Visto en Humanismo y Conectividad
(“El futuro ya está aquí, aunque mal distribuido.”),
William Gibson
Derrick de Kerckhove (1999), La piel de la cultura: Investigando la nueva realidad electrónica, Editorial Gedisa, Barcelona.
NATIVOS DIGITALES: MENTES JÓVENES EN TIEMPOS ACELERADOS
Etiquetas: educación, redes sociales, varios | author: jose luis ochoa“Future is already here, it’s just badly distributed.”
Mucho se ha hablado de la influencia que los nuevos medios manados de la Red tienen sobre los más jóvenes. Con frecuencia, los medios masivos como la televisión alertan a los padres demonizando sobre los peligrosos riesgos que entraña, para sus hijos, la inmersión en el ciberespacio: contados casos de pedofilia y pornografía son chivos expiatorios que, con banalidad, sobrecargan el discurso de quienes ven horrorizados, desde el furgón de cola, un cambio cultural del que no participan. Cuando algo cambia siempre surgen aquellos que, como tapones evolutivos, defienden y lastran lo viejo, negando la apertura a la novedad ya que tienen la tendencia a temer lo que se desconocen.
Porque cuando se trata de comprender hoy, en este momento epocal, qué está sucediendo con los jóvenes no basta con reducir las brechas del cambio generacional en ciernes a un abanico de amenazas, metáfora de lo incomprendido o a adornos superficiales de lo externo (lenguajes vulnerados, ropa e indumentaria, marcas, tatuajes, piercings ó tribalismo urbano desencadenado). En una actualidad tan colmada de rupturas y discontinuidades es necesario recurrir a nuevas definiciones, nuevas taxonomías sociales que nos permitan identificar cómo éstas acontecen y cuáles son las diferencias resultantes con lo que va quedando a lo largo del camino.
Decir que vivimos un verdadero cambio de época pareciera que ya no es ninguna novedad. Sin embargo, afirmar que hoy estamos viviendo una discontinuidad gnoseológica esencial, puede resultar ser una afirmación un tanto osada. Para todos los que somos entusiastas del cambio y nos fascina intentar comprender el ritmo y la evolución de los tiempos actuales, esta aseveración puede sonar ya demasiado venturosa.
Los jóvenes de hoy son las generaciones conectadas que crecieron con un mouse en una mano y un teléfono celular en la otra. Son losnativos digitales. La definición fue acuñada por vez primera por Marc Prensky (2004) quien, en un sugestivo artículo cuyo título traducido es: “La muerte del comando y control”, distinguió la presencia de dos mundos: el de los nativos digitales, de aquel que habitamos nosotros, los inmigrantes digitales.
La noción de nativos digitales se ha venido instalando en los más conspicuos discursos y, muy probablemente, si la penetración de la red lo permite, termine reemplazando al de brecha digital. Los videojuegos, los sistemas de mensajería instantánea, los mensajes por celulares SMS, MMS, las redes sociales, los blogs, fotoblogs, videologs, twitter, podcast, etc. han pasado a convertirse en una parte sustancial de nuestras vidas conformando el humus cultural del que se alimentan las nuevas generaciones de bárbaros digitales, quienes se caracterizan por tener otra actitud frente a la información y la comunicación, muy distinta de la de sus predecesores, nosotros, los inmigrantes digitales, que viajamos en el furgón de cola del tren de los cambios de hoy.
Los nativos digitales son jóvenes que no soportan estar desconectados y no conciben la vida sin Internet, una arquitectura que elude toda forma lineal y secuencial de organización de la información y, por ello, reconfigura las funciones cognitivas de quienes nacieron junto a ella de maneras que pueden resultar incomprensibles para los que nos enculturizamos en la época de la tiza y el pizarrón.
A diferencia de los inmigrantes digitales que solemos tener un enfoque defensivo y determinista en relación a la información, estos nuevos bárbaros digitalesasumen una actitud proactiva, participativa y ven a la información como ventana posibilitadora. Más que pensar qué es lo que la tecnología puede hacer por ellos, piensan qué pueden ellos hacer con esta, cómo la pueden moldear y diseñar para alcanzar metas deseadas. La centralidad tecnológica se plantea como medio: no se trata de indagar en el “con qué” sino que el énfasis está puesto en el “para qué” y en el “con quién”. Se trata de jóvenes autodidactas formados alrededor de un universo de aplicaciones computacionales en línea que demandaron de sus intervenciones y por lo tanto, más que consumidores pasivos se muestran como creadores de los contenidos que consumen como colectivo. Arman y editan videos, retocan fotos, remezclan todo tipo de información y la distribuyen con la misma facilidad con que la crearon, son los cultores de la intercreatividad.
