Gonzalo Fanjul, en el blog de 'El País' 3.500 millones
¿No lo entiende, no lo sabe o le importa muy poco? Mientras uno de cada cuatro españoles vive en la miseria o al borde la exclusión social, las palabras “pobreza” o “desigualdad” no han sido mencionadas ni una sola vez en el discurso y en la contrarréplica del Presidente Rajoy. Su partido gobierna un país en el que cerca de un millón y medio de personas recurre cada semana a la ayuda alimentaria de las ONG; en el que las familias de dos millones largos de niños carecen de los recursos mínimos para acceder a materiales educativos, medicamentos o una vivienda digna. Un país en el que la desigualdad entre ricos y pobres alcanza niveles obscenos, solo superados en Europa por Letonia, Rumanía y Lituania.
España es un país en vías de subdesarrollo, pero eso no merece ni una sola mención por parte del Presidente en su discurso sobre el estado de la nación. Incluso para aquellos que aceptan la necesidad de un ajuste, este desprecio resulta incomprensible.
El líder de la oposición ha hecho justo lo contrario. Espoleado por el eslogan “recesión, desempleo y desigualdad”, su discurso ha puesto sobre la mesa, desde la segunda frase, el riesgo de convertirnos en "una sociedad dual".
Rubalcaba ha llegado incluso a proponer un fondo nacional contra la pobreza dotado con 1.000 millones de euros y destinado en buena medida a las ONG (no se sabe muy bien porqué las ONG, considerando que los servicios sociales públicos padecen anemia galopante).
La propuesta de Rubalcaba merece un debate serio en estos dos días, empezando por aquellas medidas que eviten los errores que cometió el PSOE. Durante los años de bonanza económica los gobiernos españoles fracasaron a la hora de elevar el gasto medio en protección social a los niveles de la UE-15. La vulnerabilidad puso en el disparadero a una bolsa creciente de españoles a los que el desempleo y el ajuste del PP han empujado por el precipicio.
Es necesario un pacto nacional en la línea que propone la oposición, pero 1.000 millones no son suficientes. De acuerdo con un estudio elaborado por la Fundación Tomillo y que será hecho público en breve por la Red Madrileña de lucha contra la pobreza y la exclusión social, la tasa de riesgo de pobreza se situaría en 2014 alrededor del 28,5% de la población, lo que supondría un incremento de casi 5 puntos con respecto a su valor en 2009. La Fundación FOESSA, dependiente de Caritas, calculaba al principio de la crisis que el coste de garantizar una renta mínima al conjunto de los españoles ascendía a 2.200 millones de euros.
Organizaciones como UNICEF y Oxfam, consultadas por este blog tras el debate, insisten en la misma idea. José María Vera, Director General de Intermón Oxfam, declaraba: "Es urgente adoptar medidas que cambien el rumbo. La más inmediata es destinar los ingresos de la Tasa a las Transacciones Financieras Internacionales, que ya se ha aprobado por parte de 11 países de Europa, íntegramente a la lucha contra la pobreza. Esperamos que la tasa ingrese unos 5.000M € anuales en España, lo que significa que existen recursos para luchar contra la pobreza doméstica y contra la pobreza global ante la drástica reducción de las políticas de cooperación y acción humanitaria".
Pero será muy difícil discutir estos detalles si el Presidente ni siquiera considera que existe un problema. Tal vez, como le espetó la oposición en el debate de hoy, "ustedes desprecian lo que ignoran, lo que no han conocido de cerca". Queda un día para rectificar.
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