Juan Pablo De Santis, en La Nación
OSLO (Enviado especial).- Los periodistas económicos suelen repetir que Yngve Slyngstad probablemente sea uno de los tipos más listos de su país. No luce como un tradicional ejecutivo de finanzas, se arremanga la camisa para hablar, bebe café en un vaso de plástico y maneja 800.125 millones de dólares, una suma que equivale casi al doble de la economía argentina.
Slyngstad es el jefe del Banco Noruego de Manejo de Inversiones (NBIM, por su sigla en inglés) y gestiona el mayor fondo del mundo, donde Noruega inyecta casi toda la renta petrolera que recibe del Estado. Con el horizonte puesto en el largo plazo, es la mayor reserva del mundo destinada a pensiones (161.000 dólares por habitante).
Todos los funcionarios del Gobierno hablan del NBIM, al punto que al llegar al país creí que este hombre era, cuanto menos, una figura popular. No fue así. Si camina por el microcentro de Oslo y detiene a diez personas al azar -tal como hizo este cronista-, todas conocen y pueden explicar a grandes rasgos qué es el "fondo del petróleo", pero muy pocas (sólo tres) responden con certeza quién es Yngve Slyngstad.
El experimento retrata la idiosincrasia de la economía noruega. A comienzos de la década del '70 el país se puso de acuerdo en qué tipo de sociedad quería y los ciudadanos confían en la estabilidad de su economía sin estar pendientes todo el tiempo de quién está administrando cada área del Estado.
Yngve Slyngstad, CEO del Banco Noruego de Manejo de Inversiones. Foto: flickR/Norges Bank
Noruega logró los niveles más altos del mundo en calidad de vida e igualdad de oportunidades para su población. La educación es pública, gratuita y bilingüe. Es difícil encontrar a personas de menos de 50 años que no hablen inglés fluidamente. Todos poseen cobertura de salud; la esperanza de vida al nacer es de 81 años; la brecha salarial entre varones y mujeres es casi inexistente; no hay pobreza ni desocupación y la renta por habitante -57.300 dólares- es la cuarta más elevada del planeta.
En medio siglo se convirtió en uno de esos países con excelente reputación internacional, aunque de bajo perfil político, a los que los argentinos suelen llamar con algo de envidia "el primer mundo más desarrollado".
El Fondo Global de Pensiones el Gobierno (FBPG) -su nombre actual- fue creado en 1990 por el parlamento para contrarrestar la merma futura de ingresos, aislar la volatilidad del precio del barril de crudo y, por supuesto, pagar jubilaciones futuras [no actuales].
Al Fondo van a parar los miles de millones de dólares que recauda el Estado a través de: impuestos al sector petrolero, regalías por yacimientos y dividendos por su participación mayoritaria en Statoil, la petrolera noruega que a su vez es la mayor operadora de offshore en el mundo.
La reglas de administración son claras: toda la renta petrolera se nuclea allí. El 96% de las ganancias e intereses se reinvierte fuera del país (para que no puedan ser utilizados políticamente) y el 4% se puede girar al Tesoro para financiar gasto público. A nivel global, los 800.125 millones en activos financieros se distribuyen: 60% en acciones de empresas, 35 a 40% en bonos y hasta un 5% en inmuebles.
Por otra parte, el FBPG le sirve al país para esterilizar su moneda. Los administradores explican que si volcaran ese volumen de dinero a una economía con sólo 5 millones de habitantes existiría un nivel sideral de inflación.
Noruega, sin embargo, está en la lista de los países con costo de vida más alto del mundo. El día a día es caro, aunque salir a comer afuera mucho más. Una taza de café o una lata de Coca Cola cuesta 25 coronas (31 pesos para un argentino que paga con tarjeta de crédito) o un menú Big Mac de Mc Donald's, 89,5 coronas ($108).
La embajadora Else Berit Eikeland, principal asesora de la Cancillería en asuntos del Ártico, recuerda que cuando ella era niña, en la década del '60, el país se caracterizaba por ser muy modesto. Apunta que en el temperamento de los noruegos "está el ideario de que son una nación pequeña, donde hay que trabajar duro y que depende de un océano sano".
Medio siglo atrás Noruega no sabía que su mar alberga una de las diez reservas de petróleo más grandes del planeta. Por entonces, antes de que se convirtiera en una nación petrolera, era una de las economías pobres de Europa, cuando la dieta más común en el interior del país era a base de zanahoria, papa y pescado.
