El blog de un profesor inglés que vive en Grecia se han convertido en una referencia de la prensa internacional más despierta a la hora de sumergirse en lo que el bloguero más requerido llama “bancarrota moral”.
“El problema es que muchos griegos han perdido la esperanza, la paciencia y lo más importante: todo su dinero. En efecto, una gran franja de la población ya es totalmente insolvente”, explica el bloguero británico que vive en Salónica.
Para muchos ciudadanos el futuro del euro o los incumplimientos de Grecia son una cuestión menor frente a la perspectiva de no encontrar trabajo (o perderlo) y ver como el futuro de sus hijos se desvanece.
¿Qué diablos les importa el estado de los mercados internacionales?
Un caso trágico que el profesor no puede quitarse de la mente es el de los desesperados que han sido vencidos por la crisis. Algunos conocidos. “Yacía en la calle. Después de beber agua (ofrecida por los transeúntes) se levantó y sacó un fajo de papeles que resultaron ser su currículum. Uno de sus vecinos le acompañó a su casa mientras no paraba de repetirle los títulos que poseía”.
No conozco sus antecedentes psicológicos pero en el fondo de mi corazón estoy convencido de que la crisis actual le ha vuelto literalmente loco. No me gusta usar esta terminología pero la cruda realidad de la situación es tan terrible que usar eufemismos es simplemente un insulto.
El incidente, que le inquietó profundamente, le hace reflexionar sobre la posibilidad de que todos podemos estar en esa situación. Lo hace antes de volver sobre el plan A que la Europa representada por Barroso ha dictado a Grecia. “Teniendo en cuenta que nada en el paquete de austeridad actual ofrece algo parecido a una forma de salir de la crisis, excepto en algún escenario semi-mítico de largo plazo (a largo plazo todos muertos, Keynes dixit) no culpo a los griegos por no poner otra piedra de molino alrededor de su cuello de buena gana”. Aunque no pocos ya han puesto la cara y se la han partido cuando la policía protegía el plan A.
Los griegos han vivido los efectos del primer plan de austeridad durante 18 meses y todo lo que ha traído es depresión y desesperación. La votación en el Parlamento sobre el plan de austeridad es casi irrelevante, la verdadera batalla no estará en el pleno, será en las calles donde los griegos indignados mostrarán toda su indignación con un liderazgo político en bancarrota moral que capituló sin luchar ni dar un ejemplo de patriotismo y dignidad acabando con la impunidad en la que viven los altos directivos de las multinacionales, los banqueros y ellos mismos. El sector A y sus fieles servidores.
Caza al inmigrante protegido por los indignados
El bloguero griego, Modestos Siotos, ha relatado como intentó defender a un inmigrante al que la policía estaba golpeando. Los funcionarios policiales increparon al bloguero:
El bloguero griego, Modestos Siotos, ha relatado como intentó defender a un inmigrante al que la policía estaba golpeando. Los funcionarios policiales increparon al bloguero:
Ten más cuidado con tus sensibilidades democráticas la próxima vez, ¡niño rico, falso revolucionario!
Después le amenazaron con arrestarlo por obstrucción a la actuación policial. Amnistía Internacional ha denunciado en su Informe anual que el excesivo uso de la fuerza por la policía es un problema persistente en Grecia.
Los ‘indignados’ griegos que salen de la red son atacados por los mismos sectores de extrema-derecha que promueven la caza al inmigrante. Este asunto, que está pasando desapercibido por aquí, preocupa y mucho a los que protagonizan y escriben el relato de la Grecia real, como el colaborador de GlobalVoices, Asteris Masouras. Imprescindibles, por cierto, sus crónicas visuales.
También el bloguero y diseñador gráfico, Arkoudos, ofrece con bastante regularidad una impactante portada, para una revista imaginaria, que sirve como comentario visual de la crisis griega. Por ejemploesta o esta.
Lo saben, pero nunca lo podrán afrontar. Con impunidad penal no hay posibilidad alguna de devolver la confianza a los ciudadanos. Aquí tapoco hay plan B. Ese es el principal mensaje que están enviando los indignados que protestan, aunque no acampen, en las plazas y calles de países como Grecia o España, pero ni editores, ni tertulianos, ni legisladores quieren enterarse y menos difundirlo. También es normal.
Afortunadamente hay plan B. Elegir a otros, que matices ideológicos al margen puedan representar mejor los anhelos de la ciudadanía que defiende el Estado de Derecho – todos iguales ante la ley – y la regeneración democrática. El engañado de las Azores, intocable al parecer, se ha ganado un buen descanso en compañía de otros. Hace tiempo. Al menos, hay políticos que parecen indignados.
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