Es el país más pobre de Hispanoamérica; tiene la renta por habitante más baja de Occidente y sólo las hay más reducidas en África; ocupa uno de los últimos puestos del planeta en cuanto a desarrollo humano; ocho de cada diez de sus habitantes viven en la pobreza; hay más personas ganándose el pan en actividades económicas sumergidas que en puestos de trabajo regulares, los cuales apenas ocupan al 20% de la población activa; la alimentación básica de dos tercios de los habitantes está constituida por el arroz y unas galletas en cuya elaboración se emplea manteca vegetal y lodo; tres cuartas partes del territorio están deforestadas; sólo uno de cada cuatro habitantes tiene asegurado el acceso diario a agua potable; el 85% de los habitantes con niveles de instrucción medio y alto han abandonado el país; en la vecina República Dominicana sobreviven un millón de haitianos…
Esos y otros datos reflejan la realidad de Haití, que tras el terremoto es todavía más desoladora.Los orígenes de la ignominia son varios. Es interesante leer esta noticia de junio del 2007:
Las autoridades suizas han dado luz verde para que la familia Duvalier recupere 7,5 millones de euros que tiene bloqueados desde el año 2002 en un banco del singular país neutral de Centroeuropa --singular país porque su supuesta neutralidad permitió, entre otras cosas, que su banca fuera la depositaria de numerosas obras de arte, joyas, otros bienes y millones y millones en distintas divisas procedentes de la Alemania nazi, vergonzoso episodio del que acaba de conocerse el enésimo barrizal en la caja de un banco suizo--.
Pues bien, Suiza sigue siendo la parada y fonda más segura para el dinero de todos los sátrapas, contrabandistas, ventajistas y especuladores del mundo. Una prueba más de los hipócritas criterios éticos que distinguen al Estado denominado Confederación Helvética es que esos 7,5 millones de euros --que sólo son una pequeña parte del dinero que François Papa Doc Duvalier y su hijo Jean Claude Baby Doc Duvalier robaron en Haití, el país más pobre de Latinoamérica-- serán entregados a los herederos de los ladrones.
Durante 29 largos años (1957-1986), la dictadura de los Duvalier dominó, exprimió y masacró a los haitianos. El departamento de Naciones Unidas que entiende sobre asuntos de narcotráfico y crimen organizado, entidad nada sospechosa de cargar las tintas, calcula que los Duvalier amasaron una fortuna que ronda los 2.000 millones de dólares, que en su mayoría fueron ingresados en cuentas bancarias secretas de entidades financieras radicadas en paraísos fiscales, entre los que figura con letras de oro la civilizada Suiza.
En principio, el levantamiento del bloqueo de esa parte del botín suizo de los Duvalier se debería producir hoy, 3 de junio (2007). La Administración helvética justifica su decisión diciendo que las autoridades haitianas no han probado de forma suficiente la ilegalidad de las transacciones de los Duvalier… Curiosamente, las maniobras financieras y las relaciones de los Duvalier con delincuentes de medio mundo --incluida la mafia neoyorquina-- están ampliamente estudiadas e incluso difundidas en varios libros de venta al público. ¿Acaso las autoridades helvéticas --incluidos sus jueces-- evitan leer lo que no les conviene?
Leído en Im-Pulso
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