Para Eikeland el progreso petrolero ha traído aparejados cambios sociales que representan nuevos problemas y desafíos para el Gobierno. Uno de estos es poblar y viabilizar el extremo norte, donde vive sólo el 10% de la población en casi un tercio del territorio.
La funcionaria toma un mapa y señala toda la superficie más septentrional, próxima a Rusia y al fin del mundo, y explica que existe una tendencia a que los hombres se queden trabajando en las ciudades de esa zona, mientras que las mujeres migran hacia el sur, rumbo a Oslo, en busca de mejor formación. De este modo, la matrícula femenina copa las universidades y accede a niveles educativos muy superiores a los de los varones de sus pueblos natales.
Además de la historia, también es necesario prestar atención a su mecanismo de organización. No es un hecho menor que sea una "nación petrolera": por lo general, la aparición de un factor tan extraordinario de renta, como los hidrocarburos, desata fuertes luchas de poder y graves asimetrías en la distribución del ingresos.
Noruega es la nación más igualitaria del mundo y su principal factor de riqueza es el subsuelo. La afirmación es una rareza en el concierto internacional. Al hacer una simple mirada sobre los principales productores de crudo de la Organización de Países Petroleros (OPEP), Arabia Saudita, Irak, Venezuela, Nigeria y Argelia, el hallazgo de este recurso en sus economías sólo exacerbó la brecha entre los más ricos y los más pobres.
Nigeria extrae unos 2,4 millones de barriles de crudo día y la actividad comenzó hace unos cincuenta años (una realidad muy similar a la de Noruega). Sin embargo, el mayor productor petrolero de África tiene una renta por habitante de sólo 2400 dólares y la mitad de la población vive sumida en la pobreza, de acuerdo a las estadísticas del Banco Mundial.
El 78 por ciento de las ganancias netas de las petroleras se tributa en impuestos. Foto: Johan Sverdrup / Statoil
LA PREGUNTA MÁS INCÓMODA
La razón de ser del "fondo del petróleo" es la intensa presencia del Estado en la economía. Si bien Statoil está participada mayoritariamente por el sector público, el Gobierno no forma parte de su conducción (delegada a un directorio privado) y abre el juego al ingreso de más petroleras para asegurar una máxima eficiencia. Cincuenta y tres empresas, entre locales y extranjeras, compiten con la estatal con las mismas reglas de juego de modo tal que gane más dinero el que mejor haga las cosas.
Svein Sundsbø, asesor político del Ministerio de Petróleo y Energía, lo explica más claramente: "el Estado trata de generar la máxima competencia para asegurarse que sólo operen las mejores". El funcionario se esfuerza por ser lo más pedagógico posible para aclarar que su Gobierno ni la oposición jamás harían politiquería con un asunto tan nacional como la renta petrolera.
¿De qué vivirá el país cuando se acabe el gas y el petróleo? Sundsbø habla del Fondo y de la fuerte apuesta a otras industrias, como la pesquera o las nuevas tecnologías. "El debate está presente, aunque hoy Noruega tiene 100 años de reservas en gas y 50 en petróleo. Lo cierto, también, es que en los últimos yacimientos que se descubrieron sólo se esperaba sacar el 17% de lo que actualmente se extrae", dice.
Este hombre es un profundo conocedor de su ecosistema político, sabe que está hablando con un periodista extranjero, pero no oculta su sinceridad: "su pregunta es la más incómoda de responder para cualquier político". En efecto, el parlamento del país muestra que Noruega es hoy el segundo exportador mundial de gas y el séptimo de crudo.
En medio siglo se convirtió en uno de esos países con excelente reputación internacional, aunque de bajo perfil político, a los que los argentinos suelen llamar con algo de envidia "el primer mundo más desarrollado".
El Fondo Global de Pensiones el Gobierno (FBPG) -su nombre actual- fue creado en 1990 por el parlamento para contrarrestar la merma futura de ingresos, aislar la volatilidad del precio del barril de crudo y, por supuesto, pagar jubilaciones futuras [no actuales].
Al Fondo van a parar los miles de millones de dólares que recauda el Estado a través de: impuestos al sector petrolero, regalías por yacimientos y dividendos por su participación mayoritaria en Statoil, la petrolera noruega que a su vez es la mayor operadora de offshore en el mundo.
