Beatriz Gimeno, en 'El Plural'
En toda Europa se está produciendo un golpe de estado protagonizado por las élites económicas y financieras que tiene como objetivo imponer sus políticas neoliberales por medio de, primero, hundir a los países y después, cuando cunda el pánico, colocar a sus hombres como salvadores y gobernantes de dichos países, y colocarlos además sin celebrar elecciones. Y después expoliar lo más posible a esos países en riqueza y en derechos sociales y económicos. Lo estamos viendo, está ocurriendo ante nuestras narices.
Con ser esto gravísimo, lo más grave es que los partidos mayoritarios, de derechas y de izquierdas, se limitan a cumplir con el papel que se les ha asignado en este circo sin que todavía ni un solo diputado o diputada o cargo público se atreva a decir una sola palabra de verdad. Hacen el paripé de pelearse civilizadamente en el Parlamento. Sólo algunos pequeños partidos dicen la verdad, pero lo peor es también que algunos de estos pequeños partidos europeos que están recogiendo el descontento son partidos fascistas con el peligro que esto implica. En Grecia más de 40 diputados socialistas se negaron a colaborar y fueron inmediatamente purgados. Veamos:
Lucas Papademos es el actual dirigente griego tras la dimisión de Papandreu. No ha sido elegido por la ciudadanía. Fue gobernador del Banco de la Reserva Federal de Boston entre 1993 y 1994. Fue vicepresidente del Banco Central Europeo de 2002 a 2010. Es miembro de la Comisión Trilateral desde 1998, fundada por Rockefeller, lobby neo-liberal (este lobby se dedica a operar en la sombra para tratar de imponer sus políticas neoliberales de la manera que sea; ha sobornado políticos, ha falseado datos, a apoyado golpes de estado). También fue gobernador del Banco de Central de Grecia entre 1994 y 2002. Bajo su mandato, Grecia falseó las cuentas de déficit público con la inestimable ayuda de Goldman Sachs; esto les permitió entrar en la UE y es el origen, en gran parte, de la actual crisis que sufre el país. Así pues alguien ha puesto a un mentiroso, a un falseador de cuentas públicas, a un gestor que ha fracasado, a dirigir el país, es decir, a expoliar a los trabajadores lo poco que les queda y a repartirlo entre los suyos, directamente, sin disimulos.
Mario Monti está al frente del Gobierno italiano sin haber pasado tampoco por las urnas. Es ex director de la Comisión Trilateral antes mencionada, es también ex miembro (o sigue siéndolo) del equipo directivo del grupo Bildeberg, otro lobby neoliberal en la sombra al que pertenece nuestra reina Sofía que va allí se supone que a enterarse de lo que se cuece entre los suyos. También fue asesor de Goldman Sachs durante el periodo en que ésta agencia ayudó a ocultar el déficit del Gobierno griego. Sí, ese mismo déficit que ahora tanto les obsesiona y que durante un tiempo ocultaron a toda costa, cuando les convenía.
Mario Draghi es el actual presidente del Banco Central Europeo en sustitución de Jean-Claude Trichet. Es ex director ejecutivo de del Banco Mundial entre 1985 y 1990 y, qué casualidad, fue vicepresidente en Europa de Goldman Sachs entre 2002 y 2006, periodo en que se realizó el falseo antes mencionado. Finalmente, como casi ya todos sabemos, Goldman Sachs es uno de los mayores bancos de inversión mundial y co-responsable directo, junto otras entidades como Moody’s o Lehman Brothers, de la crisis actual, y uno de sus mayores beneficiarios. Sólo a modo de pincelada, en 2007 ganaron 4 mil millones de dólares en operaciones que desembocaron en el desastre actual. En lo que hace a Grecia, por ejemplo, parece difícil no pensar que se confabularon para expoliarla, hundirla y repartirse los despojos.
En España el actual ministro de Economía, Luis de Guindos, era el encargado en España y Portugal de Lehman Brothers cuando en 2008, la entidad quebró por el escándalo de las hipotecas subprime y cuando todo el dinero de los países (todo nuestro dinero) se empleó en pagar “su” desastre. Ese dinero nuestro, de nuestros impuestos, ganado con nuestro trabajo, se fue a pagar “su” crisis. Después ellos tomaron los gobiernos para asegurarse de que ya no se empleara ningún dinero en el mantenimiento del estado del bienestar. Eso se acabó.
Así que nos gobiernan banqueros y financieros que han expoliado lo más posible a los países y sus ciudadanías y además han llevado a la quiebra a sus respectivos negocios. Estas malas gestiones no ha sido óbice para que tras quebrar sus empresas hayan pasado a, supuestamente, arreglar países. Podemos sospechar que no están aquí para “arreglar” la economía de estos países sino para expoliarlos al máximo, exprimirlos y repartir entre los más poderosos y ricos los beneficios, desempoderar a los trabajadores, y de paso, desde los mismo gobiernos, reprimir con mano dura cualquier conato social de resistencia. Todo esto no es ciencia ficción, se ha hecho antes, especialmente en Latinoamérica y ahora está pasando aquí. Podemos no hacer nada o podemos resistirnos. De nosotros y nosotras va a depender lo que pase al final. Vamos a ver cómo la represión irá en aumento ante cualquier movimiento ciudadano de resistencia, pero hay que salir a la calle a cada oportunidad porque nos lo estamos jugando todo. Pero también necesitamos que la izquierda vuelva y para eso los votantes y los y las militantes del partido mayoritario de la izquierda tienen que hacer su trabajo. Lo que hay ahora en el Parlamento es un partido cómplice de esta situación, al menos en la medida en que no cuente la verdad y continúe con su pantomima. Para terminar sí, ellos son nuestros enemigos, ellos son los enemigos de la gente que vive exclusivamente de su trabajo y que no tiene otra cosa que éste para mantenerse y vivir.
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