Las entidades éticas tratan de conjugar el beneficio económico con las actividades de impacto social positivo
Beatriz Lorenzo
Ha pasado, desde sus orígenes como mero instrumento de transacciones financieras, a ser un constructor de realidades capaz de elevar o destruir imperios económicos y de moverse virtualmente a gran velocidad por todo el planeta. El dinero contante y sonante, o más bien los intentos de extraerle el máximo rendimiento a toda costa, han protagonizado de forma desafortunada los debates en torno a los motivos de la crisis económica que asola al mundo desde el año 2007. La parálisis del consumo, la debacle del mundo financiero, las alarmantes cotas de desempleo provocan la imperiosa necesidad de un modelo productivo nuevo, mucho menos voraz y con vocación de permanecer en el tiempo y centrarse en los objetivos a largo plazo, generando beneficios económicos sin descuidar los objetivos sociales, la preservación medioambiental, los derechos humanos y laborales y el resto de premisas de la Responsabilidad Social Corporativa. La banca ética, que ha comenzado en los últimos tiempos a extender sus brazos a lo largo y ancho del mundo financiero, da respuesta a las necesidades del recién nacido escenario productivo, y en la Unión Europea proliferan a gran velocidad este tipo de iniciativas. En España, tras los pasos del pionero Triodos Bank, ha nacido recientemente la iniciativa Banca Cívica formada por Caja Canarias y Caja Navarra, a las que se unirán Caja Burgos y Sa Nostra.
La banca ética representa una nueva concepción del mundo financiero en el que las entidades se basan en criterios negativos o positivos para llevar a cabo su modelo de negocio. Los primeros se abstienen de invertir en actividades o empresas que vulneren los criterios definidos por la entidad. Algunas actividades que habitualmente se excluyen son la producción de armamento, las que llevan implícita la explotación laboral y el trabajo infantil, la destrucción del medio ambiente, la producción de tabaco y de alcohol o el comercio de drogas. A su vez, los bancos éticos que se rigen por criterios positivos financian única y exclusivamente inversiones de alto rendimiento social, con criterios prefijados por la entidad tales como mejoras medioambientales, comercio justo, promoción del entorno social, y similares.
Los precedentes de la banca ética se enraízan en la década de los setenta, cuando diversos colectivos comenzaron ya a cuestionarse la realidad económica y financiera. Surgieron bancos que intentaban reunir en un solo modelo de negocio la generación de beneficios y un impacto social positivo, tratando de demostrar que un banco ético no tiene porqué ser menos rentable que un banco tradicional a la hora de ofrecer un rendimiento a los ahorradores, si bien de cara a compaginar perfectamente los dos objetivos algunas entidades ofrecen unos rendimientos menores que la banca tradicional, o varias opciones al inversor, para que éste decida si parte de ese rendimiento se dedique a apoyar las iniciativas que el banco financia.
BANCA ÉTICA, EJEMPLOS DE ÉXITO
Banca Cívica, la última iniciativa española en materia de banca ética fue presentada recientemente al Banco de España, y el grupo se situará, una vez haya recibido el visto bueno definitivo, como la sexta entidad del sector de cajas en activos totales, con 60.000 millones de euros, la cuarta por fondos propios, con más de 3.800 millones de euros (fuerte capitalización con un 'core capital' superior al 8%), y la quinta en resultados antes de impuestos, con 224 millones de euros (según datos de cierre del primer semestre de 2009 y teniendo en cuenta los procesos de consolidación sectorial que se han hecho públicos). La fórmula de integración será la creación de un Grupo Económico Consolidado (GEC) que ofrecerá resultados consolidados, lo que significa que contará con un rating único y una sola supervisión por parte del Banco de España. Del mismo modo, el grupo actuará como un único interlocutor en los mercados financieros.
A su vez, la participación en esta nueva sociedad estará fijada en función a la valoración económica de las entidades. Las cuatro cajas mantendrán su personalidad jurídica, gestión de obra social, marca y gestión de redes comerciales en sus territorios naturales, manteniendo el arraigo local y compromiso con el desarrollo económico, social e institucional. Una nueva sociedad fijará las políticas estratégica, financiera, comercial, de créditos y riesgos, internacional y de organización. Desde esta sociedad se gestionará también la red comercial del grupo que se encuentre fuera de los territorios naturales de las cajas, así como su crecimiento futuro tanto en nacional como, muy especialmente, en internacional.Además, en Banca Cívica, como en Triodos Bank y otras entidades éticas, los clientes deciden cómo distribuir el dinero de la obra social entre miles de proyectos sociales y conocen cuánto dinero están movilizando con su elección.
