La verdad es que con Antonio Morales, Alcalde de Agüimes, hay un filón informativo y bien documentado. Por la vigencia y la situación analizada, a continuación reproducimos de nuevo un artículo que no deja títere con cabeza.
Se las prometían muy felices, pero no contaban con los caprichos de la Naturaleza. Su estrategia se ha venido abajo, o acaso, iluso de mí, se ha ralentizado. De un momento para otro un planeta encabritado ha sacado a la luz las debilidades y las podredumbres de un sistema nuclear que los lobby de siempre, con el apoyo de los políticos de siempre, pretendían imponernos a cualquier precio.
Lo tenían todo muy bien planificado. Lo de la crisis del petróleo les vino al pelo. En primer lugar elaboraron una estrategia perfectamente diseñada para hacernos llegar el mensaje de que las renovables eran muy caras y elevaban el precio del recibo de la luz. Había que suprimir las primas y volver la vista al gas en el que las pobrecitas eléctricas habían realizado costosas inversiones, sin que nadie se las pidiera, por cierto.
Y lo consiguieron y así hemos visto estos días como todos los cómplices se han lanzado a hablar de las bonanzas de este fósil –el señor Soria lo incluye incluso entre las energías limpias- y hasta Sebastián ha venido a Canarias a darle un empujoncito a CC, que de esto de conchabos energéticos sabe un montón. Van hasta a pagarles cuando las plantas de gas y carbón estén paradas porque las renovables estén a pleno rendimiento.
Al tiempo planificaron al máximo una maniobra mafiosa encaminada a vendernos las excelencias de la energía nuclear -limpia (ejem, ejem ), segura (ja, ja) y más barata (sobretodo si el Estado es el que paga los seguros que ninguna aseguradora quiere afrontar, cubre los costes de la eliminación de los residuos, de los desmantelamientos, etc)- y a asegurarse el alargamiento de la vida de las centrales españolas y así, en pocos días, vimos como nombran –el lobby y Zapatero como secretario de Estado de Energía a Fabrizio Hernández, miembro de un Consulting internacional, especializado en asuntos de gas y “casualmente” perito de Nuclenor, Endesa e Iberdrola en la batalla jurídica en contra el cierre de Garoña.
Paralelamente, Zapatero empieza a reconocer en público un cambio en su política nuclear, se enfrenta a algunos sectores de su partido que le recuerdan que en su programa se habla de “cierre paulatino” de las plantas y anuncia la ampliación de la vida útil de las centrales de Cofrentes y Garoña, con la anuencia de CiU, PNV, PSOE y PP en el Parlamento, que caían así rendidos ante las presiones –y posiblemente otras cosas- del Foro Nuclear que agrupa a Endesa, Iberdrola, Unión Fenosa, Hidrocantábrico y otras compañías.
Más listo que nadie, el PP, de la mano de Aznar, presenta desde la FAES su plan energético donde se plantea alargar la vida de las plantas nucleares españolas hasta los 60 años y buscar sitio para otras nuevas (lo que es aplaudido por Borja Prado, de Endesa, que habla de un “PP pronuclear”, a sabiendas de que las plantas ya están amortizadas y que les produjeron unas ganancias limpias en los últimos tres años de más de 6.700 millones de euros). Y hasta un destacado miembro de este partido en Tenerife, Benicio Alonso, incluso se atreve a lanzar el globo sonda de que en Canarias nos vendría muy bien instalar plantas nucleares…
Pero claro, surge el terremoto y el tsunami de Japón y se quedan –así, sin tapujos- con el culo al aire. Y mientras en Alemania Angela Merkel reacciona inmediatamente cerrando temporalmente sus siete plantas más antiguas y anunciando una nueva era de las renovables, al igual que apuntan Suiza, Austria, China y otros países, y el comisario europeo de Energía habla de “apocalipsis” y afirma que muchas centrales de la UE son inseguras y que la “situación de Libia y Japón exige debatir el modelo energético”, en España el PP y el PSOE se ponen de acuerdo para evitar un “debate en caliente” sobre las nucleares. A lo sumo, apuntan, están dispuestos a debatir la seguridad de las centrales pero nunca su sustitución, ni romper el compromiso de alargar su vida, ni apostar por nuevas plantas (como iba a ser eso si hace solo unos días Endesa firmaba un acuerdo con Westinghouse para realizar nuevos proyectos en España y Suramérica)… Hasta José Manuel Soria, que se huele ministro y se apunta a un bombardeo, salió a la palestra argumentando que el terremoto nipón “no puede condicionar el debate nuclear”.
Para el cártel nuclear y los partidos que le hacen la ola ni las plantas de gas ni las centrales nucleares son inseguras. Todo lo contrario, siempre escuchamos la misma letanía de fiabilidad técnica, de control exhaustivo, etc… hasta que pasa algo. Y cuando pasa algo casi siempre pasa algo muy fuerte y entonces empiezan a aparecer datos que antes andaban en el limbo.
