CRISIS DE LA GLOBALIZACIÓN, OPORTUNIDAD PARA UNA VIDA BUENA Y JUSTA

|



(Artículo publicado en catalan en la revista NEXE, Quaderns d'autogestió i economia cooperativa , nº 23/2009, Fundació Ventosa i Roig i L'Horitzó, SCCL, Barcelona)

Ahora que se conmueven los fundamentos mismos de la globalización dejando al desnudo la vacuidad del sistema capaz de inyectar cifras multimillonarias de los gobiernos y poderes públicos para salvarlo, apenas tiene sentido insistir en lo que ya ha sido dicho o escrito por los apologetas del modelo obsesionados por los mitos del crecimiento, el trabajo y la productividad como remedios milagrosos a todos los males de nuestra época. ¿Fin de otro ciclo más o inicio de una nueva era?

La repetición de datos unido al bombardeo de informaciones sobre la crisis logra tal acumulación de efectos que se produce un auténtico atasco de conocimientos que acaba sepultando el saber. La pura información sin criterio alguno de selección es ciega. Como centrarnos en lo que realmente importa.

Ante la actual avalancha podemos quedar no solo ciegos y mudos sino también colapsados. Nunca como ahora la máxima información -de un hecho claro: nunca tantos dieron tanto a tan pocos- tiende a generar tanta confusión.

Nosotros apostamos por un proyecto de humanidad justa en una tierra habitable que globaliza la esperanza porque se compromete solidariamente con todos los pueblos. Con modelos de economía plural, solidaria y cooperativa; con eco-eficiencia, suficiencia y soberanía alimentaria garantizando los derechos humanos y la equidad global.

Nuestras sociedades sometidas al imperio mediático reciben permanentemente mensajes sádicos que al tiempo que producen desasogiego e inseguridad permanente inoculan la impotencia para cualquier cambio social. Vivimos amenazados por las tergiversaciones, las noticias que en su espectacularidad encubren mentiras y las múltiples verdades relativas y parciales que avivan la ignorancia cuyo resultado es el cultivo masivo de la estupidez, de la crueldad y la violencia. Frecuentemente la percepción de la realidad es lo que nos enferma.

Las personas no somos seres solitarios hechos para la resignación ni el conformismo. Somos seres de esperanza, solidarios y hechos para la libertad. Necesitamos más que nunca un conocimiento veraz que nos ayude a entender las causas del actual malestar y construir los modos de superar la crisis.

En el Mito griego Prometeo se atrevió a robar el fuego del Olimpo para dárselo a los humanos pero los dioses lo castigaron por su pretensión de romper el monopolio del conocimiento y repartirlo entre los mortales. Más que repetir el pensamiento del pasado necesitamos ideas y generar conocimiento que sirvan para ayudarnos a vivir lo real, aceptando y asumiendo las inevitables condiciones de la existencia humana .

¿Cómo apostar por la innovación y la creatividad?

La capacidad de pensar del ser humano es tan intensa como la de imaginar. Ambas dimensiones son esenciales para obrar y hacer con responsabilidad. Porque la inteligencia sin creatividad ni imaginación no vuela y queda retenida en el realismo. La palabra no solo es creadora de comunicación y solidaridad. Al hablar y relacionarnos con los demás expresamos también lo que hemos llegado a ser. Creamos vínculos y lazos que nos aproximan unos a otros, unos con otros. Con la palabra irradiamos también nuestra personalidad: las palabras son reflejo de nuestra interioridad, valores y sensibilidades. Solo la experiencia de amor y amistad nos redime de nuestra soledad esencial y nos abre a la innovación de los diálogos de conocimiento. Nos permite alimentar la audacia y la imaginación en la construcción de otros mundos posibles.

Este pensamiento emancipador surge de unas intuiciones originarias. Los seres humanos,la calidad de la vida y la naturaleza son más importantes que las cosas.Históricamente ha intentado construir respuestas concretas a los conflictos en interacción con la cultura de su tiempo.

Por eso todo pensamiento creativo y crítico que ayuda a actuar con sentido es siempre un saludable estímulo para afirmar el gozo de la vida,la serenidad y la solidaridad con otros seres.Es un sano reconocimiento que detrás del conocer siempre se abre el espacio del actuar y relacionarse con otros en ese obrar. Nos humanizamos cuando descubrimos la fascinación por los otros;cuando las palabras más ocultarnos nos trasparentan y en ese contraste acaece el encuentro entre dos soledades: el diálogo.

Las palabras siempre son portadoras de deseos o intenciones. Cuando estimuladas por la curiosidad y la conversación interactúan en el diálogo forman un río que fluye sin cesar. Saber es saber preguntar y en la elaboración de las respuestas se establece un intercambio. Para que sea fecunda la palabra requiere del equilibrio con la imaginación creativa y la acción transformadora. Un saber auténticamente trasnformador crítico y creativo no solo nos hará más libres sino más felices.