Destaca también en España el caso de Fiare, creada en 2002 por 62 organizaciones de cooperación, reinserción social y por organizaciones religiosas con la propósito de fundar un banco social y alternativo en el País Vasco. El objetivo es dar sustento financiero al ámbito no lucrativo, particularmente vivo y activo en la región, y dar oportunidades concretas de inversión a los ahorradores más sensibles.
Por otra parte, también en el resto de Europa los proyecto de banca ética se consolidan. En colaboración con otros bancos alternativos y sociedades financieras eurha surgido una iniciativa destacable, FEBEA - Federación Europea Bancos Éticos y Alternativos. La asociación tiene la sede en Bruselas y reúne bancos y cooperativas financieras activas en el ámbito de las finanzas éticas y solidarias en sus respectivos países. FEBEA es un lugar de encuentro donde se valora la experiencia generada a nivel nacional de cada miembro, con el fin de crear instrumentos financieros destinados a promover el desarrollo de las finanzas éticas, en Europa. Los miembros fundadores de FEBEA son Banca Popolare Ética (Italia), Caisse Solidarie du Nord Pas-de-Calais (Francia), Crédal (Bélgica), Crédit Cooperatif (Francia) y Tise (Polonia). A partir de su creación, numerosas instituciones financieras se han adherido a la Federación, y entre estas: La Nef (Francia), Caixa Pollença (España), BBK (España), Bank für Sozialwirtschaft (Alemania), Cassa Centrale delle Casse Rurali Trentine e BCC del Nord Est (Italia), Charity Bank (Gran Bretaña), Femu Qui (Corcega), Fundació Un Sol Mon (España), SIDI (Francia), FIG (Suiza), Merkur (Dinamarca), Cultura Sparebank (Nuruega), Ekobanken (Suecia) y FIARE (España).
Tras su creación, las instituciones miembros de FEBEA se han comprometido para dar vida a SEFEA (Sociedad Europea Finanzas Éticas y Alternativas), un consorcio de instituciones financieras, nacido para dar soporte financiero a los Institutos de crédito éticos y solidarios europeos, actualmente existentes y en vía de creación, y para favorecer su crecimiento y desarrollo. SEFEA financia, además, los proyectos de alcance europeo que se colocan en el ámbito de la promoción de un desarrollo económico y social que valora y protege el patrimonio natural, cultural y humano en todos los Países de la Unión Europea.
La banca ética es, en suma, una realidad que pone de relieve que el beneficio financiero es compatible con la ética y el beneficio social. Es, no obstante, importante no confundir los bancos éticos con las estrategias comerciales usadas en demasiadas ocasiones por las entidades tradicionales para hacer mella en la conciencia social con fondos, tarjetas u otros productos solidarios, que no dejan de ser un simple marketing ajeno a la verdadera esencia de la banca ética
La banca ética representa una nueva concepción del mundo financiero en el que las entidades se basan en criterios negativos o positivos para llevar a cabo su modelo de negocio. Los primeros se abstienen de invertir en actividades o empresas que vulneren los criterios definidos por la entidad. Algunas actividades que habitualmente se excluyen son la producción de armamento, las que llevan implícita la explotación laboral y el trabajo infantil, la destrucción del medio ambiente, la producción de tabaco y de alcohol o el comercio de drogas. A su vez, los bancos éticos que se rigen por criterios positivos financian única y exclusivamente inversiones de alto rendimiento social, con criterios prefijados por la entidad tales como mejoras medioambientales, comercio justo, promoción del entorno social, y similares.
Los precedentes de la banca ética se enraízan en la década de los setenta, cuando diversos colectivos comenzaron ya a cuestionarse la realidad económica y financiera. Surgieron bancos que intentaban reunir en un solo modelo de negocio la generación de beneficios y un impacto social positivo, tratando de demostrar que un banco ético no tiene porqué ser menos rentable que un banco tradicional a la hora de ofrecer un rendimiento a los ahorradores, si bien de cara a compaginar perfectamente los dos objetivos algunas entidades ofrecen unos rendimientos menores que la banca tradicional, o varias opciones al inversor, para que éste decida si parte de ese rendimiento se dedique a apoyar las iniciativas que el banco financia.
