Michael Fuchs, destacado parlamentario de la CDU de Merkel:
If Alexis Tsipras of the Greek left party Syriza thinks he can cut back the reform efforts and austerity measures, then the troika will have to cut back the credits for Greece […] The times where we had to rescue Greece are over. There is no potential for political blackmail anymore. Greece is no longer of systemic importance for the euro.
Traducido: si Tsipras se pone gallito, podemos retirar la respiración asistida al sistema bancario griego en cualquier momento, provocando el colapso de su economía, al mismo tiempo que lo expulsamos del euro. ¿Por qué? Pues porque ese evento, que en 2009 nos vendían como catastrófico (sistémico, en su jerga) ya no lo es tanto, sólo un pequeño golpe financiero.
¿Qué ha cambiado? ¿Es que acaso el tamaño de la deuda griega susceptible de impago es menor? NO, de hecho en estos años ha pasado del 128% del PIB al 176%, incluso después de sucesivas quitas. ¿Qué ha cambiado entonces, para que lo que se consideraba como el armagedón financiero ahora sea sólo un arañazo en la sólida fortaleza de la eurozona?
LA PROPIEDAD DE LA DEUDA, que hace un lustro estaba en manos de la banca privada (germana, principalmente) y ahora está en el balance de instituciones públicas: el FMI, el BCE y, sobre todo, el fondo de rescate europeo (EFSF).
Socializar pérdidas, privatizar ganancias.
Cuando a la empresa privada una inversión le sale rana se la endosa al Estado, sea una promoción de pisos que acaba en la SAREB, sea una autopista sin tráfico que debe ser nacionalizada, depósitos estratégicos de gas como Castor o hipotecas titulizadas que el BCE cambia por dinero fresquito a los bancos en su versión rapiña del quantitative easing. Y ahora, toda la deuda basura griega.
A la economía griega se la ha mantenido intubada, con respiración asistida, el tiempo necesario para que la banca privada germana se quitara de encima toda la basura griega acumulada. ¿Y quién le iba a comprar esa basura, cuando ya se ha descubierto que es basura? Clarostá, los ciudadanos europeos, en cuyo nombre los traidores que votamos firman.
Por ejemplo, cuando se destapó el secreto a gritos de que las cuentas griegas habían sido cocinadas para cumplir con los criterios de ingreso en el euro, la exposición de la economía española a Grecia era prácticamente nula. Ahora, el Estado español (es decir, nosotros, el puto y pagano pueblo) tiene 24 G€ en deuda basura griega que es, al menos en parte, incobrable (como comparación, rescatar a Bankia nos costó 23,5 G€).
Porque la deuda griega es impagable, lo era en 2009 y aún más hoy, después de destrozar la economía con sus políticas de represión fiscal. Y no es porque lo digan Syriza o el KKE, quien sólo hacen reconocer la evidencia (por mucho que se recorta, la deuda sigue creciendo, ya que la función exponencial que subyace bajo el interés compuesto es la fuerza más poderosa del universo, como nos recordaba Einstein), pero si Syriza no existiera no haría el monto de la deuda menos insostenible (igual que la atracción gravitatoria opera desde antes e independientemente de que Newton la formulase). Y esto lo sabían en Atenas, lo sabían en Berlín y lo sabían en Bruselas, y porque lo sabían clamaban que había que “rescatar a Grecia” a toda costa, para salvar el euro. Es decir, rescatar a la banca alemana en su enésima metida de pata en sus inversiones.
Y ahora, que la operación de trasvase de deuda de manos privadas a públicas ha concluido, se le dice a Grecia: adelante, puedes hacer default. Ahí me las den todas.
Porque “ahí” ya no es el balance del Deutsche Bank, del Commerzbank, del HSBC o del BNP, sino las espaldas de los ciudadanos europeos (¡también alemanes!) que con sus impuestos soportan las instituciones públicas que deberán provisionar las pérdidas asociadas al default griego. Default que se va a producir, gane Syriza, Nueva Democracia o Cristo en bicicleta, porque la deuda griega es matemáticamente impagable (como reza el principio lógico de que lo que no pué ser, no pué ser y, además, es imposible).
No, no, no hagas default, aguanta un poco. [5 años después…] Venga, ahora sí, ahora ya puedes; ya no es un evento sistémico, no es para tanto.
Addendum: que un político alemán, para que la banca germana pueda esquivar el golpe de comerse la deuda fallida griega, ponga en su lugar las costillas de los contribuyentes europeos (también alemanes) merece el título de felón y traidor, desleal con los intereses de los ciudadanos alemanes que le votan.
¿Pero qué pensar cuando el mismo argumentario es repetido, hasta las comas y los acentos, por un Secretario de Estado español? ¿Qué intereses defiende? ¿Milita en el PP o en la CDU? ¿Es español? Pues tampoco 100%, pues germano, también. Merkel, ser muy absorbente. Hombre blanco hablar con lengua de serpiente.
Simplemente, ni español ni alemán, uno y otro son peones del mundo financiero infiltrados en las instituciones, sin más patria que el dinero ni más ley que el interés y la voluntad de los oligarcas, a los cuales sirven y rinden pleitesía.
