Rosa María Artal
El movimiento generado a raíz de las manifestaciones del #15M ha sembrado de enormes esperanzas a un sector creciente de la sociedad. Un ejemplo de ciudadanía, de creatividad, que ha asombrado también al mundo y acrecentado sus ilusiones en un sistema más justo. Este domingo, sin ir más lejos, varios medios internacionales van a tratarlo en profundidad.
Quiero empezar por recordar la carta que José Luis Sampedro envió a las convocatorias del 15M que, en este momento, tiene más de 1.600.000 referencias en google en páginas de todo el mundo. Y la tomo de la Fundación de José Saramago, cuya viuda, Pilar del Río, también sigue de cerca esta protesta, como lo haría el propio escritor comprometido. Destaco este párrafo de Sampedro:
“Me adhiero a vuestras reivindicaciones, hago mío el manifiesto, me solidarizo y deseo un clamoroso 15-M. Pero sobre todo, os animo a avanzar en la lucha hacia una vida más humana. Los medios oficiales no se van a volcar con vosotros y encontraréis muchos obstáculos en el camino, pero está en juego vuestro futuro. El 15 de mayo ha de ser algo más que un oasis en el desierto; ha de ser el inicio de una ardua lucha hasta lograr que, efectivamente, ni seamos ni nos tomen por “mercancía en manos de políticos y banqueros”. Digamos NO a la tiranía financiera y sus consecuencias devastadoras”.
¿Qué ha pasado después? ¿Qué está pasando? Ha habido muchas personas que se han dejado en esto la piel y la energía trabajando. Ha surgido la oportunidad impagable de que muchas personas se informen mucho más de lo que estaban, se expresen, hablen las unas con las otras, siembren… una rica semilla.
Mantengo serias dudas sin embargo acerca de los movimientos asamblearios. Por experiencia. La sagrada coma, sí, ese signo insignificante, es capaz de arruinar cualquier proyecto constructivo. Ocurre también que las concentraciones tan abiertas atraen a frikies de todo signo y a astutos partidarios del #antihacernadapositivo. Contamos también con la decidida participación de disuasores y manipuladores varios desde los grandes medios.
Demasiado para un movimiento de buena fe, en el que, además, el cansancio está haciendo mella. Hay que tener siempre los sentidos muy alerta para detectar torpedos. Tienen mucha más experiencia en la tarea. Infectan cómodamente, mientras otros trabajan.
Las acampadas tuvieron que disolverse en mi opinión el 22 de Mayo, en la cumbre de su éxito. Y continuar los trabajos en otros formatos, en jornadas diurnas, tras descanso reparador. No ha sido así. No puede prolongarse más el error.
El 15M y las acampadas han demostrado la indignación ciudadana, su deseo de edificar. No se puede defraudar a tanta gente, dentro y fuera de España, con un “consenso de mínimos” light que solo hable de política. ¿En qué estáis pensando? Lo firmaba Sampedro y lo repito: “Ha de ser el inicio de una ardua lucha hasta lograr que, efectivamente, ni seamos ni nos tomen por “mercancía en manos de políticos y banqueros”. Digamos NO a la tiranía financiera y sus consecuencias devastadoras”.
¿En qué han quedado los ingeniosos carteles? No respondían a una creatividad gráfica, estaban y están llenos de contenido.
Baja la guardia, este viernes el Gobierno catalán desaloja la acampada de Barcelona. Un centenar de heridos. A un chico le han roto el bazo por ejemplo y ni tiempo hay para informar de ello. Hasta Naomi Klein estuvo pendiente de la #spanishrevolution
@NaomiAKlein The universal language of police brutality against peaceful demonstrators http://youtu.be/PtaNg8c8OtU#spanishrevolution
Excelente idea las asambleas en barrios y pueblos. Una nueva vía. Más de éstas. Pero, si no es posible solventar en breve en las acampadas, el supremo obstáculo de las comas, aplazad su resolución. Un poco más. Para debatir sin presiones. Os habéis dejado urgir a unas propuestas que ni los propios partidos explicitan. ¿Dónde está el programa del PP, por ejemplo? La #spanishrevolution ha demostrado como nunca que se puede informar fuera de los cauces oficiales. No más errores. No nos defraudéis. Lo hacen a diario buena parte de los políticos. Tampoco es productivo dejarse deslumbrar por el espejismo de una reacción contra la violencia institucional. La misma violencia está en las directrices políticas que han podrido el sistema.
En mi opinión, hay que volver a casa, desmantelar las tiendas y descansar. Sin presentar propuestas vacías. Se impone meditar serenamente, sacar conclusiones, seguir trabajando. Con el criterio demostrado al inicio. Con radares para detectar topos. Mucha gente está pendiente de ello. Hay que regenerar la política, la relación con los poderes financieros, la sociedad. Sería imperdonable abortar la semilla. Muchos sabemos sin embargo que crece vigorosa. No la ahoguéis vosotros mismos. Es lo que esperan los grandes poderes para que no cambie nada. Dicho con afán constructivo pero firme: ¡A casa y a reflexionar!
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