DECÁLOGO PARA DÍAS DE TORMENTA

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Luis Doncel, en 'El País'

¿Se ha sentido esta semana marginado por sus compañeros de trabajo durante el desayuno por no haber podido seguir una conversación sobre la prima de riesgo? ¿Es usted incapaz de comprender por qué día tras día el telediario comienza hablando de unos enigmáticos seres llamados mercados? Aquí tiene algunas claves para descifrar la crisis de la deuda soberana que esta semana ha estado a punto de poner de rodillas a la eurozona. No encontrará las respuestas a todas sus preguntas, pero al menos le servirá para que el lunes por la mañana pueda opinar a la hora del café y la tostada.

- 1. ¿Por qué los mercados atacan de nuevo a partir de julio?
Los Gobiernos europeos no se ponen de acuerdo para aprobar el segundo plan de rescate a Grecia, sin el que el país está condenado a la suspensión de pagos. Esta semana comenzó con la convocatoria de reuniones urgentes de la cúpula de la UE y del Eurogrupo (los ministros de Finanzas de los países que comparten la moneda única). Ambas concluyeron sin resultados. Y entonces estalló el pánico: la prima de riesgo española se dispara el martes hasta los 375 puntos básicos y países como Italia y España se contagian plenamente de la enfermedad que hace un año solo padecían las economías periféricas del euro: Grecia, Irlanda y Portugal. Al día siguiente, el Banco Central Europeo (BCE) compra deuda en los mercados y la tensión se relaja.

- 2. ¿Cuánto cuesta a las arcas públicas la subida de la prima de riesgo? 
A corto plazo, nada. A medio, muchísimo. La prima de riesgo -que mide el sobreprecio que un país tiene que pagar para financiarse respecto a Alemania, considerado como el acreedor más seguro del continente- se negocia en el mercado secundario, donde se venden y compran los valores ya emitidos anteriormente. Pero los precios de este mercado sirven como referencia a los del primario, que son los que afectan directamente al Tesoro. Así se traslada la prima de riesgo al tipo de interés que efectivamente paga el Estado. Pero las arcas públicas no son las únicas perjudicadas cuando aumenta el riesgo asociado a un país. A las empresas les cuesta más financiarse en los mercados mayoristas por la desconfianza. Y las entidades financieras que sufren más para captar capitales repercuten esos costes en los créditos que conceden a sus clientes.



Por culpa de todos estos efectos, el castigo de los mercados dificulta la recuperación de una economía en crisis, como la española. Hace poco, el presidente del BBVA, Francisco González, dijo que por cada 100 puntos básicos que sube la prima de riesgo, se impide la creación de 160.000 empleos en España y cuesta 12.400 millones de intereses anuales. No explicó cómo hizo esta cuenta, pero sus palabras dan una idea de lo dañino que es para una economía.

- 3. ¿Hasta dónde puede aguantar España con un riesgo por encima de los 300 puntos? 
El Gobierno aprobó en mayo del año pasado el mayor recorte que se recuerda en España debido a la presión de unos mercados que habían colocado la prima de riesgo en el entorno de los 150 puntos. Ahora ronda los 340. En tan solo dos semanas ha subido un centenar de puntos, algo inédito. El catedrático Santiago Carbó señalaba esta semana que si se alcanzaban los 400 puntos la situación sería incontrolable, algo parecido a lo que vivió Estados Unidos con la quiebra del gigante financiero Lehman Brothers en septiembre de 2008.

- 4. Si el peso de la deuda en la economía española es relativamente bajo, ¿por qué corre el riesgo de convertirse en insostenible? 
Es cierto que la deuda española es relativamente baja si se compara con la de los países de su entorno. Ahora ronda el 60% del producto interior bruto, cuando la media europea está en torno al 80%. El problema es que en los últimos años se ha disparado: desde el mínimo que alcanzó en 2007 (36%) hasta el 72% que prevé el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el próximo año.