La reglas de administración son claras: toda la renta petrolera se nuclea allí. El 96% de las ganancias e intereses se reinvierte fuera del país (para que no puedan ser utilizados políticamente) y el 4% se puede girar al Tesoro para financiar gasto público. A nivel global, los 800.125 millones en activos financieros se distribuyen: 60% en acciones de empresas, 35 a 40% en bonos y hasta un 5% en inmuebles.
Por otra parte, el FBPG le sirve al país para esterilizar su moneda. Los administradores explican que si volcaran ese volumen de dinero a una economía con sólo 5 millones de habitantes existiría un nivel sideral de inflación.
Noruega, sin embargo, está en la lista de los países con costo de vida más alto del mundo. El día a día es caro, aunque salir a comer afuera mucho más. Una taza de café o una lata de Coca Cola cuesta 25 coronas (31 pesos para un argentino que paga con tarjeta de crédito) o un menú Big Mac de Mc Donald's, 89,5 coronas ($108).
La embajadora Else Berit Eikeland, principal asesora de la Cancillería en asuntos del Ártico, recuerda que cuando ella era niña, en la década del '60, el país se caracterizaba por ser muy modesto. Apunta que en el temperamento de los noruegos "está el ideario de que son una nación pequeña, donde hay que trabajar duro y que depende de un océano sano".
Medio siglo atrás Noruega no sabía que su mar alberga una de las diez reservas de petróleo más grandes del planeta. Por entonces, antes de que se convirtiera en una nación petrolera, era una de las economías pobres de Europa, cuando la dieta más común en el interior del país era a base de zanahoria, papa y pescado.
Para Eikeland el progreso petrolero ha traído aparejados cambios sociales que representan nuevos problemas y desafíos para el Gobierno. Uno de estos es poblar y viabilizar el extremo norte, donde vive sólo el 10% de la población en casi un tercio del territorio.
La funcionaria toma un mapa y señala toda la superficie más septentrional, próxima a Rusia y al fin del mundo, y explica que existe una tendencia a que los hombres se queden trabajando en las ciudades de esa zona, mientras que las mujeres migran hacia el sur, rumbo a Oslo, en busca de mejor formación. De este modo, la matrícula femenina copa las universidades y accede a niveles educativos muy superiores a los de los varones de sus pueblos natales.
Además de la historia, también es necesario prestar atención a su mecanismo de organización. No es un hecho menor que sea una "nación petrolera": por lo general, la aparición de un factor tan extraordinario de renta, como los hidrocarburos, desata fuertes luchas de poder y graves asimetrías en la distribución del ingresos.
Noruega es la nación más igualitaria del mundo y su principal factor de riqueza es el subsuelo. La afirmación es una rareza en el concierto internacional. Al hacer una simple mirada sobre los principales productores de crudo de la Organización de Países Petroleros (OPEP), Arabia Saudita, Irak, Venezuela, Nigeria y Argelia, el hallazgo de este recurso en sus economías sólo exacerbó la brecha entre los más ricos y los más pobres.
Nigeria extrae unos 2,4 millones de barriles de crudo día y la actividad comenzó hace unos cincuenta años (una realidad muy similar a la de Noruega). Sin embargo, el mayor productor petrolero de África tiene una renta por habitante de sólo 2400 dólares y la mitad de la población vive sumida en la pobreza, de acuerdo a las estadísticas del Banco Mundial.
El 78 por ciento de las ganancias netas de las petroleras se tributa en impuestos. Foto: Johan Sverdrup / Statoil
LA PREGUNTA MÁS INCÓMODA
La razón de ser del "fondo del petróleo" es la intensa presencia del Estado en la economía. Si bien Statoil está participada mayoritariamente por el sector público, el Gobierno no forma parte de su conducción (delegada a un directorio privado) y abre el juego al ingreso de más petroleras para asegurar una máxima eficiencia. Cincuenta y tres empresas, entre locales y extranjeras, compiten con la estatal con las mismas reglas de juego de modo tal que gane más dinero el que mejor haga las cosas.
Svein Sundsbø, asesor político del Ministerio de Petróleo y Energía, lo explica más claramente: "el Estado trata de generar la máxima competencia para asegurarse que sólo operen las mejores". El funcionario se esfuerza por ser lo más pedagógico posible para aclarar que su Gobierno ni la oposición jamás harían politiquería con un asunto tan nacional como la renta petrolera.