Por eso nos enteramos que en España no sabemos que pasaría si una planta de estas características se viera sometida a los embates de un gran huracán. O a un atentado. Y nos enteramos que el sistema de contención de Garoña, el Marck 1 de General Eléctric, es el mismo que el de la planta de Fukushima y que el de la planta de Three Mile Island de EEUU, que sufrió uno de los accidentes más importantes de la historia de las nucleares. Y que la mitad del agua dulce que consume Francia está destinado a sus nucleares lo que cuestiona también su limpieza en estos momentos de escasez de agua; que la energía nuclear tiene que ver también con otro riesgo mundial ligado a la carrera armamentística…
Y porque se produce la tremenda catástrofe de Japón, que podría tener consecuencias inimaginables por culpa de la energía nuclear, aunque a la hora de escribir este texto parece que se está dominando la situación (digo parece porque todo apunta a que Japón nos ha estado mintiendo todo el tiempo), nos enteramos de que lo de la fiabilidad y la seguridad garantizada no es más que un cuento al que nos ha llevado la propaganda mediática y el lavado de cerebro.
Desde luego habría que significar en primer lugar el terrible drama de Hiroshima y Nagasaki con cientos de miles de muertos y las terribles secuelas hasta hoy día, pero también está el accidente de Windscale, en Reino Unido, en l957, de nivel 5 y con más de treinta muertos por cáncer, el de Three Mile Island, de nivel 7, ya citado, con más de 140.000 personas evacuadas, el de Chernóbil, de nivel 7 y con más de 16 mil muertos y con un 20% de su territorio que no se podrá usar en cien años, los de Tokaimura, Mihama y Kashiwazaki en Japón, el de Blayais en Francia, donde faltaron dos dígitos para que se produjera una fusión…
Pero no hay que irse tan lejos. En la central de Vandellós I ( Tarragona), en 1989, se produjo un incidente importante calificado con el nivel 3, que obligó a su cierre definitivo. En la actualidad está en proceso de desmantelamiento. En Vandellós II, un problema de corrosión por falta de mantenimiento, provocó un incidente de nivel 2, lo que les acarreó una multita de 1,6 millones de euros, y en 2008 se produjo un incendio de dos horas. En Ascó, el 29 de mayo de 2007 se detectó un incidente de nivel 1 en las bombas de alimentación de agua. El 5 de abril de 2008 fue sancionada con 15 millones de euros por provocar un incidentes de nivel 2 “por inadecuado control del material radiactivo y por proporcionar información incompleta y deficiente al organismo regulador”, y en enero de este año se han producido tres incidentes seguidos, lo que ha originado serias preocupaciones. En estos días hemos conocido la información de que por la fuga de 2007 dos directivos de la central y un inspector del CSN han sido imputados y se enfrentan a penas de entre 6 y 16 años de cárcel.
Es ya habitual que a los que defendemos otro modelo energético se nos intente descalificar continuamente (ingenuos, indocumentados, irresponsables, son algunos de los epítetos que se nos lanza), pero lo cierto es que en estos días el precio del gas ha aumentado en más de un 5% y las acciones de las empresas de renovables se han elevado entre un 5% y un 11% y muchos países han hecho declaraciones públicas llamando a utilizar esta vía de futuro inmediato. No hay más tu tía: no hay otra alternativa energética para este planeta que la eficiencia, el ahorro y muchas, muchas, renovables. Y no bajar la guardia porque dentro de poquito volverán a la carga.
Paralelamente, Zapatero empieza a reconocer en público un cambio en su política nuclear, se enfrenta a algunos sectores de su partido que le recuerdan que en su programa se habla de “cierre paulatino” de las plantas y anuncia la ampliación de la vida útil de las centrales de Cofrentes y Garoña, con la anuencia de CiU, PNV, PSOE y PP en el Parlamento, que caían así rendidos ante las presiones –y posiblemente otras cosas- del Foro Nuclear que agrupa a Endesa, Iberdrola, Unión Fenosa, Hidrocantábrico y otras compañías.