- 5. ¿Cuánto paga el Tesoro de intereses al año? 
Del total que acumulan todas las administraciones públicas, la parte del león de la deuda se la lleva el Gobierno central. Son 566.000 millones de euros que el pasado mes de mayo pagaban un interés medio del 3,88%. Pese a que este sea un nivel mínimo si se compara con el de los años noventa y principios de siglo, conlleva unos intereses cercanos a los 22.000 millones de euros. Es decir, el Gobierno central tiene que pagar cada día 60 millones para financiar sus números rojos. En 1992, cuando el interés se había disparado hasta casi el 11%, esta cifra era de 42 millones de euros, ya que la deuda del Estado en circulación era entonces un cuarto de la actual.

- 6. ¿Por qué de repente Italia está en zona de riesgo?
Es curioso que Italia, con una deuda muy superior a la española (ya ha sobrepasado el 120% del PIB) y con serios problemas de competitividad que comprometen su capacidad de crecimiento, se hubiera mantenido relativamente indemne a la crisis de la deuda. Pero el repunte de su riesgo en dos semanas ha sido espectacular: de los 184 puntos en los que estaba a principios de mes ha pasado a los más de 300 en los que cerró la semana. Uno de los factores que los expertos mencionaban a mitad de semana para explicar este correctivo era un hipotético mal resultado en las pruebas de resistencia. Pero el viernes la banca italiana salió airosa: las cinco entidades examinadas, que representan un 62% del sector, aprobaron con buena nota. Y, como señaló el Banco de Italia, la solidez del sistema no se vería afectada incluso con un fuerte empeoramiento del riesgo soberano.

- 7. ¿Es Grecia la causa de todos los problemas? 
Atenas se ha convertido en el banco de pruebas de la integración europea. Muchos creen que si los Gobiernos no se ponen de acuerdo ahora para salvar a Grecia, tampoco lo harán si países como Irlanda o Portugal -y quién sabe si alguno más- necesitan nuevas oleadas de ayudas. El Gobierno español insiste en que las tormentas financieras son en realidad un problema de toda Europa.

"La diferencia entre la prima de riesgo española y la italiana se ha ido estrechando. Eso indica que se debe a la falta de respuesta a los problemas de Grecia", señaló el viernes la vicepresidenta Elena Salgado. "La prima de riesgo no tiene que ver con lo que hace cada país, sino con la incapacidad de Europa para gestionar la crisis", añadió el gobernador del Banco de España, Miguel Fernández Ordóñez. Todo esto es cierto. Pero también lo es que las raquíticas perspectivas de crecimiento de economías como la española hacen que muchos se pregunten cómo va a ser capaz de hacer frente a sus pagos en los próximos años.

- 8. ¿Qué están haciendo los Gobiernos europeos para solucionar la situación? 
Poco, la verdad. El lunes y el martes, cuando parecía que los especuladores iban a acabar con el proyecto común europeo más importante desde el fin de la II Guerra Mundial, los ministros de Finanzas fueron incapaces de avanzar sobre el punto crucial: los detalles del segundo rescate a Grecia y la participación del sector privado. Al día siguiente trascendió que el viernes se celebraría una cumbre que sirviera de cortafuegos, pero a las pocas horas Alemania y Holanda bloqueaban esta iniciativa ante la posibilidad de que no se produjeran avances. Finalmente, los líderes europeos se verán las caras el próximo jueves. Se trata de una buena señal porque anticipa un principio de acuerdo. Habrá que permanecer atentos.

- 9. ¿Servirán los exámenes a la banca para calmar los mercados? 
Es muy improbable. Pese a que la gran mayoría de las entidades han aprobado, las pruebas han quedado algo desacreditadas por los diferentes criterios empleados. No es baladí recordar que las entidades irlandesas superaron el test el año pasado, unos meses antes de que su ruinosa situación obligara a su Gobierno a solicitar la asistencia de la UE y del FMI. La crisis fiscal y financiera se han convertido en vasos comunicantes y mientras no se solucione la primera -es decir, Grecia- tampoco lo hará la segunda. Por lo pronto, las grandes entidades financieras de EE UU cayeron en Bolsa el viernes tras la publicación de las pruebas.

- 10. ¿Será España la próxima en caer? 
Es imposible saberlo. Pero varios expertos que en los últimos meses consideraban muy improbable el peligro de rescate, reconocían esta semana que veían acercarse las orejas al lobo. Y esta crisis nos ha enseñado que los inversores tienen muy fácil elevar el riesgo de la eurozona; y los Gobiernos muy difícil reducir los niveles de riesgo ya alcanzados.

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