¿De qué vivirá el país cuando se acabe el gas y el petróleo? Sundsbø habla del Fondo y de la fuerte apuesta a otras industrias, como la pesquera o las nuevas tecnologías. "El debate está presente, aunque hoy Noruega tiene 100 años de reservas en gas y 50 en petróleo. Lo cierto, también, es que en los últimos yacimientos que se descubrieron sólo se esperaba sacar el 17% de lo que actualmente se extrae", dice.
Este hombre es un profundo conocedor de su ecosistema político, sabe que está hablando con un periodista extranjero, pero no oculta su sinceridad: "su pregunta es la más incómoda de responder para cualquier político". En efecto, el parlamento del país muestra que Noruega es hoy el segundo exportador mundial de gas y el séptimo de crudo.
EL ORGULLO DE COBRAR IMPUESTOS ALTOS
Los impuestos son la principal fuente de contribución para el Fondo. La cuestión es muy sencilla: en la estructura impositiva deben pagar proporcionalmente más impuestos los que más ganan, esta es la base del progresismo del sistema. El Estado grava la producción petrolera con una alícuota del 78% sobre sus ganancias netas.
El crudo fluye con tanta fuerza desde el subsuelo marino que los altos impuestos no conspiran contra la rentabilidad. Sin necesidad de leyes de expropiación, a través de sus tributos Noruega se asegura que gran parte de la producción de los privados vaya hacia el fisco.
En perspectiva, el petróleo es el gran motor de la economía de este país nórdico. El sector presenta al 26% de su PBI, el 51% de sus exportaciones, el 24% de la inversión y 36% de los ingresos que administra el Gobierno.
En este último grupo de ingresos pesa el 67% de la propiedad de Statoil. Opera en 36 países (Brasil es el único de Sudamérica) y tiene una valuación de mercado de 80.000 millones de dólares.
Sin impuestos no existe el Estado: en Noruega son altos y, en consecuencia, el Estado está muy presente en todos los aspectos de la vida pública. Un noruego promedio entrega al Estado en torno al 60% de sus ganancias para que este lo reinvierta en mejorar las condiciones de vida de la población.
La educación es pública y gratuita desde el preescolar hasta la universidad, sin discriminar nativos de inmigrantes, y, al mismo tiempo, se encuentra en el club de los países con los más altos niveles de excelencia educativa del mundo.
La cobertura de salud es óptima para todos los habitantes del territorio y no es necesario pagar ningún tipo de seguro ni obra social adicional. Nada tiene que envidiarle un hospital público a las mejores clínicas privadas de Estados Unidos y Europa.
El punto central son los altos niveles de igualdad en la distribución de la renta. El coeficiente de Gini (en el cual 0 es la igualdad perfecta y 1 la desigualdad absoluta) es de 0,225, el mejor del mundo, mientras que el promedio de países de la Unión Europea es 0,307; y Argentina, 0,411. Por ejemplo, un médico cirujano podría ganar tres o cuatro veces más que un mozo; mientras que en Argentina esta misma relación sería de unas 10 veces.
Los impuestos son la principal fuente de contribución para el Fondo. La cuestión es muy sencilla: en la estructura impositiva deben pagar proporcionalmente más impuestos los que más ganan, esta es la base del progresismo del sistema. El Estado grava la producción petrolera con una alícuota del 78% sobre sus ganancias netas.
El crudo fluye con tanta fuerza desde el subsuelo marino que los altos impuestos no conspiran contra la rentabilidad. Sin necesidad de leyes de expropiación, a través de sus tributos Noruega se asegura que gran parte de la producción de los privados vaya hacia el fisco.
En perspectiva, el petróleo es el gran motor de la economía de este país nórdico. El sector presenta al 26% de su PBI, el 51% de sus exportaciones, el 24% de la inversión y 36% de los ingresos que administra el Gobierno.
En este último grupo de ingresos pesa el 67% de la propiedad de Statoil. Opera en 36 países (Brasil es el único de Sudamérica) y tiene una valuación de mercado de 80.000 millones de dólares.
Sin impuestos no existe el Estado: en Noruega son altos y, en consecuencia, el Estado está muy presente en todos los aspectos de la vida pública. Un noruego promedio entrega al Estado en torno al 60% de sus ganancias para que este lo reinvierta en mejorar las condiciones de vida de la población.
La educación es pública y gratuita desde el preescolar hasta la universidad, sin discriminar nativos de inmigrantes, y, al mismo tiempo, se encuentra en el club de los países con los más altos niveles de excelencia educativa del mundo.
