Raquel Montón, greenpeace
Hace ya casi un año que en Japón comenzó la pesadilla, un accidente nuclear en la central de Fukushima. En aquellos días, ni el Gobierno, ni la empresa propietaria, ni la agencia de seguridad nuclear contaban la verdad de lo que allí estaba ocurriendo.
Es necesario aprender de los errores, y en Fukushima se cometieron muchos, no sólo a partir del 11 de marzo, los más graves fueron los anteriores, esos son los que de verdad causaron la tragedia nuclear.
Greenpeace publica “Lecciones de Fukushima”, un informe que cuenta con la colaboración de expertos internacionales, y explica cómo el gobierno, los reguladores y la industria nuclear permitió que ocurriera esta catástrofe.
El informe explica que en Japón se han evacuado 150.000 personas, que tienen 28 millones de metros cúbicos de suelo contaminado por sustancias radiactivas, que el país tendrá que asumir un coste total del desastre de 520 a 650 mil millones de dólares, una cifra que se aproxima al coste de la crisis bancaria de las hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos; y que sólo mantienen 2 reactores nucleares operativos de los 54 que existen, en contra de las presiones del gobierno y la industria nuclear, sin que por ello sufran ningún problema de suministro.
La principal conclusión es que este desastre nuclear podría repetirse en cualquier central nuclear en el mundo, y que la seguridad nuclear es una quimera porque, en el mundo, un accidente nuclear ha tenido lugar aproximadamente cada siete años, de promedio.
Lección número uno. Sabemos que se conocían los riesgos reales y se ignoraron.Durante décadas se han sabido, en Japón y a nivel internacional, las vulnerabilidades del diseño del reactor de agua en ebullición Mark I (BWR, sus siglas en inglés). También sabían que un tsunami de esas dimensiones podría pasar, entre otros hay informes desde 2008 de la propia compañía en ese sentido, y un giro del destino quiso que se enviaran cuatro días antes al organismo regulador.
Lección número dos. Los planes de emergencia nuclear y evacuación para la protección de las personas han fracasado totalmente, a pesar de que Japón es uno de los países mejor preparados del mundo para la gestión de catástrofes.
Lección número tres. Los contribuyentes serán quienes pagen la mayor parte de los costes. Japón es uno de los tres países en los que, por ley ,el operador de la central nuclear es responsable de la totalidad de los costes de un desastre nuclear, pero los regímenes de responsabilidad e indemnización de la ley son insuficientes. Las personas afectadas se tienen que valer de sus propios recursos. TEPCO, la propietaria ya declaró que no es responsable de la radiactividad, porque ya no es de su propiedad.
Es necesario aprender de los errores, y en Fukushima se cometieron muchos, no sólo a partir del 11 de marzo, los más graves fueron los anteriores, esos son los que de verdad causaron la tragedia nuclear.
Greenpeace publica “Lecciones de Fukushima”, un informe que cuenta con la colaboración de expertos internacionales, y explica cómo el gobierno, los reguladores y la industria nuclear permitió que ocurriera esta catástrofe.
El informe explica que en Japón se han evacuado 150.000 personas, que tienen 28 millones de metros cúbicos de suelo contaminado por sustancias radiactivas, que el país tendrá que asumir un coste total del desastre de 520 a 650 mil millones de dólares, una cifra que se aproxima al coste de la crisis bancaria de las hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos; y que sólo mantienen 2 reactores nucleares operativos de los 54 que existen, en contra de las presiones del gobierno y la industria nuclear, sin que por ello sufran ningún problema de suministro.
La principal conclusión es que este desastre nuclear podría repetirse en cualquier central nuclear en el mundo, y que la seguridad nuclear es una quimera porque, en el mundo, un accidente nuclear ha tenido lugar aproximadamente cada siete años, de promedio.
Lección número uno. Sabemos que se conocían los riesgos reales y se ignoraron.Durante décadas se han sabido, en Japón y a nivel internacional, las vulnerabilidades del diseño del reactor de agua en ebullición Mark I (BWR, sus siglas en inglés). También sabían que un tsunami de esas dimensiones podría pasar, entre otros hay informes desde 2008 de la propia compañía en ese sentido, y un giro del destino quiso que se enviaran cuatro días antes al organismo regulador.
Lección número dos. Los planes de emergencia nuclear y evacuación para la protección de las personas han fracasado totalmente, a pesar de que Japón es uno de los países mejor preparados del mundo para la gestión de catástrofes.
Lección número tres. Los contribuyentes serán quienes pagen la mayor parte de los costes. Japón es uno de los tres países en los que, por ley ,el operador de la central nuclear es responsable de la totalidad de los costes de un desastre nuclear, pero los regímenes de responsabilidad e indemnización de la ley son insuficientes. Las personas afectadas se tienen que valer de sus propios recursos. TEPCO, la propietaria ya declaró que no es responsable de la radiactividad, porque ya no es de su propiedad.
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