El alza del oro muestra su correlación inversa frente al dólar, lo que da cuenta de la debilidad alcanzada por la principal divisa internacional: mientras más débil se hace el dolar, más fuerte se hace el oro. El plan de la Fed ha sido duramente criticado por Japón, Alemania, China, Brasil y Corea del Sur, entre otros países. Tema complejo porque es en Corea del Sur donde este fin de semana se realizará la Cumbre del G-20 y este tema ocupará el centro del debate. Hasta el momento, la Fed había orquestado la pauta de las acciones para hacer frente a la mayor crisis financiera de los últimos ochenta años. Pero las críticas a esta última maniobra debilitan las intenciones de Estados Unidos.
El ministro alemán de finanzas, Wolfgang Schauble, denunció con razón la inconsistente política de Estados Unidos, que acusa a China de manipular la moneda, pero hace exactamente lo mismo. A la lista de críticas se sumó hoy la de Joaquin Almunia, el Comisario Europeo de Competencia, quien señaló que "no se pueden adoptar medidas que provoquen una apreciación del euro".
La medida de la Fed sigue la linea de las devaluaciones competitivas que impulsó el FMI en los años 70 y 80 para los países que estaban en dificultades. La diferencia es que esta receta se aplicó siempre en los países pequeños del tercer mundo, cuya injerencia en la economía global era nula. Aplicarla en la mayor economía del planeta demuestra el total desorden financiero que impera en el mundo actual.
El problema, ahora vienen a darse cuenta, son los enormes desequilibrios globales que se generaron tras el término de Bretton Woods en 1971 y la instalación del dólar como moneda mundial. Esto es así porque Estados Unidos nunca tuvo una política responsable y se limitó a imprimir dólares que el resto de los países atesoró como reservas, situación que llevó a Estados Unidos a consumir el 50% de la producción mundial [el doble de lo que produce] generando los enormes desequilibrios que reventaron con la crisis.
Y en esta caída, arrastra a todos los países que cometieron grandes excesos en el pasado.
Por eso que no hay soluciones de parche y se deben abordar seriamente los próximos dos años que vienen, que serán muy complejos para la economía mundial.
La volatilidad del dólar y el auge del oro amenazan con seguir en ascenso tras las palabras del presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, quien en su artículo de Financial Times sugirió reintroducir el patrón oro como referencia en las paridades de monedas internacionales. Para Zoellick, la cumbre de Seul de este fin de semana se perfila como la última prueba de cooperación internacional para resolver la crisis. Como señalamos en otro artículo, el debate económico se ha reformulado en términos de un campo de batalla y se terminó la retórica de la cooperación que existió hasta hace unos meses. Al parecer, a partir de ahora comienza a regir el "sálvese quien pueda".
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