EL LENTO DESPEGUE DE LAS ESTRUCTURAS DE SERVICIOS FINANCIEROS ÉTICOS Y SOLIDARIOS
Fernán Chalmeta/Redacción
Coop57 es la única cooperativa de crédito solidario actualmente existente en el Estado espańol. Paco Hernández, uno de sus fundadores, habla de su trayectoria, desde 1995 en Barcelona hasta la creación de la Sección Aragón -en abril de 2005- y la recién formada Sección Madrid. En 2006, concedió 2,5 millones de euros, destinados a proyectos de economía social que fomenten el cooperativismo, el asociacionismo y la solidaridad.
PACO HERNÁNDEZ: En 1986, ante la amenaza patronal de reducir la plantilla de 800 a 200 empleados en la Editorial Bruguera, empieza una fuerte lucha autónoma y por tanto sin comités de empresa y con poder asambleario. Cuando acabó la lucha, tras varios meses y mientras se hacían recursos jurídicos, nos dimos cuenta de que, con nuestra fama, difícilmente íbamos a encontrar trabajo en el sector. Además, eran ańos en los que el paro superaba el 20%.
Por otra parte, unas 12 personas creímos que era importante construir en pequeńito y en la práctica modelos autogestionarios como los que defendíamos ideológicamente y que lo mejor era ir a la raíz de la lucha de clases que no es otra que el modelo económico y social. Un handicap para proyectos como el nuestro era el que alguien te dejara dinero, salvo con avales. Por ello, cuando la justicia nos otorgó la razón decidimos en asamblea ceder una parte del dinero que ingresamos para devolver toda la solidaridad recibida. Y así, repartimos unos 100 millones de pesetas entre una lucha internacional, que fue la revolución sandinista, y una lucha nacional, que fue el SOC. También invertimos para en el futuro crear una bolsa que fuera el inicio de lo que llamábamos un fondo para generar empleo con modelos autogestionarios.
Este fondo inicial se fue ampliando con ahorros de cooperativas y de otras entidades que promueven la autogestión y la economía social, y con aportaciones individuales. Quizás otro momento importante fue cuando empezamos a trabajar con proyectos que no eran cooperativas: asociaciones, etc. Aunque desde el primer momento el único requisito de nuestros estatutos para entrar en Coop57 era que fueran entidades que desarrollaran aspectos de economía -así algunas asociaciones o sindicatos alternativos están desde el principio-, sí es cierto que el grueso de entidades iniciales lo formamos cooperativas que proveníamos de la Federació Autónoma de Cooperatives de Catalunya. Gracias a ese principio de los estatutos ha sido posible la diversidad de entidades actuales.
D.: żQué aporte transformador pone sobre la mesa el crédito solidario?
P.H.: Éste es el gran reto y la respuesta vendrá en cómo seamos capaces de desarrollar el proyecto. Para muchos de los que estamos en el tajo, la cuestión es que no debe ser una herramienta sólo para un tipo de economía social, ni para un tipo de gestores, sino que por el contrario debe ser una herramienta de articulación al servicio de los movimientos sociales y, por tanto, ellos deben ser los que vayan construyendo el modelo que puede ser cambiante en cuanto así se decida en mayoría. Un modelo autogestionario que no se base en principios de autonomía y de respeto a las decisiones mayoritarias con los mecanismos de participación claros y transparentes significaría volver a repetir los modelos tradicionales en donde, si analizamos el porqué de su fracaso, llegaremos a la conclusión de que en un 80% el motivo son las relaciones humanas y sus luchas internas. Para mí la diferencia está en el modelo de cooperativa con innovaciones en sus formas de participación y control colectivo.
D.: żCómo funcionáis?
P.H.: Para poder pedir un crédito se tiene que ser socio. Para ser socio, antes tiene que haber un informe previo favorable de la comisión social. Una vez solicitado el crédito tiene que pasar por una comisión técnica. Finalmente, corresponde al consejo rector la decisión última. En este sentido hay ejemplos: sobre la petición de un crédito la comisión técnica da un informe negativo y uno muy favorable la comisión social. A partir de aquí y buscando por parte del consejo rector fórmulas como puede ser avalar desde las entidades y las personas ese crédito, y otras similares, han dado hasta ahora resultados satisfactorios. Todos los órganos son elegidos por las asambleas, que suelen ser numerosas y representativas. En cuanto a impagos o morosos, en principio se renegocian en función de la problemática de cada entidad; el diálogo y la amistad, al conocernos todos, es la base de la confianza, al tener conocimiento de que si no pagas no estás jodiendo a un accionista multimillonario, si no a compańeras y compańeros de viaje de una cooperativa, de un ateneo, de una asociación. A diferencia de un banco tradicional, que ante un crédito son subsidiarios de la totalidad de la deuda todos sus componentes, en Coop57, por poner un ejemplo, si una entidad pide 50.000 euros y firman la solicitud 20 miembros de la entidad y es una mayoría cualificada, cada uno de los firmantes se compromete con su parte, en este ejemplo con 2.500 euros.
