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Este es el tercer post de la serie Revolucionar las políticas de empleo.
En el primero quise poner cifras a la magnitud del problema que tenemos encima: Creando 200.000 empleos al año tardaríamos 30 en absorber la bolsa de parados en España.
En el segundo post quise presentar el análisis que casi nadie hace del mercado laboral, que es mirarlo desde la óptica del Mercado de No Trabajo de 6 millones de personas paradas o lo que es lo mismo, 10.800 millones de horas que prácticamente no producen.
En este tercer post quiero plantear de forma introductoria lo que considero que supone revolucionar las políticas de empleo y lo hago de forma más visual porque sé que los rollos largos no tienen muchos adeptos.
Mi idea central es la siguiente: Hay que poner toda la fuerza de trabajo de los 6 millones de parados a producir. Se trata de recuperar la esencia de la economía de guerra para precipitar un círculo virtuoso de crecimiento económico y generación de empleo, sin perder de vista otros vectores que están estrechamente ligados a lo anterior como calidad de vida, justicia social, igualdad y redistribución. (Sí efectivamente, la economía es también ideología)
Les presento mi país imaginario: se llama “CurroLand” un sitio donde la gente tiene trabajo y disfrutan de bastantes comidades, se siente privilegiada por ello y procura no quejarse demasiado. No ha mucho tiempo “Curroland” fue una tierra próspera llena de oportunidades pero desde hace años las cosas han empezado a ir mal… Sin embargo, fuera de los muros de “CurroLand” la situación es mucho peor aún. La zona extramuros se conoce como “Campamento de los sincurris” donde 6 millones de personas luchan por sobrevivir cada día. Y cada noche sueñan con poder entrar al castillo para llevar una vida un poco más digna que la que tienen en el campamento.
El problema es que la puerta de “Curroland” está casi siempre cerrada y bien protegida, los muros son muy altos y resulta inexpugnable para la gran mayoría de “sincurris”. Desde hace años además todos los meses expulsan más y más ciudadanos al frío y precario campamento. Cada vez hay más “sincurris” y han empezado a darse cuenta que la situación puede demorarse durante décadas. Cunde la desesperación en el campamento. Entre tanto dentro de ”Curroland” saben que no podrán aguantar mucho más - todos los gastos del Castillo y subsidiariamente del campamento se paga con sus impuestos, aunque cada vez ganan menos al tiempo que tienen más gastos pues hay que ayudar a los “sincurris”.
La economía es un asunto complejo pero para entendernos “Curroland” es un país donde el que más produce más gana. Así el zapatero gana por arreglar zapatos, el médico por curar enfermos y el cura por difundir la fe. Así ha sido siempre.
El problema es que 6 millones de “sincurris” no tienen la oportunidad de producir nada, luego no tienen derecho de admisión en el “Curroland” y del mismo modo no ganan nada. La mayoría de ellos sobrevive gracias a la ayuda de sus familias y también de lo que les toca de la hucha de “Curroland” a la que ellos también contribuyeron en su día cuando producían cosas.
Los gobernantes de “Curroland” (Muchos viven en la Torre del Homenaje) quieren poner remedio a esta situación, pues para mantener el castillo se necesita nuevos “curris”. Por otra parte tienen miedo de que el campamento se convierta en una turba enfurecida y decidan asediar violentamente la fortaleza. Así que han pensado que lo mejor es bajar la altura del muro para ver si así les resulta más sencillo trepara a los “sincurris”… la mala noticia es que al debilitar los muros lo único que han conseguido es que muchos “curris” se hayan despeñado desde el castilo al campamento, y el resultado es que el número de “sincurris” no ha dejado de crecer.
En su honor diremos que han hecho cosas bien, por una parte se está ayudando a muchos “sincurris” que ya han acabado su hucha y por otra han dispuesto algunas catapultas (apoyo al emprendedor) para que los más valientes se autopropulsen hasta el interior del Castillo. Sin embargo son muy pocas catapultas y en el campamento conviven ya 6 millones de personas. “Curroland” cada vez es más débil y caótica y todo amaneza con venirse abajo… aunque desde la torre del homenaje aseguran que tienen una perspectiva mucho mejor del futuro y podemos estar muy moderadamente satisfechos.
Llegados a este punto, hay quienes en el Campamento y también dentro de “Curriland” están empezando a tomar la iniciativa y plantear alternativas… Empieza a cundir la idea de que esto va para largo -muchos llevan ya años así- e incluso algunos han empezado a irse a otros países… así que tampoco tienen mucho que perder.
Es el momento de repensarlo todo, no sólo las respuestas sino también las preguntas. Sí, ya sabemos que no hy trabajo pero ¿Qué sucedería si seis millones de personas desempleadas se pusieran a producir cosas mañana? ¿Cómo sería posible organizar toda esa fuerza de trabajo?…¿Qué sucedería si toda persona, con trabajo o no, tuviera un salario mínimo por existir, una renta básica de ciudadanía?
En el siguiente post pondré algunos ejemplos inspiradores de esta revolución deseable, pero antes otra pregunta ¿Cuánto tiempo y esfuerzo nos costaría llevar a cabo toda esta transformación? No lo sé pero seguro que mucho menos de 30 años y mucho menos esfuerzo que el calvario que estamos sufriendo ahora.
CURROLAND. REVOLUCIONAR LAS POLÍTICAS DE EMPLEO (III)
Etiquetas: paro, soluciones, trabajo | author: jose luis ochoaPosts Relacionados:
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