La cobertura de salud es óptima para todos los habitantes del territorio y no es necesario pagar ningún tipo de seguro ni obra social adicional. Nada tiene que envidiarle un hospital público a las mejores clínicas privadas de Estados Unidos y Europa.
El punto central son los altos niveles de igualdad en la distribución de la renta. El coeficiente de Gini (en el cual 0 es la igualdad perfecta y 1 la desigualdad absoluta) es de 0,225, el mejor del mundo, mientras que el promedio de países de la Unión Europea es 0,307; y Argentina, 0,411. Por ejemplo, un médico cirujano podría ganar tres o cuatro veces más que un mozo; mientras que en Argentina esta misma relación sería de unas 10 veces.
NADIE LO HACE MEJOR QUE EL ESTADO
Las únicas dos veces que tomé fotografías en una estación de tren tuve un cruce con un policía.
En abril de 2009, en Nueva York, mientras tomaba unas imágenes de los relojes de Grand Central Terminal se acercó un efectivo, me pidió el pasaporte e interrogó casi diez minutos acerca de quién era, qué hacía allí y para qué tomaba fotos. Entiendo que tuvo miedo de que fuera un extremista, en vez de un turista curioso.
La segunda vez, en julio de 2013, fue en la estación terminal de trenes de Oslo. Estaba haciendo unas capturas en los andenes para ilustrar un artículo. Un agente se acercó caminando desde la otra punta de un pasillo, se presentó y dijo: "¿quiere que le tome una foto?".
El guardia estaba desarmado. En Oslo, al igual que en la mayoría de las ciudades, no portan pistolas ni revólveres en el cinturón como mecanismo para no provocar a los delincuentes y reducir al mínimo los niveles de violencia. Las armas viajan en los patrulleros, aunque luego de los atentados de 2011 la jefatura de la policía comenzó a rever la necesidad de circular en la vía pública con armas.
Otro gran ejemplo es el sistema de transporte público, en particular los trenes. Ferrocarriles Nacionales de Noruega es la empresa pública que maneja 4000 kilómetros de vías que conectan de sur a norte con servicios de corta, media y larga distancia. Desde 1996 se hizo exclusivamente estatal para aumentar los niveles de eficiencia que los privados no incorporaban.
Las formaciones son de alta velocidad (pueden alcanzar los 200 km/h), extremadamente puntuales, tienen pantallas LED, Internet inalámbrico gratuito, asientos ergonómicos y hasta cestos para reciclar basura. Si el servicio se demora, le reembolsan el pasaje.
Esta imagen muestra algunos de los acuerdos básicos que persisten en la sociedad civil para gestionar al Estado. La indiscreción y la ineficiencia son fuertemente castigados por el electorado. Esta idea proviene de tres hechos concretos que se evidencian en la historia moderna del país contada por los historiadores Ivar Libæk y Øivind Stenersen:
Noruega nunca estuvo gobernada por una élite, dado que estas se encontraban en Dinamarca y Suecia. En 1905 el país declaró su independencia y su por entonces flamante rey Haakon VII (quien hasta entonces era príncipe de Dinamarca) realizó un plebiscito para consultar a la población si elegía a la monarquía como forma de gobierno. El 80% estuvo de acuerdo.
Fuerte acuerdo político. En 1945, luego de la II Guerra Mundial, la economía del país quedó en cenizas. Las dos principales fuerzas políticas suscribieron un programa de gobierno común y de largo plazo antes de ir a las elecciones, donde se privilegió la importación de maquinaria antes que bienes para el consumo privado, como bananas o autos. Esta decisión estimuló intensamente el espíritu colectivo de sus habitantes.
Los años de la guerra (1940-1945) fueron devastadores. La persecución política, campos de concentración, matanzas fueron la moneda corriente de horror nazi que se instaló en Oslo de la mano del golpe de Estado que dio el colaboracionista Vidkun Quisling. La "nazificación" jamás prosperó debido a las huelgas y sabotajes que promovían diferentes sectores de la sociedad, desde la negativa del gremio de maestros a dar clases hasta atentados contra depósitos de combustibles.
Libæk y Stenersen plantean un punto central que solidificó los acuerdos políticos de largo plazo: "La lucha contra la dictadura nazi elevó el prestigio de las instituciones libres y elegidas, mientras que las diferencias de clase se disminuyeron. Al mismo tiempo, la campaña de resistencia había forjado una cohesión nacional que sería de gran valor para la reconstrucción".