D.: żCómo se inscribe Coop57 en el panorama de los movimientos sociales en Cataluńa?
P.H.: La totalidad de personas de los órganos de decisión son representativas de los movimientos sociales, y ésa es la base de un modelo autogestionario y participativo. Gracias a Coop57 existe un conocimiento y una cohesión en proyectos concretos que hace unos ańos eran impensables entre entidades de sectores sociales bien diferenciadas, así como que pudieran estar construyendo proyectos conjuntos como ocurre en la actualidad. En cuanto a la economía social, entendida desde la óptica de la carta de principios del Foro Social Mundial, estamos dando los primeros pasos y, desde luego, la que es su abanderada en cuanto a lo social aquí en Cataluńa es la Xarxa de Economia Solidaria, que cuenta con unas 40 entidades y compartimos proyectos e ideas con las redes de economía social a nivel estatal e internacional. En cuanto al peso de las cooperativas, en las charlas hablan de que el 7% del PIB de Cataluńa lo generan las cooperativas.
D.: żPor qué el paso a Coop57 Aragón y Madrid?
P.H.: Por el principio de un modelo basado en un funcionamiento horizontal y participativo, con lo cual es básico aprovechar la estructura de funcionamiento administrativo para ahorrar recursos. Pero los funcionamientos de las comisiones tienen que estar nombradas en cada sede para que continúen las bases de confianza y participación. Un ejemplo, żcómo desde Barcelona íbamos a evaluar un proyecto de Madrid o viceversa? En este sentido, hasta en asambleas hemos optado siempre por un modelo de crecimiento en horizontal.
Por ejemplo, si en Cataluńa existiera una realidad comarcal fuerte para desarrollar su propio modelo de Coop57 sería posible y necesario hacerlo. Lo único que debe regular la asamblea general serían los acuerdos de solidaridad económica entre unas y otras y el respeto a los acuerdos de tipo general aprobados en asamblea
Coop57 es la única cooperativa de crédito solidario actualmente existente en el Estado espańol. Paco Hernández, uno de sus fundadores, habla de su trayectoria, desde 1995 en Barcelona hasta la creación de la Sección Aragón -en abril de 2005- y la recién formada Sección Madrid. En 2006, concedió 2,5 millones de euros, destinados a proyectos de economía social que fomenten el cooperativismo, el asociacionismo y la solidaridad.
PACO HERNÁNDEZ
DIAGONAL: Coop57 nace tras un largo conflicto laboral. ¿Por qué a los y las despedidas de una gran empresa se les ocurre montar una entidad de crédito solidario?
PACO HERNÁNDEZ: En 1986, ante la amenaza patronal de reducir la plantilla de 800 a 200 empleados en la Editorial Bruguera, empieza una fuerte lucha autónoma y por tanto sin comités de empresa y con poder asambleario. Cuando acabó la lucha, tras varios meses y mientras se hacían recursos jurídicos, nos dimos cuenta de que, con nuestra fama, difícilmente íbamos a encontrar trabajo en el sector. Además, eran ańos en los que el paro superaba el 20%.Por otra parte, unas 12 personas creímos que era importante construir en pequeńito y en la práctica modelos autogestionarios como los que defendíamos ideológicamente y que lo mejor era ir a la raíz de la lucha de clases que no es otra que el modelo económico y social. Un handicap para proyectos como el nuestro era el que alguien te dejara dinero, salvo con avales. Por ello, cuando la justicia nos otorgó la razón decidimos en asamblea ceder una parte del dinero que ingresamos para devolver toda la solidaridad recibida. Y así, repartimos unos 100 millones de pesetas entre una lucha internacional, que fue la revolución sandinista, y una lucha nacional, que fue el SOC. También invertimos para en el futuro crear una bolsa que fuera el inicio de lo que llamábamos un fondo para generar empleo con modelos autogestionarios.
Este fondo inicial se fue ampliando con ahorros de cooperativas y de otras entidades que promueven la autogestión y la economía social, y con aportaciones individuales. Quizás otro momento importante fue cuando empezamos a trabajar con proyectos que no eran cooperativas: asociaciones, etc. Aunque desde el primer momento el único requisito de nuestros estatutos para entrar en Coop57 era que fueran entidades que desarrollaran aspectos de economía -así algunas asociaciones o sindicatos alternativos están desde el principio-, sí es cierto que el grueso de entidades iniciales lo formamos cooperativas que proveníamos de la Federació Autónoma de Cooperatives de Catalunya. Gracias a ese principio de los estatutos ha sido posible la diversidad de entidades actuales.
