ALBERTO GARZÓN: "NO TENGO NINGUNA DUDA DE QUE IU Y 'PODEMOS' CONVERGERÁN"

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Alejandro Torrús, en cuartopoder.es

El pasado lunes Izquierda Unida dio a conocer su campaña de “revolución democrática y social” por un “proceso constituyente”. Un proyecto que tratará de generar debate sobre las reformas que necesita la política, y los políticos, para conseguir una democracia más plena y que llevará a Alberto Garzón de gira por una gran parte de los rincones del Estado.Cuartopoder.es ha contactado con el diputado más joven del Congreso para conocer más sobre esta iniciativa, las perspectivas de IU para conseguir esa mayoría social que proclama y, también, averiguar la opinión de Garzón sobre el proyecto Podemos que lanzó, recientemente, su amigo Pablo Iglesias.

– El titular en todos los medios de comunicación esta semana ha sido: “Alberto Garzón impulsa la campaña de radicalidad democráctica”. ¿En qué consiste esta campaña?

– Se trata de una campaña cuyo coordinador formal es José Luis Centella, pero yo soy el ponente y quien se va a encargar de todo lo referente a la campaña. No es una campaña electoral sino que es una campaña meramente política. Su aspiración es promover un debate honesto intelectualmente y riguroso respecto a cuestiones democráticas. La sociedad está impugnando las reglas democráticas actuales, no nos sentimos representados por lo que llamamos los políticos y hay que dar la palabra a la sociedad para que ella misma decida en su conjunto cuáles son las nuevas reglas democráticas que debería haber.

– ¿Cuáles serían esas nuevas reglas democráticas?

– La cuestión, quizá, más llamativa es la de los revocatorios. Pero hay otras muchas, como la rendición de cuentas por parte de los representantes a los representados y una vinculación mucho más orgánica dentro de esa relación, tanto en el conjunto del Estado como en las organizaciones políticas. Queremos que todos opinen sobre qué medidas serían las más adecuadas para un sistema democrático. El debate también incluirá el tema de las primarias, del sistema electoral, de la auditoria de la deuda y también de los revocatorios. Se trata de debatir de todo y por todos. Porque debatir también es un proceso de formación política que nos permite llegar a ciertas conclusiones para ponerlas en marcha a nivel interno en IU.

También somos conscientes de que algunas de las conclusiones a las que se llegue, como, por ejemplo, si concluimos que es necesario una nueva ley electoral más proporcional y en circunscripción única, no cabe dentro de la Constitución. Si sucede eso, el problema será de la Constitución, no nuestro. Estamos configurando una especie de brújula democrática.

– ¿Es un debate que encamina a IU a defender un nuevo proceso constituyente?

– Efectivamente. El proceso constituyente debe empezar con un debate sobre las nuevas reglas de juego. No se trata sólo de la elaboración de una Constitución sino de un proceso que comienza con la gente tomando las riendas del control y debatiendo sobre las nuevas reglas que quieren. Este debate debe terminar, si todo transcurre bien, con una organización que promueve una nueva Constitución que es la III República con este marco de reglas que aún están por delimitar.

– ¿Cómo va a ser esta campaña? ¿Va a hacer una gira por el Estado?

–Exacto. El proceso va a superar las europeas y gira en torno a la descentralización. La primera ronda comienza la semana que viene y, naturalmente, implica ir por todo el Estado. Ya estamos cerrando muchas fechas y la idea es pasear generando debate y sacando conclusiones por todo el Estado. No son conferencias, ni charlas. Son debates. Pero también vamos a impulsar el debate por las redes sociales, ya que nos permiten llegar a un perfil más joven, en teoría, más interesados en el cambio. Todas las conclusiones que vayamos sacando las iremos proponiendo como iniciativas legislativas en ayuntamientos, parlamentos autonómicos y en el Congreso para que el debate no muera nunca. Y, por supuesto, lo aplicaremos en IU para democratizar mucho más la organización.

– Es decir, que el objetivo también es acercar IU a sus bases sociales y democratizar la federación.

– Efectivamente. Queremos hacer ver que IU no es un partido político tradicional. Aunque hayamos tenido vicios propios de un partido político tradicional, lo cierto es que somos un partido que nos definimos como partido político-movimiento social. Tenemos que quitarnos todos los vicios propios de la relación representante-representado incluso dentro de la organización. Tenemos que conseguir que la voluntad de los propios militantes de base acabe siendo ejecutada por los elegidos y que no se modifique esa voluntad. Es decir, que existan los revocatorios, que exista la rendición de cuentas, que exista la transparencia absoluta, primarias abiertas a militantes… Todos estos mecanismos hay que ir insertándolos desde un debate desde abajo. Tenemos que dejar claro que somos distintos de PP y PSOE y tenemos que conseguir que la gente nos vea como un instrumento útil de acción política.

– Acaba de decir que IU tiene vicios de la política tradicional. ¿Puede hacer autocrítica y describir algunos de esos vicios que debería corregir IU para hacerse más democrático?