Liberalismo y estado de bienestar. Durante los '80, la preferencia de los votantes por propuestas políticas neoliberales no destruyeron el Estado de Bienestar adoptado en 1945.
La brecha salarial entre varones y mujeres es casi inexistente. Foto: visitnorway.com
Durante la década del '70 y el '80, el crecimiento económico y el auge petrolero evidenciaron algunos problemas latentes en la sociedad noruega y que todavía están en agenda: el reconocimiento de derechos nacionales a su pueblo originario (los Sami); leyes estrictas para asegurar que la industria no dañe el medioambiente; y mecanismos de integración para los inmigrantes que llegan al país desde África, Europa del Este y países árabes y del sudeste asiático en busca de mejores oportunidades.
Los noruegos han sido mucho más liberales respecto a sus vecinos nórdicos al incorporar la diversidad cultural a su sistema. Los inmigrantes, que comenzaron a llegar con el despegue económico en la década del setenta, tienen el derecho a elegir y ser elegidos representantes con más facilidad que en otros países nórdicos. De los 59 concejales del municipio de Oslo, 19 son extranjeros.
Las únicas dos veces que tomé fotografías en una estación de tren tuve un cruce con un policía.
En abril de 2009, en Nueva York, mientras tomaba unas imágenes de los relojes de Grand Central Terminal se acercó un efectivo, me pidió el pasaporte e interrogó casi diez minutos acerca de quién era, qué hacía allí y para qué tomaba fotos. Entiendo que tuvo miedo de que fuera un extremista, en vez de un turista curioso.
La segunda vez, en julio de 2013, fue en la estación terminal de trenes de Oslo. Estaba haciendo unas capturas en los andenes para ilustrar un artículo. Un agente se acercó caminando desde la otra punta de un pasillo, se presentó y dijo: "¿quiere que le tome una foto?".
El guardia estaba desarmado. En Oslo, al igual que en la mayoría de las ciudades, no portan pistolas ni revólveres en el cinturón como mecanismo para no provocar a los delincuentes y reducir al mínimo los niveles de violencia. Las armas viajan en los patrulleros, aunque luego de los atentados de 2011 la jefatura de la policía comenzó a rever la necesidad de circular en la vía pública con armas.
Otro gran ejemplo es el sistema de transporte público, en particular los trenes. Ferrocarriles Nacionales de Noruega es la empresa pública que maneja 4000 kilómetros de vías que conectan de sur a norte con servicios de corta, media y larga distancia. Desde 1996 se hizo exclusivamente estatal para aumentar los niveles de eficiencia que los privados no incorporaban.
Las formaciones son de alta velocidad (pueden alcanzar los 200 km/h), extremadamente puntuales, tienen pantallas LED, Internet inalámbrico gratuito, asientos ergonómicos y hasta cestos para reciclar basura. Si el servicio se demora, le reembolsan el pasaje.
Esta imagen muestra algunos de los acuerdos básicos que persisten en la sociedad civil para gestionar al Estado. La indiscreción y la ineficiencia son fuertemente castigados por el electorado. Esta idea proviene de tres hechos concretos que se evidencian en la historia moderna del país contada por los historiadores Ivar Libæk y Øivind Stenersen:
Noruega nunca estuvo gobernada por una élite, dado que estas se encontraban en Dinamarca y Suecia. En 1905 el país declaró su independencia y su por entonces flamante rey Haakon VII (quien hasta entonces era príncipe de Dinamarca) realizó un plebiscito para consultar a la población si elegía a la monarquía como forma de gobierno. El 80% estuvo de acuerdo.
Fuerte acuerdo político. En 1945, luego de la II Guerra Mundial, la economía del país quedó en cenizas. Las dos principales fuerzas políticas suscribieron un programa de gobierno común y de largo plazo antes de ir a las elecciones, donde se privilegió la importación de maquinaria antes que bienes para el consumo privado, como bananas o autos. Esta decisión estimuló intensamente el espíritu colectivo de sus habitantes.
Los años de la guerra (1940-1945) fueron devastadores. La persecución política, campos de concentración, matanzas fueron la moneda corriente de horror nazi que se instaló en Oslo de la mano del golpe de Estado que dio el colaboracionista Vidkun Quisling. La "nazificación" jamás prosperó debido a las huelgas y sabotajes que promovían diferentes sectores de la sociedad, desde la negativa del gremio de maestros a dar clases hasta atentados contra depósitos de combustibles.