D.: żQué aporte transformador pone sobre la mesa el crédito solidario?
P.H.: Éste es el gran reto y la respuesta vendrá en cómo seamos capaces de desarrollar el proyecto. Para muchos de los que estamos en el tajo, la cuestión es que no debe ser una herramienta sólo para un tipo de economía social, ni para un tipo de gestores, sino que por el contrario debe ser una herramienta de articulación al servicio de los movimientos sociales y, por tanto, ellos deben ser los que vayan construyendo el modelo que puede ser cambiante en cuanto así se decida en mayoría. Un modelo autogestionario que no se base en principios de autonomía y de respeto a las decisiones mayoritarias con los mecanismos de participación claros y transparentes significaría volver a repetir los modelos tradicionales en donde, si analizamos el porqué de su fracaso, llegaremos a la conclusión de que en un 80% el motivo son las relaciones humanas y sus luchas internas. Para mí la diferencia está en el modelo de cooperativa con innovaciones en sus formas de participación y control colectivo.
D.: żCómo funcionáis?
P.H.: Para poder pedir un crédito se tiene que ser socio. Para ser socio, antes tiene que haber un informe previo favorable de la comisión social. Una vez solicitado el crédito tiene que pasar por una comisión técnica. Finalmente, corresponde al consejo rector la decisión última. En este sentido hay ejemplos: sobre la petición de un crédito la comisión técnica da un informe negativo y uno muy favorable la comisión social. A partir de aquí y buscando por parte del consejo rector fórmulas como puede ser avalar desde las entidades y las personas ese crédito, y otras similares, han dado hasta ahora resultados satisfactorios. Todos los órganos son elegidos por las asambleas, que suelen ser numerosas y representativas. En cuanto a impagos o morosos, en principio se renegocian en función de la problemática de cada entidad; el diálogo y la amistad, al conocernos todos, es la base de la confianza, al tener conocimiento de que si no pagas no estás jodiendo a un accionista multimillonario, si no a compańeras y compańeros de viaje de una cooperativa, de un ateneo, de una asociación. A diferencia de un banco tradicional, que ante un crédito son subsidiarios de la totalidad de la deuda todos sus componentes, en Coop57, por poner un ejemplo, si una entidad pide 50.000 euros y firman la solicitud 20 miembros de la entidad y es una mayoría cualificada, cada uno de los firmantes se compromete con su parte, en este ejemplo con 2.500 euros.
D.: żCómo se inscribe Coop57 en el panorama de los movimientos sociales en Cataluńa?
P.H.: La totalidad de personas de los órganos de decisión son representativas de los movimientos sociales, y ésa es la base de un modelo autogestionario y participativo. Gracias a Coop57 existe un conocimiento y una cohesión en proyectos concretos que hace unos ańos eran impensables entre entidades de sectores sociales bien diferenciadas, así como que pudieran estar construyendo proyectos conjuntos como ocurre en la actualidad. En cuanto a la economía social, entendida desde la óptica de la carta de principios del Foro Social Mundial, estamos dando los primeros pasos y, desde luego, la que es su abanderada en cuanto a lo social aquí en Cataluńa es la Xarxa de Economia Solidaria, que cuenta con unas 40 entidades y compartimos proyectos e ideas con las redes de economía social a nivel estatal e internacional. En cuanto al peso de las cooperativas, en las charlas hablan de que el 7% del PIB de Cataluńa lo generan las cooperativas.
D.: żPor qué el paso a Coop57 Aragón y Madrid?
P.H.: Por el principio de un modelo basado en un funcionamiento horizontal y participativo, con lo cual es básico aprovechar la estructura de funcionamiento administrativo para ahorrar recursos. Pero los funcionamientos de las comisiones tienen que estar nombradas en cada sede para que continúen las bases de confianza y participación. Un ejemplo, żcómo desde Barcelona íbamos a evaluar un proyecto de Madrid o viceversa? En este sentido, hasta en asambleas hemos optado siempre por un modelo de crecimiento en horizontal.
Por ejemplo, si en Cataluńa existiera una realidad comarcal fuerte para desarrollar su propio modelo de Coop57 sería posible y necesario hacerlo. Lo único que debe regular la asamblea general serían los acuerdos de solidaridad económica entre unas y otras y el respeto a los acuerdos de tipo general aprobados en asamblea
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