Empobrecer mi país; empobrecerme a mí, personalmente, por salvar a la banca española, me jode. Pero es que endeudarnos, austerizarnos aún más, para salvar a la banca germana me cruje literalmente los huevos.
Traducido: si Tsipras se pone gallito, podemos retirar la respiración asistida al sistema bancario griego en cualquier momento, provocando el colapso de su economía, al mismo tiempo que lo expulsamos del euro. ¿Por qué? Pues porque ese evento, que en 2009 nos vendían como catastrófico (sistémico, en su jerga) ya no lo es tanto, sólo un pequeño golpe financiero.
¿Qué ha cambiado? ¿Es que acaso el tamaño de la deuda griega susceptible de impago es menor? NO, de hecho en estos años ha pasado del 128% del PIB al 176%, incluso después de sucesivas quitas. ¿Qué ha cambiado entonces, para que lo que se consideraba como el armagedón financiero ahora sea sólo un arañazo en la sólida fortaleza de la eurozona?
LA PROPIEDAD DE LA DEUDA, que hace un lustro estaba en manos de la banca privada (germana, principalmente) y ahora está en el balance de instituciones públicas: el FMI, el BCE y, sobre todo, el fondo de rescate europeo (EFSF).
Socializar pérdidas, privatizar ganancias.
Cuando a la empresa privada una inversión le sale rana se la endosa al Estado, sea una promoción de pisos que acaba en la SAREB, sea una autopista sin tráfico que debe ser nacionalizada, depósitos estratégicos de gas como Castor o hipotecas titulizadas que el BCE cambia por dinero fresquito a los bancos en su versión rapiña del quantitative easing. Y ahora, toda la deuda basura griega.
A la economía griega se la ha mantenido intubada, con respiración asistida, el tiempo necesario para que la banca privada germana se quitara de encima toda la basura griega acumulada. ¿Y quién le iba a comprar esa basura, cuando ya se ha descubierto que es basura? Clarostá, los ciudadanos europeos, en cuyo nombre los traidores que votamos firman.
Por ejemplo, cuando se destapó el secreto a gritos de que las cuentas griegas habían sido cocinadas para cumplir con los criterios de ingreso en el euro, la exposición de la economía española a Grecia era prácticamente nula. Ahora, el Estado español (es decir, nosotros, el puto y pagano pueblo) tiene 24 G€ en deuda basura griega que es, al menos en parte, incobrable (como comparación, rescatar a Bankia nos costó 23,5 G€).
Porque la deuda griega es impagable, lo era en 2009 y aún más hoy, después de destrozar la economía con sus políticas de represión fiscal. Y no es porque lo digan Syriza o el KKE, quien sólo hacen reconocer la evidencia (por mucho que se recorta, la deuda sigue creciendo, ya que la función exponencial que subyace bajo el interés compuesto es la fuerza más poderosa del universo, como nos recordaba Einstein), pero si Syriza no existiera no haría el monto de la deuda menos insostenible (igual que la atracción gravitatoria opera desde antes e independientemente de que Newton la formulase). Y esto lo sabían en Atenas, lo sabían en Berlín y lo sabían en Bruselas, y porque lo sabían clamaban que había que “rescatar a Grecia” a toda costa, para salvar el euro. Es decir, rescatar a la banca alemana en su enésima metida de pata en sus inversiones.
Y ahora, que la operación de trasvase de deuda de manos privadas a públicas ha concluido, se le dice a Grecia: adelante, puedes hacer default. Ahí me las den todas.
Porque “ahí” ya no es el balance del Deutsche Bank, del Commerzbank, del HSBC o del BNP, sino las espaldas de los ciudadanos europeos (¡también alemanes!) que con sus impuestos soportan las instituciones públicas que deberán provisionar las pérdidas asociadas al default griego. Default que se va a producir, gane Syriza, Nueva Democracia o Cristo en bicicleta, porque la deuda griega es matemáticamente impagable (como reza el principio lógico de que lo que no pué ser, no pué ser y, además, es imposible).
No, no, no hagas default, aguanta un poco. [5 años después…] Venga, ahora sí, ahora ya puedes; ya no es un evento sistémico, no es para tanto.
Addendum: que un político alemán, para que la banca germana pueda esquivar el golpe de comerse la deuda fallida griega, ponga en su lugar las costillas de los contribuyentes europeos (también alemanes) merece el título de felón y traidor, desleal con los intereses de los ciudadanos alemanes que le votan.
¿Pero qué pensar cuando el mismo argumentario es repetido, hasta las comas y los acentos, por un Secretario de Estado español? ¿Qué intereses defiende? ¿Milita en el PP o en la CDU? ¿Es español? Pues tampoco 100%, pues germano, también. Merkel, ser muy absorbente. Hombre blanco hablar con lengua de serpiente.
Simplemente, ni español ni alemán, uno y otro son peones del mundo financiero infiltrados en las instituciones, sin más patria que el dinero ni más ley que el interés y la voluntad de los oligarcas, a los cuales sirven y rinden pleitesía.
Empobrecer mi país; empobrecerme a mí, personalmente, por salvar a la banca española, me jode. Pero es que endeudarnos, austerizarnos aún más, para salvar a la banca germana me cruje literalmente los huevos.
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