– Creo que todas las organizaciones están enquistadas en lo que se llama la ley de hierro de la oligarquía, que viene a decir que unos pocos acaban imponiendo sus criterios sobre la voluntad de la mayoría. Todo eso hay que evitarlo porque la idea de una democracia no es que una oligarquía pueda decidir por el resto. Hay que establecer nuevos mecanismos y estos mecanismos son los que queremos debatir, por ejemplo, los revocatorios. Un revocatorio haría que un dirigente no pueda desligarse de la base, ya que estos podrían retirarle su confianza en cualquier momento.

Lo ideal es que si uno sale elegido dirigente de IU tiene que estar rindiendo cuentas a los que le han puesto ahí. Eso no se hace hoy día. En ningún partido. Y esto es más importante que el debate de las primarias abiertas. No se trata sólo de elegir al candidato sino de que a quien se elija se pueda revocar en el momento en el que se considere que se ha salido de las directrices por las que ha sido elegido. Todo eso lo queremos colocar en el debate porque no está y creo que es lo más importante. Y también en IU es muy necesario. Somos, de lejos, mucho más democráticos que PP y PSOE, pero aún tenemos mucho margen para mejorar.

– También el votante potencial de IU es mucho más estricto con la democracia interna de lo que puede ser el votante del Partido Popular.

– Rajoy fue elegido a dedo y no he visto muchas críticas por eso a sus militantes. Puede haber críticas a su gestión pero no al proceso que le llevo a la presidencia del PP. La izquierda tiene un sentido más crítico y más democrático porque, al fin y al cabo, es la izquierda quien trajo la democracia con las reivindicaciones del movimiento obrero y del sufragio universal. Y eso hay que tenerlo muy presente. IU no se puede permitir el lujo de no ser un partido democrático porque pierde base social. La gente de izquierda se organiza políticamente para hacer cosas que sirvan y que se sientan identificados con ella. Por tanto, si la gente de izquierda considera que en IU su voz no es tenida en cuenta, no va a militar en IU. Necesitamos dar pasos democráticos. Si no se hace así, tenemos un problema.

– Como ha comentado el tema del revocatorio no está en el debate público, aunque IU va a intentar que esté. El tema que sí está en el debate público es el de las primarias. Hace poco Cayo Lara dijo que las primarias eran un invento norteamericano. ¿Qué opinión tiene usted?

– Dentro de un partido las primarias son necesarias. Es un mecanismo más que da la posibilidad de elegir a los dirigentes no por listas cerradas sino por listas abiertas y por la elección concreta de las personas en un proceso democrático interno. Eso me parece necesario. Pero tengo mis reparos en la elección del tipo de primarias abiertas. Para mi, la solución no es únicamente elegir la cara del candidato. Lo verdaderamente democrático es cómo fiscalizas al candidato una vez ha sido elegido. Nosotros somos una organización que busca la transformación social y nos movemos por ideología. Por tanto, hay poco encaje en unas primarias abiertas en las que el diseño permita elegir a todo el mundo el programa y a los candidatos porque podría desvirtuar el objetivo del partido.

Bajo el paraguas de las primarias abiertas entran un montón de cosas. Puede entrar que voten los simpatizantes que hayan pasado un determinado sesgo o puede entrar que vote todo dios, depende cómo se diseñe puede ser bueno o malo. Creo que lo importante no es centrarse en ese foco sino en otros aspectos. Es decir, primarias abiertas a los militantes y fiscalización de esas personas que han sido elegidas. Las primarias abiertas me parecen claramente insuficientes para un partido democrático.

– La teoría política de la izquierda siempre ha resaltado que las primarias abiertas pueden ser controladas perfectamente por las oligarquías de los partidos. En la tradición histórica del pensamiento izquierdista está mucho más presente que los cargos sean rotativos. ¿Qué opinión tiene sobre la rotación en los cargos?

– Me parece absolutamente adecuado. Ya Robespierre, por ejemplo, defendía que los cargos tenían que rotar lo máximo posible y que cada persona esté el menos tiempo posible en cada uno de los cargos. Me parece necesario limitar los mandatos de manera importante y, sobre todo, permitir la capacidad de revocación para casos que en la propia IU se han dado. Ahora mismo, por ejemplo, estoy pensando en el caso de Rivas, donde una asamblea ha impugnado a su propio alcalde. Eso es lo que no tiene sentido. Se supone que el alcalde como tal de IU se debe a su asamblea y no tiene sentido que haga una cosa distinta de la que fue elegida por la asamblea.

– Debo preguntarle por la irrupción de Podemos. ¿Está relacionado el surgimiento de Podemos con el inicio de esta campaña de “radicalidad democrática”?

