Ésta es la historia del país que llegó a construir más casas que Alemania, Francia e Italia juntas. El país con la mayor tasa de cocaína por nariz de toda Europa y capital mundial de los billetes de quinientos. Una nación de emprendedores siempre dispuestos a poner en práctica innovadores planteamientos empresariales, como un aeropuerto sin aviones o un estudio de cine sin rodajes. Un país tan vibrante que los jóvenes apenas podían esperar a terminar su formación para lanzarse al mundo laboral. Y, de hecho, no esperaban. De ahí que, entre los récords nacionales, se encontrase también el de abandono escolar.
Así empieza la "Autopsia del indignado español", que publica José A. Pérez (Mi mesa cojea) en la Orsai 7 y que puedes leer aquí.
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