Más listo que nadie, el PP, de la mano de Aznar, presenta desde la FAES su plan energético donde se plantea alargar la vida de las plantas nucleares españolas hasta los 60 años y buscar sitio para otras nuevas (lo que es aplaudido por Borja Prado, de Endesa, que habla de un “PP pronuclear”, a sabiendas de que las plantas ya están amortizadas y que les produjeron unas ganancias limpias en los últimos tres años de más de 6.700 millones de euros). Y hasta un destacado miembro de este partido en Tenerife, Benicio Alonso, incluso se atreve a lanzar el globo sonda de que en Canarias nos vendría muy bien instalar plantas nucleares…
Pero claro, surge el terremoto y el tsunami de Japón y se quedan –así, sin tapujos- con el culo al aire. Y mientras en Alemania Angela Merkel reacciona inmediatamente cerrando temporalmente sus siete plantas más antiguas y anunciando una nueva era de las renovables, al igual que apuntan Suiza, Austria, China y otros países, y el comisario europeo de Energía habla de “apocalipsis” y afirma que muchas centrales de la UE son inseguras y que la “situación de Libia y Japón exige debatir el modelo energético”, en España el PP y el PSOE se ponen de acuerdo para evitar un “debate en caliente” sobre las nucleares. A lo sumo, apuntan, están dispuestos a debatir la seguridad de las centrales pero nunca su sustitución, ni romper el compromiso de alargar su vida, ni apostar por nuevas plantas (como iba a ser eso si hace solo unos días Endesa firmaba un acuerdo con Westinghouse para realizar nuevos proyectos en España y Suramérica)… Hasta José Manuel Soria, que se huele ministro y se apunta a un bombardeo, salió a la palestra argumentando que el terremoto nipón “no puede condicionar el debate nuclear”.
Para el cártel nuclear y los partidos que le hacen la ola ni las plantas de gas ni las centrales nucleares son inseguras. Todo lo contrario, siempre escuchamos la misma letanía de fiabilidad técnica, de control exhaustivo, etc… hasta que pasa algo. Y cuando pasa algo casi siempre pasa algo muy fuerte y entonces empiezan a aparecer datos que antes andaban en el limbo.
Por eso nos enteramos que en España no sabemos que pasaría si una planta de estas características se viera sometida a los embates de un gran huracán. O a un atentado. Y nos enteramos que el sistema de contención de Garoña, el Marck 1 de General Eléctric, es el mismo que el de la planta de Fukushima y que el de la planta de Three Mile Island de EEUU, que sufrió uno de los accidentes más importantes de la historia de las nucleares. Y que la mitad del agua dulce que consume Francia está destinado a sus nucleares lo que cuestiona también su limpieza en estos momentos de escasez de agua; que la energía nuclear tiene que ver también con otro riesgo mundial ligado a la carrera armamentística…
Y porque se produce la tremenda catástrofe de Japón, que podría tener consecuencias inimaginables por culpa de la energía nuclear, aunque a la hora de escribir este texto parece que se está dominando la situación (digo parece porque todo apunta a que Japón nos ha estado mintiendo todo el tiempo), nos enteramos de que lo de la fiabilidad y la seguridad garantizada no es más que un cuento al que nos ha llevado la propaganda mediática y el lavado de cerebro.
Desde luego habría que significar en primer lugar el terrible drama de Hiroshima y Nagasaki con cientos de miles de muertos y las terribles secuelas hasta hoy día, pero también está el accidente de Windscale, en Reino Unido, en l957, de nivel 5 y con más de treinta muertos por cáncer, el de Three Mile Island, de nivel 7, ya citado, con más de 140.000 personas evacuadas, el de Chernóbil, de nivel 7 y con más de 16 mil muertos y con un 20% de su territorio que no se podrá usar en cien años, los de Tokaimura, Mihama y Kashiwazaki en Japón, el de Blayais en Francia, donde faltaron dos dígitos para que se produjera una fusión…
Pero no hay que irse tan lejos. En la central de Vandellós I ( Tarragona), en 1989, se produjo un incidente importante calificado con el nivel 3, que obligó a su cierre definitivo. En la actualidad está en proceso de desmantelamiento. En Vandellós II, un problema de corrosión por falta de mantenimiento, provocó un incidente de nivel 2, lo que les acarreó una multita de 1,6 millones de euros, y en 2008 se produjo un incendio de dos horas. En Ascó, el 29 de mayo de 2007 se detectó un incidente de nivel 1 en las bombas de alimentación de agua. El 5 de abril de 2008 fue sancionada con 15 millones de euros por provocar un incidentes de nivel 2 “por inadecuado control del material radiactivo y por proporcionar información incompleta y deficiente al organismo regulador”, y en enero de este año se han producido tres incidentes seguidos, lo que ha originado serias preocupaciones. En estos días hemos conocido la información de que por la fuga de 2007 dos directivos de la central y un inspector del CSN han sido imputados y se enfrentan a penas de entre 6 y 16 años de cárcel.
Es ya habitual que a los que defendemos otro modelo energético se nos intente descalificar continuamente (ingenuos, indocumentados, irresponsables, son algunos de los epítetos que se nos lanza), pero lo cierto es que en estos días el precio del gas ha aumentado en más de un 5% y las acciones de las empresas de renovables se han elevado entre un 5% y un 11% y muchos países han hecho declaraciones públicas llamando a utilizar esta vía de futuro inmediato. No hay más tu tía: no hay otra alternativa energética para este planeta que la eficiencia, el ahorro y muchas, muchas, renovables. Y no bajar la guardia porque dentro de poquito volverán a la carga.
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