BANCOS RESCATADOS, DIRECTIVOS EMBARGADOS

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Alnair, en 'Gurusblog'

La culpa de la crisis la tenemos todos. Nadie nos obligó a firmar esa hipoteca.

Esta es la letanía que no para de oírse cada vez más. No hay mejor receta que culpabilizar a las masas para que acepten las penitencias. Y dado nuestro acervo católico a buen seguro que más de uno comulgará con esa tesis.

Pues no, señores. No tenemos la culpa.

O no más culpa que cuando nos vemos atrapados en un atasco. ¡Nadie nos obligó a coger el coche!

O cuando se produce un apagón. ¡Si es que queremos consumir electricidad todos a la vez!

Que un ciudadano haya perdido el empleo no es culpa de que previamente haya firmado una hipoteca.

Cuando hay un apagón, salvo catástrofe natural, los culpables son los encargados de gestionar y proporcionar ese servicio, las compañías eléctricas. Y desde hace algún tiempo se han establecido penalizaciones a las compañías por las interrupciones del suministro.

Cuando hay un colapso circulatorio, salvo accidente, la culpa es de los responsables de tráfico que o bien no han planificado correctamente o no han informado adecuadamente a los ciudadanos. Si los atascos son reiterados, la culpa es de los gestores que no han adecuado las infraestructuras o no han proporcionado alternativas de transporte público adecuadas. Desgraciadamente los sueldos de los gestores no dependen de si ha habido atascos, ni las concesionarias son penalizadas por ese hecho. Esta es otra batalla que tendremos que librar.

Apagón financiero

La presente crisis es el resultado de un monumental “apagón financiero”. Y los responsables de este son las autoridades económicas (Bancos Centrales y ministerios de economía) y las entidades financieras. Sí, las entidades financieras forman parte del entramado que regula el correcto funcionamiento del sistema financiero, de la misma forma que las empresas eléctricas son las responsables del correcto funcionamiento del sistema eléctrico.

Si el sistema eléctrico de un país no funciona correctamente, es responsabilidad de los gobiernos el establecer las regulaciones, incluidas penalizaciones, para que las empresas eléctricas garanticen que no habrá cortes de suministro, más allá del legítimo derecho de estas de lograr sus beneficios empresariales.

La industria financiera ha arruinado el sistema con su búsqueda del máximo beneficio a cualquier precio.

Señores, que a día de hoy, con más del 20% de parados en España, la morosidad de las hipotecas de los ciudadanos de a pié, es de solo el 2,41%. Si eso es indicación que los ciudadanos nos endeudamos más allá de nuestras posibilidades, que venga Dios y lo vea. Todo ese crédito moroso supone 15.000 millones de euros de dudoso cobro.

Pero es que el gran agujero de la banca es la morosidad del 15% de los promotores. 48.000 millones de euros de dudoso cobro. Y no es más porqué han hecho lo imposible para que no aflore, aceptando numerosas daciones en pago y refinanciando a inmobiliarias que no son más que cadáveres andantes. Con estas técnicas han enterrado 80.000 millones de euros más.

Y ahora les pregunto a todos esos directivos con sus “merecidos” grandes sueldos,¿quién les obligó a ustedes a conceder semejantes créditos a los promotores?

Yo os digo: banqueros, culpables.


Imprudencia temeraria

Los directivos de las entidades financieras han actuado con manifiesta imprudencia y temeridad. Y lo han hecho porqué tenían mucho que ganar a cambio que los demás tengamos mucho que perder.

Los directivos se han endosado pingües bonus por su “magnífica” actuación durante todos estos años. A cambio hemos tenido que rescatar los bancos entregando dinero público y asumiendo el riesgo privado de su temeridad.

Luego nos dirán que, no, que el rescate a los bancos no nos ha costado ni un duro. ¡Y un coj**!

Por el dinero prestado con el famoso FROB, ingresamos el 7,5% de interés. Pero es que ese es un tipo de interés inferior al que el mercado está dispuesto a prestar a esas entidades. Y eso no nos sale gratis. El riesgo extra que asumimos todos al prestarle dinero a entidades con problemas bien que repercute en los tipos de interés a los que tenemos que colocar la deuda pública. Aquellos que nos prestan dinero tienen muy en cuenta el riesgo que algunas de esas entidades al final no puedan devolver el dinero, y por eso nos exigen más intereses para prestarnos.

Luego súmale el dinero que el Banco Central Europeo está prestando a bajo interés, ¡para que luego esos mismos bancos nos lo presten a nosotros a un interés superior!

Y el rescate a Grecia, Portugal e Irlanda. ¿También nos está saliendo gratis? ¿Por qué no se negocia una suspensión de pagos controlada y una quita de la deuda para estabilizar las tensiones? ¿Por qué tenemos que aceptar ahora la deuda de esos países como contrapartida nosotros aumentando nuestro riesgo?

Una vez más, ¿quién les obligó a los banqueros el prestar dinero más allá de lo razonable a esos países?

Banqueros, culpables.


Nuestra responsabilidad

Llegados a este punto, como en los atascos y en los apagones, las consecuencias las pagaremos todos. Da igual que no seamos culpables. Somos uno más dentro del gran atasco. Toca jo***se.

Pero al igual que en su día se establecieron normativas para trasladar las consecuencias de los apagones eléctricos a quienes deben garantizar el buen funcionamiento, hoy es urgente el establecer los mismos criterios para la industria financiera.

Se pueden establecer muchos controles sobre que operaciones pueden o no pueden hacer los bancos. Sobre las provisiones, las reservas, o cualquier otro parámetro que queráis. Pero al final, con el tiempo alguien la va a liar.

La única normativa que funciona es la que encadena el responsable al destino de la nave. Como en las galeras. Si se hunde el barco, el capitán se va al fondo. Si no hay honor para hacerlo voluntariamente, que se forje el honor con cadenas.

Toda cúpula directiva de una entidad financiera rescatada, debería verse fuertemente penalizada. Debería, por ejemplo, embargársele una cantidad tres veces superior a todos sus ingresos - incluidos sueldo, bonus y planes de pensiones –de los últimos 5 años. Y eso para todos los directivos que hayan dirigido la entidad en algún momento durante los últimos 5 años. No se vale abandonar el barco en el último momento.

Solo si el riesgo a que llevan la entidad que dirigen supone un riesgo para ellos mismos, actuarán en todos los casos de forma responsable.

Por eso pidamos entre todos:

Banco rescatado, directivos embargados.

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