– No, no lo está. Esta iniciativa surge cuando el PP presenta su documento de regeneración democrática en octubre para, a nuestro juicio, ocultar sus problemas de corrupción y taparlo con un barril de democracia regenerada. De hecho, en el plan original había unas jornadas en las que iba a participar Pablo Iglesias junto a Juan Carlos Monedero. Tanto Pablo como Juan Carlos son amigos míos y ellos eran conscientes de que estaba preparando esta campaña. Por contra, yo desconocía que ellos estaban trabajando en la iniciativa Podemos.

– Pablo Iglesias ha reiterado que si Alberto Garzón o Ada Colau hubiesen lanzado un proyecto de unión de la izquierda, él no lo habría hecho. ¿Qué opinión te merece?

– Respeto su opinión, naturalmente, e insisto en que Pablo Iglesias es una persona muy valiosa para la izquierda y muy capaz, pero no comparto la estrategia de montar Podemos. Es un experimento que se dirige a un sector al que nosotros como IU no hemos podido llegar todavía y que muchos de IU queremos llegar. Muchos en IU pensamos que es el momento de construir mayorías. Por tanto, es el momento de poner encima de la mesa un proceso como el que hemos puesto nuestros y creo que va en la línea de lo que ha hecho Pablo, pero Pablo lo ha hecho al margen de IU. Al margen de la mayor organización de izquierda alternativa que existe en España, que tiene presencia en todos los municipios. No se puede construir una izquierda verdaderamente contestataria si no es contando con IU ni con el PCE.

Está claro que Podemos no es un enemigo de ninguna naturaleza. Son unos compañeros que han puesto en marcha una iniciativa legítima, pero yo no voy a competir con ellos. Tengo muy claro que si no es en estas elecciones europeas en posteriores procesos IU y Podemos van a converger. No tengo ninguna duda y creo que Pablo tampoco. La gente me lo está reclamando continuamente y creo que a ellos también. Estoy seguro de que en el futuro nos encontraremos y que esto de las europeas es un mero trámite.

– ¿Las elecciones europeas servirán para marcar las condiciones de esa posible convergencia?

– No me cabe ninguna duda de que es parte de la estrategia de Podemos. Es legítimo. Es calcular como ese discurso, con esas personas en la cabeza, obtiene fuerza electoral y, a partir de ahí, una unión. Lo que ocurre es que yo no soy alguien que entienda que la política es presentarse a las elecciones. Creo que la política es mucho más. Por lo tanto, sí que me preocupa más que todo esto genere tensiones entre partes de la izquierda que deberían trabajar en un objetivo común.

   Los procesos electorales donde hay competición generan tensiones que no tienen sentido ideológico. No tiene sentido ver a gente de IU criticando a Pablo Iglesias y su discurso cuando son discursos perfectamente compatibles. Eso me preocupa. Muchos estamos trabajando para que no se generen tantas tensiones. La suma, en este caso, de 1+1 da 3. La izquierda no se puede permitir, ni tampoco IU, el lujo de dejar sectores tan amplios de la izquierda lejos de un proceso de convergencia.

– ¿Ha habido conversaciones con Pablo Iglesias o con otra gente de Podemos para ver cómo se puede converger?

– No. Al menos, que yo sepa. Ellos han puesto en marcha Podemos y no tengo constancia de que hayan hablado con nadie de IU sobre esto. Yo, por ejemplo, he hablado con ellos a nivel personal porque son amigos, pero ellos tienen ahora mismo clara su estrategia. Quieren sumar músculo, o así lo entiendo yo y, después ya darán comienzo esas conversaciones sin ningún tipo de roces. Al menos, con determinados sectores de IU. De momento, ya te digo que no he tenido oportunidad de hablar con Pablo y Juan Carlos salvo un par de comentarios que entra dentro de lo normal.

De hecho, el día 5 coincidimos en un debate sobre democracia y estoy convencido de que el 99% de mi contenido será común. De momento, yo no tengo constancia de que Podemos e IU hayan tenido ninguna conversación formal. Hay mucha gente que se conoce entre sí, somos amigos, hemos estudiado juntos e incluso nos podemos tomar una cerveza juntos, pero no ha habido un foro para hablar seriamente de todo esto.

– Para finalizar, IU ha tenido un salto en intención de voto muy importante que os sitúa con un 15%, donde parece que de momento se encuentro el techo de IU. No obstante, desde IU se habla de construir mayorías sociales. ¿Cómo se piensa construir esa mayoría?

– No es un problema de programa político sino de formas organizacionales y mensaje. Eso significa que hay una parte de la población que se define como izquierda y a la que nosotros interpelamos y eso llega al 15% y si el PSOE lo hace muy mal puede llegar al 20%. Para poder construir mayorías sociales hay que dirigirse a un sector que no se sitúa en izquierda o derecha sino dentro o fuera del sistema político. Para poder llegar a ese sector de la población y generar ilusión es necesario que IU demuestre que no es lo mismo organizativamente hablando y en el fondo que PP y PSOE. Por eso, tenemos que ser una organización que se sitúe de forma clara como rupturista con el régimen del 78 y absolutamente democrática en su interior. Si conseguimos eso romperemos la idea que algunos tienen de que somos parte del régimen.

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