¿De donde se nutre este saber, este pensamiento emancipador creador de nueva realidad?

La palabra idea procede del griego “Eidos”, que quiere decir mirada: lo que se ve por los ojos. Solo la observación y la experiencia nos permiten hacer reflexiones, análisis y extrapolaciones correctas . Gracias a la evidencia y la experimentación empírica -fundamentos de todo conocimiento- mantenemos el saber humano en la frontera de lo posible ya que se basa en el arte de saber vivir bien.

Los sentidos del cuerpo en interacción recíproca con la inteligencia y la pasión de la acción nos conectan con el mundo verificando así la validez: la experiencia tangible-sensible son el verdadero criterio de conocimiento, frente a la avalancha de ficción generadora de hiperrealidad meramente virtual que nos pueden embotar y manipular creando reinos artificiales de sensaciones efímeras .

La vida feliz y placentera se relaciona con la inteligencia y el saber que te conduce a apreciar la belleza y la justicia. Porque  “primum vivere,deinde filosofare” está la primacía del principio de la vida -antropología de la necesidad- sobre el principio del conocimiento, la política de lo necesario.

Pero el ser humano no se reduce al simple individuo solitario, aislado, quieto: la estructura dinámica de la vida y la sociedad nos hace complejos, solidarios, interconectados y en relación, siempre activos y en movimiento.

Somos sociales por naturaleza: necesitamos a los demás para vivir: aparecen las dificultades sociales, colectivas. Para buscar solución y regularlas aparece la organización de la solidaridad humana, de la política que dará preeminencia a los derechos humanos. A lo largo de toda la historia ninguna transformación del metabolismo social de la especie humana ha sido solo tecnológica. Comporta cambios sociales, políticos, económicos pero también espirituales y culturales.

EL COLAPSO DEL CAPITALISMO INMORAL Y ESPECULATIVO TIENE SU RAÍZ EN LA IDOLATRÍA DEL CONSUMISMO Y LA MERCANTILIZACIÓN DE LA VIDA.

El crecimiento no sólo se explica económicamente sino mediante interdependencias entre procesos socioeconómicos y procesos político-institucionales. La aberración de prescindir de los límites en la vida y la economía.

El mito de los desarrollistas insiste en Más crecimiento, Más mercado y más Competitividad: introduciendo medidas técnicas y recursos públicos al sistema financiero corrupto pretenden preservar el sistema socio-económico vigente basado en sus dogmas:

-propiedad privada capitalista cada vez más concentrada; mínimas regulaciones y reglamentaciones; crecimiento indefinido: cuanto más mejor; expansión de los mercados en el mundo; expansión del comercio y el transporte; poderes públicos al servicio de los grandes intereses corporativos y empresariales.
Pero hemos comprobado que el comercio mundial es un despilfarro basado en el coste de la energía que mueve el transporte y ha mostrado tener grandes disfunciones económicas, laborales y sociales más allá de los impactos ecológicos.

La alternativa avanza hacia un metabolismo más sencillo entre la especie humana y el medio natural, con menos consumo de recursos naturales, materiales y energéticos, con energias limpias y renovables, con minimización de residuos y respeto a los ecosistemas.

Ese afán por aspirar a tenerlo todo a la vez e ilimitadamente provoca sentimientos de decepción ante las expectativas insatisfechas generadas por las fantasías del modelo de crecimiento ilimitado propio del sistema basado en la acumulación o las ansias de una vida sin fin.

La obsesión que tienen algunos por estar permanentemente joven, en plena forma física es un modo de aspirar a la inmortalidad es causa de malestar e insatisfacción. La cultura que idolatra el consumismo alcanza cotas absurdas. En su afán por aparentar y fingir lo que no se es llegamos a la industria de la cirugía plástica y la producción de “belleza” artificial modificando el cuerpo al antojo de las fantasías de cada quién según catálogo se ha convertido en otro “negocio” a costa del narcisismo y las fustraciones del cliente. La fantasía de inmortalidad unida a los adelantos del complejo medico-farmacéutico y la tecnociencia se alían en un sector económico en expansión: la industria del cuerpo. Lo que es evidente es que solo somos inmortales mientras estamos vivos. Vivir no consiste solo en durar.

Si hay que celebrar algo no es la prolongación artificiosa de la vida sino la vida misma.¿Se trata de añadir más años a la vida, alargándola sin más calidad…?

La cuestión es qué se quiere hacer con esa vida y qué sentido le damos.

Daniel Jover

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

©2009 ECONOMÍA PARA LAS PERSONAS | Template Blue by TNB