'LA EXTREMA DERECHA HA SOMETIDO AL TRIBUNAL SUPREMO'

De que la Administración de Justicia española no funciona como debiera hay pruebas evidentes. Lo curioso es que cada vez que hay un problema --el que sea-- se recurra al que ya es un latiguillo: la independencia.

¿Por qué cada vez que hay un contencioso o un problema --sea el que sea-- hay tantos jueces y magistrados, incluidos los del Supremo, los del Consejo General del Poder Judicial y los de las asociaciones profesionales que lo reducen prácticamente todo a la independencia?, ¿de qué independencia ideológica hablan, de la independencia de los jueces y magistrados que juraron los Principios del Movimiento?, ¿o se refieren a la independencia propia del limbo a la que, como virtud inexistente, sólo se puede acceder negándose a pensar?

El ex fiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo en una entrevista que publica El país ha resumido la situación diciendo que la ideología que prima en el Supremo es la de la extrema derecha. Las reacciones han sido inmediatas.
¡Y otra vez con la matraca de la independencia!

¿Independencia --pregunto-- equivale a haber jurado lealtad al franquismo y ahora cerrar los ojos ante la instrumentalización de las leyes para, por ejemplo, impedir que se investigue la corrupción?

Es evidente que en la judicatura hay cosas que huelen mal --ideológicamente hablando--, pero en aras de la manida independencia resulta que está mal visto opinar, criticar y, por ende, todos --Villarejo y Garzón también-- estamos obligados a decir amén y repetir como loritos que la Justicia española acusa deficiencias debido sólo y exclusivamente a la falta de independencia... ¿Nos han tomado por tontos?, ¿o acaso lo somos?

Sin abrir puertas y ventanas, toda vivienda acaba oliendo mal

El problema no es que haya partidos políticos, ideologías y discrepancias; ni tampoco es problema que haya jueces que piensan así o asá.

¿Habrán pensado los profetas de la independencia por la independencia que probablemente hay cosas que huelen mal porque la institución jamás ha sido oreada?

Porque una cosa es que el poder judicial sea indepediente, que ya lo es, y otra prohibir que los jueces tengan criterio. ¿No será que algunos pretenden que sus criterios sean los únicos buenos, los únicos legítmos, los únicos españoles y los únicos que son únicos, grandes y libres?

El eje del asunto tampoco es que la caverna la haya tomado con Baltasar Garzón --la caverna jamás ha dejado de funcionar, aparte de que la derecha extrema tiene derecho constitucional a existir y actuar dentro de la ley--; lo realmente inquietante es que haya tantos partidarios de un concepto uniformador de independencia que sirve, por ejemplo, para hacer lo posible y lo imposible para dificultar o impedir las inhumanaciones de los asesinados por el franquismo y para dificultar o dinamitar la investigación judicial de la trama Gürtel, entre otras cosas.

Lo inquietante no es que haya sensibilidades e ideologías, lo inquietante es que en la judicatura haya tantos profesionales que todo lo resumen aludiendo a la independencia... ¿Se referirán a la del 2 de mayo?

"Jueces y fiscales han estado 25 años comiendo de la mano de la banca", ha añadido Villarejo, que muy oportunamente y sin faltar a la verdad ha recordado que entidades bancarias "han aportado cantidades importantes, pagando gastos de alojamiento y seguramente algo más"...

¡Viva la independencia!

La Justicia no funciona bien y ellos --jueces y magistrados-- lo saben. Y también saben perfectamente que el problema fundamental no está en la independencia ideológica de los juces y magistrados. Entre otras cosas, porque nadie que piense es aideológico.

Insisto: ¿Se referirán a la independencia del 2 de mayo de 1808?
Quien lo quiera entender, lo entenderá... Y por si algún duro de mollera no cae de la burra, ahí va una pista: Las Cortes de Cádiz fueron en su momento más innovadoras que las Cortes Constituyentes de 1977.
Convendría hablar menos de la independencia de 1808 y, ¡de una vez por todas!, abrir las puertas y orear la casa para que deje de oler mal.

Visto en Im-Pulso

ENLACES de interés: 

"La ofensiva de los corruptos", por Carlos Jiménez Villarejo; y 

"El Tribunal Supremo, en la cuerda floja", por Bonifacio de la Cuadra.