pérdidas de empleo en los EEUU, los datos positivos son prácticamente inexistentes.
En cambio, los negativos se acumulan: hace apenas unos días llegó la noticia de que (también) en Japón los salarios han caído, cerca de un 7%. ¿Cómo puede reiniciarse la actividad económica, si la masa de los consumidores, los asalariados, sufre tales memas de ingreso? Huelga decir que, tras cerca de dos años de caída ininterrumpida, se llega al llamado bottoming out, punto a partir del cual las sucesivas caídas son menos drásticas. Así sucedió también en los años 30, pero la recuperación no llegó a los EEUU, tratándose más bien de oscilaciones, harto pronunciadas, en torno al nivel cero de crecimiento.
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