Libæk y Stenersen plantean un punto central que solidificó los acuerdos políticos de largo plazo: "La lucha contra la dictadura nazi elevó el prestigio de las instituciones libres y elegidas, mientras que las diferencias de clase se disminuyeron. Al mismo tiempo, la campaña de resistencia había forjado una cohesión nacional que sería de gran valor para la reconstrucción".
Liberalismo y estado de bienestar. Durante los '80, la preferencia de los votantes por propuestas políticas neoliberales no destruyeron el Estado de Bienestar adoptado en 1945.
La brecha salarial entre varones y mujeres es casi inexistente. Foto: visitnorway.com
Durante la década del '70 y el '80, el crecimiento económico y el auge petrolero evidenciaron algunos problemas latentes en la sociedad noruega y que todavía están en agenda: el reconocimiento de derechos nacionales a su pueblo originario (los Sami); leyes estrictas para asegurar que la industria no dañe el medioambiente; y mecanismos de integración para los inmigrantes que llegan al país desde África, Europa del Este y países árabes y del sudeste asiático en busca de mejores oportunidades.
Los noruegos han sido mucho más liberales respecto a sus vecinos nórdicos al incorporar la diversidad cultural a su sistema. Los inmigrantes, que comenzaron a llegar con el despegue económico en la década del setenta, tienen el derecho a elegir y ser elegidos representantes con más facilidad que en otros países nórdicos. De los 59 concejales del municipio de Oslo, 19 son extranjeros.
DINERO QUE NO PUEDE ESTAR MANCHADO
La forma en que la sociedad se organiza tiene mucho que ver en la forma en que administra su dinero, allí está el punto de conexión con el fondo del petróleo. Hace nueve años el Banco Central de Noruega se comenzó a preguntar si era correcto invertir millones en empresas que hacen negocios inmorales.
Por entonces, en diciembre de 2004, el Fondo Global de Pensiones del Gobierno creó un Concejo de Ética para advertir públicamente a su directorio cuáles son las firmas que violan normas éticas básicas.
El Concejo está integrado por cinco miembros: el presidente, un especialista en lucha contra la corrupción; y cuatro vocales, un economista, una abogada ambientalista, un doctor en biología y una filósofa. El órgano recomienda desinvertir en compañías que produzcan tabaco, armas, violen cualquier derecho humano, dañen al medio ambiente, rompan normas éticas básica o cometan actos de corrupción.
A partir de su creación se retiraron inversiones de compañías mundialmente conocidas como la contratista militar Lockheed Martin; Boeing, por participación indirecta en partes componentes de armas nucleares; las tabacaleras British American Tobacco y Philip Morris, por vender productos dañinos para la salud humana; la cadena de supermercados Wal-Mart, por acusaciones de trabajo infantil de sus contratistas; y las mineras Barrick Gold y Rio Tinto, ambas por daños al medio ambiente.
Aunque esta forma de invertir suele causar sorpresa: resignar ganancias por normas éticas todavía es visto por la mayoría de los empresarios como una excentricidad.
ROBLEMAS Y ASUNTOS PENDIENTES
Jarle Aarbakke, profesor de medicina y rector de la Universidad de Tromsø, es uno de los intelectuales que suelen participar activamente en los medios de los grandes temas de debate de su país. "El país ha hecho bien las cosas, ha logrado grandes avances en casi todos los campos, pero esto no quiere decir que no haya problemas que tengan que ser tratados", dice y agrega que "desde ya, estos asuntos no son los mismos que puede tener un país latinoamericano". Las urgencias de cada sociedad son diversas.
Intelectuales y empresarios de Tromsø consultados por este medio coinciden en que aún existen desafíos derivados del elevado nivel de desarrollo. La igualdad de género en la crianza de los hijos no es un tema menor, dado que los derechos conquistados por las mujeres en el mercado laboral también deben traducirse al ámbito doméstico. Desde octubre de 2012, la licencia por paternidad (con goce de sueldo) se amplió de 12 a 14 semanas, para que los varones estén más presentes en el hogar cuando hay un recién nacido.
La forma en que la sociedad se organiza tiene mucho que ver en la forma en que administra su dinero, allí está el punto de conexión con el fondo del petróleo. Hace nueve años el Banco Central de Noruega se comenzó a preguntar si era correcto invertir millones en empresas que hacen negocios inmorales.
Por entonces, en diciembre de 2004, el Fondo Global de Pensiones del Gobierno creó un Concejo de Ética para advertir públicamente a su directorio cuáles son las firmas que violan normas éticas básicas.