Se les suele atribuir una supuesta irreverencia ya que son capaces de interactuar simultáneamente en una multiplicidad de entornos, conversaciones y configuraciones mediáticas. Ello, los faculta moldear una identidad digital a partir de la cual desarrollan su participación interactiva y les permite optar colaborativamente, a la velocidad de la inmediatez, por lo que quieren comunicar, conversar, ver, navegar, pensar, compartir, sentir, crear y creer, es decir: ser en línea.
Construir una identidad es contrastar el orden disciplinario y la normalización lo que supone un supuesto conflicto con las instituciones establecidas: los padres, la escuela, las jerarquías, los derechos de propiedad; por eso, al internalizar que la Red subvierte las jerarquías informacionales, han puesto en jaque al sistema educativo al menoscabar la autoridad sapiencial y la lentitud de profesores y clases magistrales. El cuestionamiento está a un click de distancia y confían más en la Wikipedia que en cualquier verdad revelada en forma presencial. Alejandro Piscitelli (2009)plantea entonces un doble desafío: “es necesario aprender cosas nuevas y enseñar cosas viejas de una nueva manera, con lo complicado que implica enseñar lo viejo con ojos nuevos”.
Las escuelas de hoy siguen pobladas de profesores y maestros analógicos que intentan enseñarle a los alumnos digitales de hoy. Por eso para él, la educación, si quiere ser industria del conocimiento, debería convertirse en una “industria del deseo” en la que el docente debería devenir en maestro en el “arte de la seducción” tornándose éste, en creador y mediador de conflictos antes que un mero repetidor y transmisor de conocimientos encapsulados y predigeridos (Piscitelli, 2009). Ello se debe a que los nativos digitales prefieren el universo de lo gráfico, contextual y simbólico al de lo textual, establecido y conceptual. El mundo que les ha tocado vivir se caracteriza por la aleatoriedad, la complejidad, la diversidad globalizada, la multiperspectividad de los sentidos y el posibilismo.
Se suele pensar que cuando un joven está frente a la computadora permanece aislado por lo que parece inconcebible, desde la perspectiva de un inmigrante, que los nativos digitales son partícipes de un nivel de comunicación como nunca antes había sido posible. Se puede decir que los nativos digitales han sido los responsables de gestar una nueva forma de cognición participativa. Sabiduría de las masas, inteligencia colectiva, alquimia de las multitudes son losleitmotif de una época signada por la colaboración hipervinculada en la que ellos, los bárbaros digitales de hoy, participan desde la propia centralidad del concepto. Es por eso que tienen una actitud frente a la información que nosotros (los inmigrantes digitales) tal vez no comprendamos. Saben que la información es poder cuando se la comparte. Para ellos, compartir y distribuir contenidos es fuente de conocimiento y reputación. Frente a la maraña de la Red sienten la responsabilidad de actuar como infomediarios para evitar la infoxificación de otros, ya que saben que otros actúan con igual reciprocidad y les recomiendan contenidos. Comprenden las limitaciones de los buscadores y por eso prefieren buscar la información a partir de las comunidades (redes sociales y blogs) con las que interactúan.
En otro artículo Marc Presky (2004) identifica 18 áreas en las que los nativos digitales son diferentes. A modo de resumen vale decir que:
Derrick de Kerckhove (1999) decía que “cualquier tecnología que afecte significativamente nuestro lenguaje debe también afectar nuestro comportamiento a nivel físico, emocional y mental”. Efectivamente, los nativos digitales, comunican y piensan diferente. Alejandro Piscitelli(2009), plantea que los nativos digitales, los jóvenes de hoy, son una nueva clase cognitiva que ha revelado la necesidad de diseñar competencias digitales en un pie de igualdad con las analógicas tradicionales, en las que las estrategias de alfabetización digital forman parte de la nueva infraestructura del conocimiento. Los nativos digitales son los escribas de esta nueva época, son los nuevos disruptores de la mediamorfosis social en ciernes, que a diario nos muestran el poder y el impacto que tiene la socialización de los medios de producción simbólica cuando se los utiliza y apropia. Al resto, a nosotros, nos queda a lo sumo el potencial de ser mediadores intergeneracionales, puentes de esa brecha tal vez invisible que suscitó el avance de la gente por sobre las plataformas informacionales verticales y que dio lugar a la irrupción de arquitecturas de participación cuyo uso hoy, se ve amplificado por la presencia de ellos: los nuevos bárbaros digitales.
Referencias bibliográficas:
Marc Presky (2004), The Emerging Online life of the Digital Native: What they do differently because of technology, and how they do it
Alejandro Piscitelli (2009), Nativos Digitales: Dieta cognitiva, inteligencia colectiva y arquitecturas de participación, Colección Aula XXI, Editorial Santillana, Buenos Aires.
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