José Antonio Labordeta ha muerto esta madrugada.
Se va el Abuelo con la mochila repleta de libros, poemas, canciones, amigos y asomándole las cuatro esquinas de Aragón por el macuto, camino de la libertad después de una vida de melancólica ironía y lucha para regar, labrar y cosechar esta tierra con orgullo en el corazón de los demás. Levantamos la vista y observamos con nitidez, respeto y admiración la figura de un hombre, un privilegio que muy pocas veces se puede contemplar.
CANTO A LA LIBERTAD
Habrá un día en que todos
Al levantar la vista
Veremos una tierra
Que ponga libertad (bis)
Hermano aquí mi mano
Será tuya mi frente
Y tu gesto de siempre
Caerá sin levantar
Huracanes de miedo
Ante la libertad
Haremos el camino
En un mismo trazado
Uniendo nuestros hombros
Para así levantar
A aquellos que cayeron
Gritando libertad
Sonarán las campanas
Desde los campanarios
Y los campos desiertos
Volverán a granar
Unas espigas altas
Dispuestas para el pan
Para un pan que en los siglos
Nunca fue repartido
Entre todos aquellos
Que hicieron lo posible
Para empujar la historia
Hacia la libertad
También será posible
Que esa hermosa mañana
Ni tú, ni yo, ni el otro
La lleguemos a ver
Pero habrá que empujarla
Para que pueda ser
Que sea como un viento
Que arranque los matojos
Surgiendo la verdad
Y limpie los caminos
De siglos de destrozos
Contra la libertad.
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