El Concejo está integrado por cinco miembros: el presidente, un especialista en lucha contra la corrupción; y cuatro vocales, un economista, una abogada ambientalista, un doctor en biología y una filósofa. El órgano recomienda desinvertir en compañías que produzcan tabaco, armas, violen cualquier derecho humano, dañen al medio ambiente, rompan normas éticas básica o cometan actos de corrupción.
A partir de su creación se retiraron inversiones de compañías mundialmente conocidas como la contratista militar Lockheed Martin; Boeing, por participación indirecta en partes componentes de armas nucleares; las tabacaleras British American Tobacco y Philip Morris, por vender productos dañinos para la salud humana; la cadena de supermercados Wal-Mart, por acusaciones de trabajo infantil de sus contratistas; y las mineras Barrick Gold y Rio Tinto, ambas por daños al medio ambiente.
Aunque esta forma de invertir suele causar sorpresa: resignar ganancias por normas éticas todavía es visto por la mayoría de los empresarios como una excentricidad.
ROBLEMAS Y ASUNTOS PENDIENTES
Jarle Aarbakke, profesor de medicina y rector de la Universidad de Tromsø, es uno de los intelectuales que suelen participar activamente en los medios de los grandes temas de debate de su país. "El país ha hecho bien las cosas, ha logrado grandes avances en casi todos los campos, pero esto no quiere decir que no haya problemas que tengan que ser tratados", dice y agrega que "desde ya, estos asuntos no son los mismos que puede tener un país latinoamericano". Las urgencias de cada sociedad son diversas.
Intelectuales y empresarios de Tromsø consultados por este medio coinciden en que aún existen desafíos derivados del elevado nivel de desarrollo. La igualdad de género en la crianza de los hijos no es un tema menor, dado que los derechos conquistados por las mujeres en el mercado laboral también deben traducirse al ámbito doméstico. Desde octubre de 2012, la licencia por paternidad (con goce de sueldo) se amplió de 12 a 14 semanas, para que los varones estén más presentes en el hogar cuando hay un recién nacido.
En envejecimiento de la población y la demanda de personal para centros de salud es uno de los principales desafíos. Foto: visitnorway.no
En total, un matrimonio en donde ambos trabajan posee 49 semanas de licencia: 14 obligatorias para la madre, 14 obligatorias para el padre y el resto se puede repartir entre la pareja como mejor le parezca. El beneficio se puede ampliar a 59 semanas si se acepta recibir el 80% del salario.
En el ámbito de la salud, hay un acuciante necesidad de enfermeros, asistentes y técnicos en especialidades médicas ligadas a un más acelerado envejecimiento de la población, que también demandará cobrar jubilaciones.
Los conductores de la economía del país analizan qué hacer si los precios de sus exportaciones de gas y petróleo bajan como consecuencia de una revolución productiva en hidrocarburos no convencionales. Cuáles son los límites de devaluación de la moneda para no perder competitividad o cómo mantener el estado de bienestar en los próximos años. O bien, cómo hacer para que el alto grado de eficiencia de la burocracia estatal no desaliente la creatividad.
Todos estos debates están conectados con el largo plazo del fondo del petróleo, un cercano y cuantioso ejemplo de cómo Noruega se piensa a sí misma. El dinero suele ser espejo del temperamento. En definitiva, si la naturaleza tardó millones de años para generar un barril de petróleo sería algo mezquino gastar toda su renta en sólo cincuenta.
En el ámbito de la salud, hay un acuciante necesidad de enfermeros, asistentes y técnicos en especialidades médicas ligadas a un más acelerado envejecimiento de la población, que también demandará cobrar jubilaciones.
Los conductores de la economía del país analizan qué hacer si los precios de sus exportaciones de gas y petróleo bajan como consecuencia de una revolución productiva en hidrocarburos no convencionales. Cuáles son los límites de devaluación de la moneda para no perder competitividad o cómo mantener el estado de bienestar en los próximos años. O bien, cómo hacer para que el alto grado de eficiencia de la burocracia estatal no desaliente la creatividad.
Todos estos debates están conectados con el largo plazo del fondo del petróleo, un cercano y cuantioso ejemplo de cómo Noruega se piensa a sí misma. El dinero suele ser espejo del temperamento. En definitiva, si la naturaleza tardó millones de años para generar un barril de petróleo sería algo mezquino gastar toda su renta en sólo cincuenta.
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