UN SISTEMA BANCARIO TODAVÍA EN TRANSICIÓN

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Julio Rodríguez López, economista y estadístico, es miembro de Economistas Frente a la Crisis
 
La restructuración del sistema financiero iniciada en España en ejercicios precedentes avanzó en 2012. Con el fin de efectuar la reestructuración y la recapitalización del sector financiero, España requirió asistencia financiera al Eurogrupo, concretamente al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF). El Eurogrupo aprobó una ayuda a España en forma de línea de financiación de hasta 100.000 millones de euros, recogiéndose el compromiso de España en el programa recogido en el Memorándum de Entendimiento de 20 de julio de 2012.
En noviembre de 2012 la responsabilidad de apoyo financiero se transfirió  desde el EFSF al Mecanismo de Estabilidad Europea (ESM),  nuevo instrumento de rescate permanente del Eurogrupo.   A fines de 2012 se habían utilizado unos 42.000 millones de euros,  el 3,2% del PIB de España, con el fin de recapitalizar los bancos mas problemáticos (BFA-Bankia, NCG Banco y Cataluña Caixa Banc, esto es, los tres del Grupo 1, mas  Banco de Valencia y  la participación estatal en el capital de Sareb).


La presencia estatal en marzo de 2013 resulta ahora mayoritaria en los recursos propios de  seis entidades, las del Grupo 1 y las del 2 (CEISS, BMN y Liberbank). Los dos “Reales Decretos Guindos” y el Memorándum fueron las palancas  empleadas en 2012  para impulsar la reestructuración,  considerándose que  las provisiones exigidas en las normas citadas  resultaron decisivas para forzar la dimisión del hasta entonces presidente de Bankia-BFA, Rodrigo Rato.


En el caso español se considera que la salida a la crisis del sistema bancario  ha resultado un tanto tortuosa.  La tardanza en reaccionar ante la crisis, el condicionamiento de las ayudas a la concentración bancaria, la transformación obligada de las cajas fusionadas en bancos, la complicada gobernanza de las cajas de ahorros. También destacó el olvido de  los deudores,  junto a la complicación que supuso  una supervisión bancaria compartida entre el Banco de España y las comunidades autónomas. Esos han sido  han sido algunos de los factores  que han condicionado  el proceso seguido entre ente 2008 y 2012 (Antón Costas, “¿Para quién las cajas nacionalizadas?”, El Periódico 12.1.2013, y Joaquín Muns, “Una crisis exacerbada por los errores”, La Vanguardia, 20.1.2013).

El sistema financiero ha enviado abundantes señales negativas a los ciudadanos. La restricción crediticia, el aumento de la morosidad y de los desahucios ligados a los préstamos hipotecarios, la fuerte reducción de las plantillas de los bancos (55.000 fue el numero de reducciones de empleos en 2012) son ejemplos de lo anterior. La cuestión de las cuotas preferentes, vendidas como imposiciones a plazo fijo cuando apenas incluían derechos para el ahorrador, no está apenas resuelta (22.500 millones, vendidos a 686.300 clientes, Iñigo de Barrón, “El hundimiento de la banca”, Los libros de la catarata, 2012). Por último, destaca la creciente extinción de la obra social de las cajas de ahorros.

En el sistema bancario de 2013 ha aparecido  el banco malo, Sareb, aparentemente a la búsqueda de  una estrategia,  cuya actuación ha materializado el fuerte descenso de los precios que implica lo pagado por los activos inmobiliarios problemáticos adquiridos a  los bancos controlados por el Frob.  Además, destaca la sensible concentración bancaria que ha tenido lugar.  En 2013 son catorce las entidades que controlan el 90% de dichos activos. Cinco entidades proceden de bancos (Santander, BBVA, Sabadell, Popular y Bankinter), que controlan el 47% de los activos bancarios nacionales.

Las nueve restantes  concentran el 43% y  tienen su origen en cajas de ahorros fusionadas  o absorbidas por otras de mayor dimensión, destacando Caixabank por su mayor tamaño. En seis de estas cajas de ahorros el Frob tiene una mayoría de control. El Fondo Monetario Internacional, en su segundo ”Informe de Progreso” ha recordado a Sareb que debe de cumplir los retos operativos, como son la implementación de acuerdos de servicios y la terminación de un plan de negocios a largo plazo actualizado (FMI, “Spain Financial Sector Reform : Second Progress Report, Marzo 2013).

Las cajas de ahorros como entidades de crédito han desaparecido prácticamente del panorama bancario español, que ha perdido así diversidad en la tipología de dichas entidades. Ello contrasta  con lo sucedido  en Alemania, donde las cajas de ahorros siguen manteniendo una fuerte presencia en el negocio bancario. El que sobrevivan cajas de ahorros que han resistido la crisis y que han mantenido una solvencia razonable (Caixa, Kutxa, Ibercaja, Onteniente, Pollensa) implica que el modelo de las cajas  no era necesariamente ineficiente.

La conexión entre el poder político territorial, gerentes de las cajas problemáticas y los  intereses privados más especulativos explicó la excesiva concentración de riesgo inmobiliario. Resultó negativa y arriesgada  una alimentación financiera de las entidades en la fase de la burbuja apoyada en gran parte en recursos captados en los mercados mayoristas, véase bancos alemanes, por ejemplo. La desaparición de las cajas de ahorros, que nacieron  en España en el siglo XIX para luchar contra la exclusión bancaria y la concentración que está teniendo lugar en el sistema bancario, favorecida desde el gobierno,  no dejan de resultar preocupantes.

Ante la extinción de las cajas que va a tener lugar, se acentúa la trascendencia del único segmento de banca pública que  quedará en el futuro, cuando se hayan vendido los bancos ahora controlados por el Frob, esto  es, el Instituto de Crédito Oficial, ICO. El papel del ICO en el sistema crediticio español se debe de reforzar y de clarificar. Su tarea como  agencia financiera del gobierno debe de fortalecerse. Debe de  aumentar  la transparencia sobre sus operaciones activas y pasivas. El ICO tiene que conseguir financiación mediante la apelación a los mercados de capitales y por medio de las  recuperaciones procedentes de  su cartera de préstamos vivos. En Europa Occidental abundan las agencias públicas que facilitan la financiación crediticia  a actividades productivas específicas, destacando   el apoyo crediticio a las Pymes.

Mientras el Frob controle los bancos  cuyo origen está en  las cajas de ahorros se debe de procurar una respuesta favorable a la demanda de crédito solvente que llegue a los mismos. En el inmediato futuro  la banca trabajará, pues, en un contexto más regulado, supervisada desde 2014  por el Mecanismo Único de Supervisión dependiente del BCE. Deberán de  eliminarse  todas las reservas sobre los activos tóxicos inmobiliarios que quedan en  los balances bancarios. El resto del sistema bancario, sobre todo cooperativas de crédito, tiene por delante la tarea de animar la competencia interna dentro del sistema crediticio, llegando a rincones del territorio en el que nunca estará la banca

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