BANCA ÉTICA, EJEMPLOS DE ÉXITO
Banca Cívica, la última iniciativa española en materia de banca ética fue presentada recientemente al Banco de España, y el grupo se situará, una vez haya recibido el visto bueno definitivo, como la sexta entidad del sector de cajas en activos totales, con 60.000 millones de euros, la cuarta por fondos propios, con más de 3.800 millones de euros (fuerte capitalización con un 'core capital' superior al 8%), y la quinta en resultados antes de impuestos, con 224 millones de euros (según datos de cierre del primer semestre de 2009 y teniendo en cuenta los procesos de consolidación sectorial que se han hecho públicos). La fórmula de integración será la creación de un Grupo Económico Consolidado (GEC) que ofrecerá resultados consolidados, lo que significa que contará con un rating único y una sola supervisión por parte del Banco de España. Del mismo modo, el grupo actuará como un único interlocutor en los mercados financieros.
A su vez, la participación en esta nueva sociedad estará fijada en función a la valoración económica de las entidades. Las cuatro cajas mantendrán su personalidad jurídica, gestión de obra social, marca y gestión de redes comerciales en sus territorios naturales, manteniendo el arraigo local y compromiso con el desarrollo económico, social e institucional. Una nueva sociedad fijará las políticas estratégica, financiera, comercial, de créditos y riesgos, internacional y de organización. Desde esta sociedad se gestionará también la red comercial del grupo que se encuentre fuera de los territorios naturales de las cajas, así como su crecimiento futuro tanto en nacional como, muy especialmente, en internacional.Además, en Banca Cívica, como en Triodos Bank y otras entidades éticas, los clientes deciden cómo distribuir el dinero de la obra social entre miles de proyectos sociales y conocen cuánto dinero están movilizando con su elección.
Destaca también en España el caso de Fiare, creada en 2002 por 62 organizaciones de cooperación, reinserción social y por organizaciones religiosas con la propósito de fundar un banco social y alternativo en el País Vasco. El objetivo es dar sustento financiero al ámbito no lucrativo, particularmente vivo y activo en la región, y dar oportunidades concretas de inversión a los ahorradores más sensibles.
Por otra parte, también en el resto de Europa los proyecto de banca ética se consolidan. En colaboración con otros bancos alternativos y sociedades financieras eurha surgido una iniciativa destacable, FEBEA - Federación Europea Bancos Éticos y Alternativos. La asociación tiene la sede en Bruselas y reúne bancos y cooperativas financieras activas en el ámbito de las finanzas éticas y solidarias en sus respectivos países. FEBEA es un lugar de encuentro donde se valora la experiencia generada a nivel nacional de cada miembro, con el fin de crear instrumentos financieros destinados a promover el desarrollo de las finanzas éticas, en Europa. Los miembros fundadores de FEBEA son Banca Popolare Ética (Italia), Caisse Solidarie du Nord Pas-de-Calais (Francia), Crédal (Bélgica), Crédit Cooperatif (Francia) y Tise (Polonia). A partir de su creación, numerosas instituciones financieras se han adherido a la Federación, y entre estas: La Nef (Francia), Caixa Pollença (España), BBK (España), Bank für Sozialwirtschaft (Alemania), Cassa Centrale delle Casse Rurali Trentine e BCC del Nord Est (Italia), Charity Bank (Gran Bretaña), Femu Qui (Corcega), Fundació Un Sol Mon (España), SIDI (Francia), FIG (Suiza), Merkur (Dinamarca), Cultura Sparebank (Nuruega), Ekobanken (Suecia) y FIARE (España).
Tras su creación, las instituciones miembros de FEBEA se han comprometido para dar vida a SEFEA (Sociedad Europea Finanzas Éticas y Alternativas), un consorcio de instituciones financieras, nacido para dar soporte financiero a los Institutos de crédito éticos y solidarios europeos, actualmente existentes y en vía de creación, y para favorecer su crecimiento y desarrollo. SEFEA financia, además, los proyectos de alcance europeo que se colocan en el ámbito de la promoción de un desarrollo económico y social que valora y protege el patrimonio natural, cultural y humano en todos los Países de la Unión Europea.
La banca ética es, en suma, una realidad que pone de relieve que el beneficio financiero es compatible con la ética y el beneficio social. Es, no obstante, importante no confundir los bancos éticos con las estrategias comerciales usadas en demasiadas ocasiones por las entidades tradicionales para hacer mella en la conciencia social con fondos, tarjetas u otros productos solidarios, que no dejan de ser un simple marketing ajeno a la verdadera esencia de la banca ética
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